Política

Prefectos torturaron a dos integrantes de La Garganta Poderosa

Dos jóvenes, uno de ellos de 15 años, fueron secuestrados, torturados y amenazados de muerte por más de una decena uniformados.
por La Cámpora
29 sep 2016
La Garganta Poderosa no es un medio más. Uno de sus miembros lo ha explicado cuando se les entregó el premio Rodolfo Walsh “el valor agregado de la Garganta Poderosa no son los saberes técnicos, sino las miradas que históricamente estuvieron desestimadas en el marco de la universidad y que nosotros sentimos que empiezan a ser reconocidasˮ. La revista que surge como una necesidad con el aval de una sociedad que reflexionaba sobre el papel de los medios, tiene muchos colaboradores. Dos de ellos, Ivan y Ezequiel de 15 años, que fueron sometidos a torturas dignas de otras épocas. Tortura, basura, dictadura, como podrí­an rimar en las páginas de la Garganta. Ezequiel e Iván son dos pibes de la Villa 21 que tuvieron la desgracia de ser los protagonistas del abuso institucional hace algunas horas, pero también tienen la suerte de poseer una voz ejercitada para poder gritar con firmeza quiénes fueron sus agresores y qué atrocidades les hicieron. Iván recibió la primera trompada sorpresiva. Los requisaron, los acusaron de ladrones, pero nada, no encontraron nada más que dos amigos que se cruzaron de casualidad y se estaban por dar un abrazo, como explican en redes sociales. Fueron prefectos, perfectos calcos de épocas pasadas, de momentos oscuros de nuestra Argentina que nos negamos a olvidar. Les pegaron brutalmente en una garita primero, para subirlos encapuchados después a un auto y así­ llevarlos a un descampado. Dijeron que los iban a matar porque a nadie le importaban. Olvidaron, los integrantes de Prefectura, que el pueblo está empoderado y que a pesar del terror que causan estos hechos, no encontrarán silencio en gran parte de nuestra sociedad. Por supuesto que la violencia no fue solo fí­sica, también les hicieron creer que los matarí­an y hasta preguntaron, a estos niños, donde querí­an el tiro. A punta de escopeta los obligaron a correr rápido para salvar sus vidas, esas vidas que Iván y Ezequiel aprendieron a valorar a pesar de todo. Uno de los prefectos es Leandro Adolfo Antúnez, quien fue detenido luego de la denuncia que realizaron los chicos. También fueron removidos de sus cargos el resto de los agentes que integraban el móvil. Esta es una de las tantas aberraciones que las fuerzas de seguridad ensayan como queriendo probar hasta donde aguanta el pueblo. Pues debe quedarles claro que no somos los mismos que hace una década atrás. Sabemos que se puede vivir mejor, que no era una mentira. Y esta idea de vivir mejor no debe limitarse a la cuestión económica, sino a todo el entramado simbólico que se hizo carne en la mayor parte de argentinos y argentinas. Aprendimos que la Patria es el Otro y que algunas cosas no pueden volver a suceder nunca más.
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