Política

“NUESTRO TRABAJO ES A LARGO PLAZOˮ

por La Cámpora
3 mar 2014
El libro Fuerza propia. La Cámpora por dentro, de Sandra Russo, que la editorial Debate distribuye esta semana, incluye dos largas conversaciones con el hijo de dos presidentes. En los siguientes extractos aparecen su concepción de la polí­tica, los objetivos de la organización y su visión sobre los C31893038_01 principales temas de la actualidad nacional. Por Sandra Russo El 27 de octubre de 2010 murió su padre. Y lo que ellos ya estaban construyendo desde hací­a años se hizo voluminoso. No se generó de la nada, sino con lo que ya se habí­a hecho en los seis años anteriores. Pero en la mirada pública, los jóvenes salieron de debajo de la alfombra. ˮ“Entonces se multiplicaron, se mezclaron todos los relatos sobre La Cámpora. Si í­bamos por los contratos, si éramos los hijos del poder. Aunque no lo admitan ni hoy, tuvieron que reconocer que habí­a muchos pibes y ellos no los veí­an. Yo me acuerdo de una nota que salió entre el acto del Luna Park y la muerte de Néstor, que hablaba de “mí­stica prefabricadaˮ. Esa es la visión de ellos. El simulacro. Ellos no creen y suponen que entonces nadie cree. Un mes después se muere Néstor y salieron a decir que lo armó Fuerza Bruta. No lo pueden explicar. Se van por la tangente. Estaba en el aire. Yo lo habí­a olido en el Luna Park, ese magma. Sobre la salud de Néstor, yo percibí­a. Pero el tipo lo tení­a decidido, iba a seguir. Eso lo hablé hace poco con la hija de Hugo Chávez. Ella estaba enojada por el desgaste que producí­a la campaña en la salud de Hugo. Pero qué podés hacer. Lo podés sentar, le podés decir lo que vos pensás, lo que vos preferí­s. Pero es su vida, son sus decisiones. Antes del acto del Luna Park, cuando recién salí­a de la internación, yo le decí­a: “no vayas, no vayasˮ. “No ˮ“me decí­aˮ“, quiere hablar tu vieja pero voy a hablar yo, porque los pibes me quieren escuchar.ˮ Logramos que no hablara. Vos ves las imágenes y le ves la emoción en la cara, en los ojos. Trato de no ver el video, no lo resisto. El vio la semilla. Y después la riega el 27. Y la nuestra es la responsabilidad del chico del violí­n, el de la pelí­cula. El que dice “este violí­n me lo dio el Presidenteˮ. Esos pibes tienen la posibilidad de vivir de acuerdo con lo que creen, de animarse a creer, de animarse a desilusionarse. Porque esto es así­. Te desilusionás muchas veces pero volvés a creer. Hay riesgos. Los Alberto Fernández en polí­tica son una constante. No deja de doler, pero uno tiene que seguir. Cuando Néstor muere en Calafate, yo no lo querí­a traer. Yo querí­a que se quedara en Gallegos. No querí­a verlo rodeado de gran parte de la dirigencia polí­tica, los que lo habí­an difamado, le habí­an mentido, lo habí­an traicionado... Porque traicionarlo, y con De Narváez... Pero cuando vi a la gente, dije: “Bueno, esto es otra cosaˮ. Los compañeros Ahora La Cámpora forma parte de Unidos y Organizados, que “nos supera, es más grande que nosotros, pero para llegar a eso tuvimos que pasar por todo lo anteriorˮ. En perspectiva, desde sus orí­genes, La Cámpora lo que ha hecho es aglutinar. Primero, a los militantes de los ˮ™90 que no tení­an pertenencia o que se resistí­an a una conducción. Después, a las nuevas generaciones, que ahora son las que la nutren mayoritariamente. Esos chicos y chicas ˮ“ejemplifica Máximoˮ“ “nacieron con Telefónica. De Entel ni se enteraronˮ. Sin embargo, esas generaciones ya llegan embanderadas con la idea de un paí­s, y con la conciencia de que a ese paí­s sólo se puede llegar a través de un salto colectivo. Los más chicos, mientras tanto, empiezan a trabajar en los barrios, que son el epicentro de todo. El trabajo territorial ahora lo hacen también los cuadros universitarios. Sobre ellos, sobre el semillero, sobre las mil flores, Máximo dice: ˮ“Nosotros no bajamos a los barrios como una cuadrilla de limpieza ni a repartir nada. Cuando la gente se involucra y cuida las cosas, se quiere más, vive mejor, se puede organizar. No hay organización posible si no hay autoestima. No sabemos qué expresión electoral tendremos, pero estará bien lo que resulte. Nuestro trabajo es a largo plazo. Nosotros abrimos. Hoy parece que el peronismo es lo que abarca todo, pero hay que ver qué piensan los pibes, si se sienten tan representados de esa manera como para decir que son peronistas y ya está. Lo que se escucha es Cristina. Los veo muy de ir con lo propio. Están muy decididos. Y eso es lo que no ve ni siquiera gente que nos ha venido acompañando. Ven a los pibes y se enervan. Nos dicen soberbios. ¿Por qué soberbios? ¿Uno defiende su posición y es un soberbio, y se tiene que bancar que vengan y te insulten y te digan que todo anda para la mierda y, de esa manera, callado, uno estarí­a demostrando que es democrático? ¿Y qué serí­a lo democrático? ¿Que el que sacó el 16 por ciento le diga lo que tiene que hacer al que sacó el 54? Que digan lo que quieran, nosotros seguimos. La Cámpora no es ni dogmática ni pragmática en exceso. Esa permeabilidad nos permite seguir ampliando bases. Hay polí­ticas fuertes, como la de derechos humanos, o el desendeudamiento, que son esenciales, constitutivas, como la conducción de Cristina. Sabemos que hay sectores con los que no es posible ningún acuerdo porque si no te cagan a la entrada te cagan a la salida. Después, hay mucho que es discutible, conversable. Pero que se pongan entre ellos mismos de acuerdo. Porque si un dí­a la asignación universal se va por la canaleta del juego y de la droga, y al dí­a siguiente otra persona de la misma foto es capaz de decirte que el problema es que hay que aumentar la asignación, no hay discusión posible. Lo que reclamamos es un poco de consistencia. Nosotros a los pibes no les vamos a decir que no se puede. Los pibes ya se despertaron. Esa porción de la Argentina, después de 2015, va a seguir exigiendo. La fuerza propia de este proyecto ˮ“Más allá de las organizaciones juveniles, de todas las organizaciones, no sólo la nuestra, yo creo que toda la juventud entiende que la cosa va por otro lado, y el cambio se va a terminar dando. Esto tiene que cambiar, pero no es medible en perí­odos electorales. Diez años no es nada. Hace diez años llegamos y era desolación. Yo entiendo que muchas veces se diga de mí­: “El, porque está en otra situaciónˮ. Y es verdad. Pero, en lí­neas generales, la situación de toda la sociedad mejoró en estos diez años. Algunas de esas mejoras trajeron aparejado otro tipo de problemas, y no lo vamos a negar. Las mejoras en el poder adquisitivo de la gente, por ejemplo, traen otros problemas que crea el ritmo de consumo de la sociedad. Las mejoras en términos laborales traen aparejados ahora otros problemas, los salariales. Yo creo que de todos modos esas reivindicaciones salariales no pueden ser las únicas de los gremios, porque por caso están las reivindicaciones por las condiciones de trabajo. Y también falta la conciencia de que cada gremio es parte de un todo. No es que no entienda la lógica corporativa, ¿eh? La entiendo, pero la última vez que la polí­tica se corporativizó fue en 2001, cuando toda la polí­tica se cubrí­a a sí­ misma. Y estalló todo. La polí­tica dejó a la sociedad de lado y se quiso salvar sola. No pudo ser. La discusión que tenemos por delante es inmensa, por eso creo que hasta la Iglesia está cambiando, o queriendo cambiar. Los medios se centraron últimamente en el ataque a la juventud en general, y a algunas organizaciones juveniles en particular. Dicen que todo se hace por contratos, por cargos. Ese cliché. Y mientras tanto no se ocuparon de los pibitos que son usados para vender drogas, para delinquir o asesinar. Se olvidaron de un montón de cosas. El eje de ataque de algunos medios fue la juventud que hace polí­tica. (...) Estamos dispuestos a discutir todo lo que sea, lo que haga falta. Pero que nos ataquen cerrilmente mientras obvian otras cosas muy graves que pasan alrededor del tema de los jóvenes, por acción u omisión... En este paí­s hay muchos jóvenes trabajando seriamente por otra cosa. Hay que alentar esas acciones. Si uno pretende que la sociedad cambie desde el desánimo, no cambia más. Por eso siembran desánimo. Las elecciones de mediano término y las de 2015 ˮ“Lo que pasó estaba dentro de nuestras expectativas. Las elecciones de mediano término... Las únicas que ganamos fueron las de 2005, cuando Cristina fue candidata por la provincia de Buenos Aires. Las otras las perdimos. Creo que el principal derrotado en las elecciones del año pasado fue el odio. Habrí­a que ver la Capital Federal en ese sentido, ahí­ todo tiene otra composición, pero lo que pasa ahí­ no es lo único que pasa. En lí­neas generales en todo el paí­s lo que fue furiosamente antikirchnerista no cuajó. Uno ve cómo termina De Narváez, que se paró ahí­, en el “Ella o vosˮ, que le habí­a ganado a Néstor Kirchner, que tení­a la fórmula de la Coca-Cola, y lo ves terminar boqueando con Plaini, con Moyano, y que fue del treinta y pico que creí­a que tení­a al cinco por ciento. La polí­tica es muy dinámica. Lo que sí­ es claro es que hay proyectos que electoralmente se vienen sosteniendo. Esos proyectos pueden tener a veces más o menos votos, pero es eso lo que finalmente se plantea a través de las ofertas electorales, los proyectos. En octubre el derrotado fue el odio, salvo en el caso de Carrió, que representa a los sectores más recalcitrantes y conservadores de la Ciudad de Buenos Aires, donde se concentra la mayor parte del odio y el poder mediático. Como perdió el odio, esos sectores hoy apoyan a Massa, que es confuso. La propuesta de Massa es ésa, la confusión, un tipo que estuvo dentro del proyecto, que fue fronterizo, que en 2011 acompañó a Cristina muy contento. En cómo le fue en las elecciones pesó la asociación que hizo mucha gente entre su figura y las polí­ticas de inclusión jubilatorias que llevó adelante este gobierno. Massa fue un administrador de los recursos que se obtuvieron gracias a consensos que costó mucho lograr, y no fue él el que los logró. Empezó su campaña diciendo que habí­a que preservar lo que estaba bien y cambiar lo que estaba mal, de modo que los beneficiarios de la asignación, por ejemplo, no se sintieron amenazados. Aprovechó. Percibió que no habí­a cabida para algo rabioso contra el Gobierno. Los poderes de siempre buscaron que los representara alguien más tamizado que los candidatos puramente odiadores, y Massa se deja usar en ese sentido. Pero va a tener que cuidarse, porque cuando te usan esos sectores, si no respondés fielmente a lo que te piden, de la misma manera que te impulsan te desechan. Massa hace ruido rápidamente primero, porque se rodea de economistas que sabemos lo que plantearon y plantearán, y aparte es obvio que muy pronto se le exige una postura de mayor enfrentamiento. De repente van todos con la Constitución en la mano ˮ“era muy gracioso ver a gente como Cariglino con la Constitución en la manoˮ“ porque querí­an firmar ante escribano que se iban a oponer a la reelección de Cristina. Era patético, porque ellos arrancan la campaña con un tema que no salió de nosotros, Cristina jamás planteó su reelección. Confunden las cosas. Cuando nosotros hablamos de llevar adelante un proyecto polí­tico en el tiempo, ellos permanentemente lo confunden con los tiempos institucionales. No hablábamos de eso. Nunca hablamos de eso. Cristina conduce un proyecto polí­tico y ha generado prole, lo cual a esos poderes de siempre les crea un problema. O sea: que haya generado prole le da la posibilidad de una continuidad en el tiempo, y es eso lo que nunca habí­a pasado y a lo que se oponen férreamente. Eso le da una identidad que va más allá de su persona como candidata. Matrimonio igualitario, recuperación de Aerolí­neas, de YPF, son todas cuestiones que cruzan transversalmente a la sociedad. Esa identidad que logramos no a través de palabras sino de hechos y gestión es lo que atacan brutalmente cuando atacan a La Cámpora o a las otras organizaciones polí­ticas que acompañan este proyecto. Ellos tienen la necesidad, para llevar adelante las polí­ticas económicas que les interesan, de que este proyecto polí­tico termine mal. Si uno repasa la historia argentina, a esos intereses siempre la violencia les sirvió para confundir y terminar imponiéndose. La violencia es una herramienta útil para ellos. ¿A quién terminó beneficiando una y otra vez la violencia social o polí­tica? A los sectores más concentrados de la economí­a. Sin excepciones. Los cambios y las reformas que hagan falta Máximo observa qué pasa en algunos paí­ses vecinos. En Chile, por ejemplo, donde Michelle Bachelet fue nuevamente electa después de los cuatro años frustrantes de la derecha de Piñera, o en Uruguay, donde Tabaré Vázquez vuelve a asomar como posible presidente. ˮ“En Chile la Constitución dice que nadie puede tener más que un solo mandato, pero parece que la gente quiere otra cosa. La reforma constitucional es una discusión pendiente que habrá que dar, no ahora, porque van a decir que es oportunista. Pero eso no quiere decir que en algún momento no haya que darla. El tema de la posibilidad de la reelección no pasa por una cuestión constitucional, sino por lo que la gente quiera. Si te vota o no te vota. ¿Qué era lo que decí­a Clarí­n en su momento? Pasan los gobiernos y Clarí­n queda. Claro. El sistema está organizado para que esos poderes, sea Clarí­n o cualquier otra corporación ˮ“porque a esta altura Clarí­n es un sí­mbolo que lo excedeˮ“, puedan desarrollar sus intereses sabiendo que a lo sumo tienen que resistir uno o dos mandatos. Ellos quedan. Cuando Néstor habla de Clarí­n nunca habla sólo de Clarí­n, sino del ariete de los sectores concentrados. El ariete que con el tiempo, además de haber sido el vocero y, gracias a eso, se transformó el socio de esos intereses. Primero fue vocero, pero después le dieron Papel Prensa, después vino el cable, con nuestros errores. Después el campo, pero de esos sectores ya tampoco eran voceros sino socios... Los gobiernos pasan y son ellos los que están agarrados del poder. La operación y la oposición Antes habí­amos hablado de la decisión y de la vocación de su padre, que no pudo parar el motor encendido de la polí­tica. Esta vez le pregunto cómo afrontó la operación en el cráneo a la que fue sometida su madre a principios de octubre pasado, después de una caí­da doméstica en Olivos. ˮ“Uno la ve que atraviesa situaciones y después sale con fuerza, pero claro, está presente lo que pasó con Néstor. Cuando apenas asumió el segundo mandato hubo que atravesar el tema de la tiroides. Y después esta otra operación. Uno no es insensible ni a lo que tiene que pasar ella ni a la virulencia con la que la atacan. Uno quisiera, uno está tentado muchas veces de salir a decir o a hacer cosas para defenderla, pero las responsabilidades son las responsabilidades, y además la que manda en cualquier situación, incluso en ésta, es ella. Pero creo que la sociedad también tiene un techo para eso. Incluso los que no están de acuerdo, incluso los que la critican: hay un lí­mite. Y saben, perciben que Cristina es el último dique de contención que hay hoy en la polí­tica argentina contra los intereses que hicieron de la Argentina un paí­s invivible y que tuvo su corolario final en 2001. Creo que hoy no hay ningún otro dirigente polí­tico que exprese esa contención, porque para ganar espacio han transado con esos intereses. La sociedad puede estar más o menos enojada con no-sotros, pero percibe a los otros candidatos, al menos hoy, como meros alfiles de esos poderes. Y eso nunca mejorará la vida del pueblo. ¿Y cómo visualiza o avizora Máximo Kirchner el ví­nculo con sectores opositores? O todaví­a más: ¿cómo concibe el rol de un opositor? ˮ“Yo no voy a hacer lo que nos hacen a nosotros. Y quizás en algún punto eso sea un problema para no-sotros en el futuro. Pero creemos firmemente que uno tiene que construir siempre, desde el oficialismo y desde la oposición. (...) Nosotros no queremos ser como ellos. De ninguna manera queremos falsear la lectura de la realidad para perjudicar a un adversario. Necesitan hacer que, más allá de los problemas genuinos que tenemos ˮ“que no los negamos, como no negamos las contradiccionesˮ“, necesitan desesperadamente su fracaso, convirtiendo ese fracaso en el de todos. Y de esa manera nunca van a nacer opciones superadoras. Esto es lo preocupante de este paí­s, hoy. Que quieren que Cristina termine mal, y no tienen nada mejor para ofrecer. No-sotros creemos que si perdemos porque aparece algo que nos supera y nos mejora en términos de un proyecto que incluya y que beneficie a la enorme mayorí­a de los argentinos, bancamos, está bien. Pero no es eso lo que pasa. (...) Acá hay que trabajar y trabajar con todos los que sea posible. Lo que más bronca me dio el año pasado es que nosotros, en la tragedia de La Plata, en las inundaciones, nos pusimos a trabajar sin pausa, sin dormir, sin respiro, y en el medio de tantas necesidades nos encontramos con que el gran tema, el gran debate, fue pechera sí­ o pechera no, en esa discusión entre el compañero Andrés Larroque y el periodista Juan Miceli. (...) Yo me alegrarí­a si pasa un desastre en mi barrio y aparecen pecheras radicales o troscas o lo que fuera, incluso Melconian con veinte pibes de amarillo, dispuestos a dar una mano. Creemos en eso cuando lo hacemos nosotros y cuando lo hacen los demás también. Que convenzan trabajando, no desde la tele. Que convenzan en el territorio, con capacidad de gestión. Porque para poner en marcha un operativo de organización tan grande como el que hubo en La Plata tiene que haber capacidad de gestión. Si no avanzamos así­, ¿qué nos queda? ¿Volver a venderse por televisión? Y ojo, porque muchos de los polí­ticos que hoy critican desde la televisión no te pisan un solo barrio, y si están hoy en la televisión es porque hubo diez años en los que pudieron volver a salir a flote después de que en 2001 todos fueron arrasados. Si hoy reaparecen personajes que se dedicaron a ajustar y durante un largo tiempo tuvieron que mantenerse en la sombra es porque hubo un tipo que entre 2003 y 2007 se dedicó a laburarse todo, y porque Cristina desde 2007 se entregó en cuerpo y alma a cumplir con sus responsabilidades para construir un paí­s más justo que el que tení­amos el 25 de mayo de 2003, cuando nadie daba nada ni por Néstor ni por el paí­s.  Página 12
Imágenes