Por Andrés Larroque (*)
“En el fárrago de los días finales, Kirchner también dio instrucciones sobre los medios periodísticos. Organizaciones paragubernamentales, como el grupo La Cámpora, anunciaron que harán concentraciones en la noche del domingo en las puertas de medios de comunicación. La primera consecuencia será que dificultarán seriamente el trasiego de periodista en un día de elecciones. La consecuencia más importante será, con todo, la certeza de hostigamiento e intimidación que sentirá el periodismoˮ. Joaquín Morales Solá, 24 de junio de 2009.
Desde aquella profecía que en el 2003 augurara un año al gobierno al ex presidente Néstor Kirchner, poco pueden sorprender las trapisondas del diario de Don Bartolo.
Sin embargo, siempre está esa capacidad creativa del diario que organizó a la oligarquía en el siglo XIX y hoy acompaña el proceso de restauración conservadora con la que sueña el poder mediático y económico, perdón si se incurre en una redundancia.
El periodista Morales Solá, de manera muy creativa, nos sorprendió el día de ayer con el delirio que se cita textualmente a comienzo de la nota. Hasta ahí habría que hablar de una nueva mentira del medio, que a esta altura no es noticia. Una más en la fila interminable de barbaridades desde la profecía fundacional del 2003.
Sin embargo, Joaquín en el momento de describir su alucinación eligió algunos vocablos que no se le escaparon porque sí. Se podrá cuestionar hasta donde son periodistas o lobbistas, pero no improvisan. Cada palabra está medida por la fría racionalidad liberal y cipaya de todos los tiempos. Es una escuela.
Decir que La Cámpora es un “grupo paragubernamentalˮ, es endilgarle a nuestro espacio político una vinculación simbólica con expresiones vinculadas a la noche más oscura de nuestra historia, noche que el diario pergeñó y el periodista, por lo menos, avaló.
Si a nosotros por estar cerca de este gobierno nacional y popular que recuperó la dignidad de los argentinos, se nos denomina “paragubernamentalesˮ, que queda para Joaquín y su cercanía con el Proceso, que su diario omitía denominar como dictadura hasta hace algunos años ¿Acaso Morales Solá podría ser denominado como “paramilitarˮ?
Si esta agrupación de militantes juveniles que con todo derecho defiende sus convicciones ideológicas es llamada “paragubernamentalˮ ¿Cómo debemos llamar a la Unidad de Control del Espacio Público (UCEP)? ¿Grupo de tareas antipobres de Mauricio Macri y Gabriela Michetti?
¿Qué queda entonces para los ruralistas allegados a la patronal sojera que “espontánementeˮ agredieron reiteradas veces al diputado Agustín Rossi? ¿Grupo “paraagrarioˮ?
Joaquín habla del potencial hostigamiento que surgiría de su hipótesis infundada y delirante respecto a la ocupación de canales por parte de nuestros militantes. Ahora, al hostigamiento permanente de cierta prensa, la mentira, la insidia, la reivindicación de un periodismo independiente, cuando se trata de empresas que persiguen su interésˮ¦ ¿Cómo debemos llamarlo? ¿Grupos paraperiodísticos? ¿Cómo se denomina a aquellos comunicadores que parecen más lobbistas que periodistas? No hay problema en que defiendan intereses inconfesables, el problema es que no lo digan y vendan el buzón del periodismo casto e independiente.
En última instancia ¿Por qué les molesta La Cámpora? Los invitamos a que conozcan y difundan nuestra actividad cotidiana. La militancia de infinidad de compañeros a lo largo del territorio basada en claras concepciones ideológicas, vinculadas a la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación, que nos permiten dormir con la conciencia tranquila todas las noches. Porque cada vez que apoyamos la cabeza en la almohada es para ver como al día siguiente sacamos lo mejor de cada uno para aportarlo al proyecto colectivo que le devolvió la dignidad a nuestra Patria.
Los movimientos de cierta prensa desde un tiempo a esta parte, han abierto la posibilidad a que imaginemos cualquier cosa de parte de ellos.
Sin embargo hay que reconocerles el mérito y la capacidad creativa que va más allá de toda previsión. Ya es algo común, para los militantes de La Cámpora en particular y para el kirchnerismo en general, leer los matutinos y encontrar las más descabelladas hipótesis sin ningún tipo de sustento en fuentes o algo que se le parezca.
En ese marco, no cabe más que felicitar al periodista Joaquín Morales Solá que en su editorial del día de ayer en el diario La Nación hizo un claro esfuerzo por trasponer todo límite previsible.
¿Qué le pasa a Joaquín? ¿Qué necesidad tiene de hostigar a un grupo de militantes que abrazan con convicción el proyecto político que ha sacado a la Argentina del infierno y sienta las bases para recuperar el país que décadas de oprobio gorila le negaron al pueblo?
La campaña que transitamos.
(*) Secretario General de La Cámpora.