Política

Números que asustan

El INDEC dio a conocer datos vinculados a la actividad económica y el saldo de la balanza comercial que generan preocupación y ratifican el empeoramiento de las cuentas públicas desde que asumió Mauricio Macri.
por La Cámpora
26 ago 2017
Se informó con optimismo que la economí­a creció un 4% en junio, empujada principalmente por el repunte de la construcción a partir de la puesta en marcha de la obra pública en el escenario electoral. Los economistas de todos los espectros ideológicos vaticinaban a fin de 2016 y comienzos de 2017 que este año la economí­a crecerí­a por el efecto rebote. El ex Viceministro de Economí­a, Emmanuel ílvarez Agis, apeló a una metáfora para representar lo que se espera para estos doce meses: sostuvo que si uno estaba en el piso diez, cayó abruptamente al subsuelo del edificio, y ahora está en el primer piso, puede mostrar que está un poco mejor que antes (por el efecto rebote) pero no hay nada festejar porque se está lejí­simos de donde se arrancó. Los números difundidos por el organismo estadí­stico implican que Argentina está en el primer piso de la alegorí­a de Agí­s. Es cierto que creció la economí­a respecto a junio de 2016 y que el acumulado del primer semestre aumentó un 1,6% en relación al año anterior. Sin embargo, si se la compara con junio de 2015, el registro está un 1,1% debajo. Esa situación se refleja en las actividades más importantes, como la construcción que está un 5,5% debajo de la medición en junio de 2015, o la actividad industrial que se encuentra un 5,3% por debajo. En otro orden de cosas, cabe recordar que en la campaña electoral Mauricio Macri aseguró que él iba a retomar la polí­tica de superávits gemelos (sin explicar cómo) que caracterizó los primeros años del kirchnerismo. En relación a los objetivos fiscales, el déficit en julio aumentó un 18,6% si se contemplan las erogaciones por interese de deuda, y lleva un acumulado del 40,1% en lo que va del año. Asimismo, otro dato sumamente alarmante difundido por el INDEC es el de la balanza comercial. En julio se registró un rojo comercial de U$S798 millones que asciende a U$S4.649 millones si se miran los meses transcurridos de 2017. Esto se explica en gran parte por el avance de las importaciones frente a las exportaciones. La entrada de productos extranjeros creció un 30% en el último año y un 15,4% en estos siete meses; mientras que la colocación de productos locales en el exterior sólo mejoró un 5% en el interanual y un 1,4% en estos siete meses. Debe señalarse que la importación de bienes de consumo ˮ“aquellos fabricados í­ntegramente en el exterior que compiten con la producción nacional- aumentó un 20%. Esto ayuda a comprender la crisis que vive el sector productivo local donde constantemente cierran fábricas o se dan a conocer que hubo suspensión o reducción de personal. Algunos advierten que este año podrí­a darse el déficit comercial más grande de la historia. Una de las peores marcas anuales data de 1994 cuando los números cerraron con un rojo de U$S5.771 millones. Para julio de ese año, el déficit era de U$S3.255 millones, una cifra considerablemente menor a la registrada en julio de 2017. El fracaso de la polí­tica de subordinación frente a Estados Unidos que abrió las puertas a la carne de cerdo estadounidense mientras que allá prohibieron el ingreso de biodiesel argentino profundizará el saldo comercial negativo; el cual será cubierto con una mayor toma de deuda que, lógicamente, será aportada por entidades financieras de Estados Unidos. Los que provocan un empeoramiento de las cuentas son los mismos que hacen de prestamistas con tasas cada vez más caras para cubrir esos agujeros. Las polí­ticas de este Gobierno afectan la producción local, el trabajo genuino y la viabilidad socioeconómica del paí­s. No sólo está quedando mucha gente en el camino, sino que tampoco están cerrando los números.
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