Opinión

El gobierno y su indiferencia en salud

¿Por qué el dengue no es agenda nacional?

Dengue guardias del amba

Transitamos la peor temporada de dengue en nuestro país. El trabajo que debemos hacer entre todos y todas es tan importante como la presencia de un Estado nacional que asuma la política de prevención.

por Nicolás Kreplak *
26 abr 2024

El dengue es una enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti. Actualmente la Argentina acumula 315 mil casos de dengue en lo que va de 2024 y un total de 238 muertes por la enfermedad. 

Pensar que las epidemias tienen aspectos distritales o jurisdiccionales es un absurdo. Esta epidemia de dengue es muy grande en toda la región de las Américas. La del año pasado había sido la peor y esta ya la superó.

Hay diversas razones. Una especialmente es la capacidad adaptativa del mosquito de crecer más y crecer en más lugares. 

En Argentina, en general, los casos se dan durante el verano, producto de migrantes provenientes de países vecinos como Paraguay, Bolivia y Brasil, que ingresan por el noroeste y noreste (NOA y NEA), con el virus en su cuerpo, son picados por mosquitos que se infectan, se reproducen e infectan a otros. Esto hace que, en general, para finales del verano, tengamos los casos de dengue. 

Pensar que las epidemias tienen aspectos distritales o jurisdiccionales es un absurdo.

El año pasado y luego del brote del verano, en algunas regiones del NEA continuó habiendo casos durante el invierno. La migración interna dentro de provincias del país, pudo haber sido una de las causas que explique la cantidad de contagios de esta enfermedad y también la aparición más temprana.

El Aedes aegypti es un mosquito que se cría en los reservorios de agua, incluso la que parece limpia y cristalina. Con solo 24 horas de que el agua acumulada se quede quieta, el mosquito se puede reproducir. El 85% de los contagios se producen en las casas. Por eso, una de las acciones más importantes en la prevención es el descacharreo para reducir los reservorios del mosquito. Es una enfermedad de cuidados comunitarios, por eso girar, tapar, lavar y tirar es la tarea principal.

La clave para trabajar este año es que no haya dengue en invierno en el norte. Esto es muy importante para que el próximo verano no se llegue a un volumen de contagios mucho mayor. Para ello necesitamos una estrategia nacional. 


Hay que trabajar mucho en la reducción de las colonias de mosquitos en los hogares para reducir el riesgo de ser contagiados, que es el descacharreo. Hay que hablar mucho de educación para la población para que se sepa cómo, primero, reducir el riesgo de ser contagiado, segundo, una vez contagiado, cómo acudir al sistema de salud para no saturarlo, sin llegar demasiado tarde y tener que lamentar víctimas que podríamos salvar. 



La clave para trabajar este año es que no haya dengue en invierno en el norte. Para ello necesitamos una estrategia nacional".

Hay muchas cosas por hacer. El Estado nacional debe asumir la conducción de la política de prevención y cuidado. Como se hizo durante la pandemia. Tenemos el beneficio que el dengue tiene una tasa de mortalidad muchísimo más baja que el COVID, para ejemplificarlo: la cantidad de fallecimientos totales por dengue es menos de la mitad que el día de mayor fallecimientos por COVID.


Por ejemplo, durante el gobierno de Cristina, desde el Ministerio de Salud, pusimos en marcha una estrategia nacional para el bloqueo del avance del dengue en el NOA y en el NEA, una acción integral que denominamos “Escudo norte” y que buscaba mitigar el avance para las otras provincias.



El Estado nacional debe asumir la conducción de la política de prevención y cuidado".

Sin embargo, tenemos un Gobierno nacional que comienza sus funciones un 10 de diciembre, que sabe que va a tener dengue y asume sin un plan estratégico. Acá no hubo ni hay un plan contra el dengue. 

No se reforzó el trabajo con las provincias para aumentar los promotores comunitarios, no se aumentaron los recursos para traslados y operativos territoriales, se eliminó la comunicación institucional de medios masivos de comunicación y redes sociales, y la primera reunión de trabajo con las y los ministros fue pasados los 100 días de gobierno. 

Pero, además, se desfinanciaron los centros de vectores del NOA y del NEA que monitoreaban y estudiaban el mosquito, y al desfinanciarlos, la vigilancia disminuye. 

Tampoco se pensó una estrategia para el abastecimiento de repelentes. El precio se liberó y tuvimos otro ejemplo donde el mercado fracasó en la autorregulación que el propio Gobierno nacional embandera. Algunas provincias, como la de Buenos Aires, municipios y laboratorios públicos, tomamos la iniciativa, y escalamos la producción sabiendo que esto iba a suceder porque la política sanitaria se gestiona con planificación. 


Esta, o cualquier otra estrategia de trabajo integrado y federal, es la responsabilidad del Estado nacional.


La salud no se puede tratar con la lógica de mercado. El mercado de la salud no existe, no se regula solo, es un error conceptual muy importante. Pasó con esto y va pasar con otros medicamentos que van a faltar por los costos y por la producción. Hay que revisar el rol del Estado antes de que sea demasiado tarde.


En la historia argentina, durante el gobierno de Perón con el Dr. Ramón Carrillo, se erradicó en nuestro territorio otra enfermedad transmitida por un mosquito que era la malaria, que si bien sigue siendo una enfermedad existente en países limítrofes, dejó de ser una enfermedad en Argentina. Eso es una política activa que se logró hacer. Por eso, es responsabilidad de este Gobierno nacional coordinar, tomar las decisiones y hacer las inversiones necesarias para que durante este invierno podamos erradicar el dengue de las fronteras nacionales. Tiene que volver a ser una enfermedad importada.


Con trabajo es posible.





La salud no se puede tratar con la lógica de mercado (...) Hay que revisar el rol del Estado antes de que sea demasiado tarde".

Por esto, es importante que la prevención sea política de Estado. Con el dengue, con las campañas de vacunación, con la incorporación de la nueva vacuna para embarazadas al Calendario Nacional, y con cada una de las líneas de prevención y cuidado. Sin conducción nacional es muy difícil tener éxito, porque la política debe ser federal, integral y articulada.  


La vacuna contra el dengue, por ejemplo, tiene todas las condiciones para ser una vacuna que se pueda utilizar en el futuro, pero ahora es responsabilidad inmediata del Estado nacional recabar la información que hay a nivel mundial y en nuestro país, para que pueda ser incorporada el próximo año, discutir con todas las jurisdicciones del país la población objetivo y luego ser distribuida.



Es importante que en este momento resaltemos que hay dos vacunas fundamentales para la preparación para el invierno. En todo el país se lanzó la campaña de vacunación antigripal para los grupos priorizados, que busca lograr coberturas mayores o iguales al 95% en cada grupo de la población en riesgo, ya que se trata de una enfermedad viral respiratoria muy transmisible durante los meses más fríos del año.


Además, se agregó una nueva vacuna al Calendario Nacional de Vacunación, que es la vacuna contra el Virus Sincicial Respiratorio (VSR) para personas embarazadas entre la semana 32 y la 36 inclusive. Es el virus que produce la enorme mayoría de las bronquiolitis, que es la principal causa de muerte infantil después del nacimiento, en los primeros meses de vida. 



*Nicolás Kreplak es ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires. Tiene 42 años. Es médico clínico, sanitarista, militante y uno de los responsables de La Cámpora en Salud.