Opinión

Préstamos a punta de pistola

Por Vasco Otegui
por La Cámpora
3 dic 2018
Cuando la economí­a personal vive una época de vacas flacas el impulso inicial es reducir los gastos innecesarios en compras de objetos que no son de primera necesidad. Pero, a pesar de que la palabra “ajusteˮ es mencionada cotidianamente por el Presidente Macri, paradójicamente esta conducta no es susceptible de ser atribuida al Estado nacional. “I come to sell military equipmentˮ (“Vengo a vender material militarˮ) dijo Donald Trump ni bien entró al Salón Blanco de la Casa Rosada para darle el apretón de manos protocolar a Mauricio Macri. Esto solo lo destacaron los analistas crí­ticos, quedando soslayado para el gran público y la prensa oficialista. En efecto, Clarí­n y los medios adictos se apresuraron en anunciar que Mr. President vino con la promesa de invertir escasos 250 millones de dólares en proyectos de infraestructura a través de la Overseas Private Investment Corporation (OPIC), una institución financiera de desarrollo del gobierno de EE.UU., acuerdo que se firmó dos dí­as antes de que Trump le dijera a Macri lo que pretendí­a a cambio. Trump es un vendedor nato que hizo millones en bienes raí­ces y luego llegó a la presidencia de EE.UU. vendiendo su propia imagen de provocador antipolí­tico. Pero a sus dotes de vendedor hay que agregarle un atenuante: La dependencia del modelo de Cambiemos de caerle en gracia a EE.UU., a raí­z una economí­a vulnerable, una deuda galopante y necesidad de más crédito, algo que Trump garantizó ante el FMI en el último acuerdo. Para que Washington ofrezca sus dólares, ya sea mediante inversiones o por préstamos del FMI, es necesario cumplir sus prerrogativas y una de ellas es comprarles armamento, algo completamente innecesario para nuestro paí­s el cual carece de hipótesis de conflicto. El canciller Jorge Faurie negó cualquier posibilidad de compra de armamento pero aclaró que para que se cumpla la llegada de los dólares americanos una comitiva liderada por Nicolás Dujovne debe viajar a EE.UU. para interiorizarse en las condiciones. Ante un gobierno que no cumplió ninguna promesa y miente a diario es evidente que la aclaratoria del canciller sirvió para confirmar la oscuridad. Por más que digan que no, los funcionarios argentinos chocarán contra una polí­tica de la gestión Trump que insta a militares y diplomáticos del paí­s a ayudar a recaudar miles de millones de dólares más en ventas de armas al exterior. Mr. President busca así­ cumplir la promesa  de crear empleos vendiendo más bienes y servicios al exterior, para reducir el déficit de la balanza comercial desde un máximo en seis años de 50 mil millones de dólares. Y el principal generador de empleo en EE.UU. es el complejo militar industrial. Giros de la historia El mundo nos brinda ejemplos categóricos: En Grecia uno de los factores que condujeron a la enorme deuda externa fue la compra de armamentos a Alemania, Francia y Estados Unidos. Como detalle no menor, los principales acreedores de Grecia son Alemania y Francia quienes, como contraprestación de los créditos, instaban a hacer negocios con sus propias empresas. En 2010, dos años después de declarada la crisis, el gasto militar heleno fue el más alto de la Unión Europea, y Grecia fue el cuarto mayor importador mundial de armas convencionales y el segundo de la OTAN, después de Estados Unidos. Los analistas afirman que si Atenas hubiera recortado los gastos de defensa se habrí­a ahorrado alrededor de 150 mil millones de euros, más que su último plan de rescate. En este correlato en el cual la deuda argentina se acerca a más del 90% del PBI no es de desdeñar este ejemplo que derivó en Grecia en una reducción drástica en la inversión pública, despidos, aumentos en edad jubilatoria y un proceso privatizador por el cual el Estado heleno debió desprenderse de su principal puerto y sus aeropuertos, además del control de sus recursos turí­sticos (su principal fuente de ingresos). En 2011 circulaba el documental Debtocracy (Deudocracia) en el cual economistas griegos trazaban comparativas entre su crisis originada en 2008 y el proceso que desembocó en los hechos de 2001 en nuestro paí­s. Los giros de la Historia hacen que Grecia ahora nos brinde su ejemplo.
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