Política

Raúl Solanas

por La Cámpora
27 sep 2011
Ayer se dio a conocer una triste noticia: falleció Raúl Solanas,  militante peronista. A modo de homenaje para el compañero, compartimos las palabras de Lucas Carrasco en su blog  República  Unida de la Soja. En los dí­as negros del 20 de diciembre, en Paraná, el gobierno de la Alianza asesinó a 3 jóvenes en medio de las protestas sociales, cuando arreciaba el hambre, la desesperación, los bonos como moneda, la falta de pago, los hospitales y escuelas cerradas, el desempleo, la miseria. Un joven de la Corriente Clasista y Combativa de veintipico; dos chicas, de 13 y 15 años, asesinadas. Por la represión del gobierno progresista. Nunca en democracia se llegó a una situación tan dramática. El gobernador radical, Sergio Montiel, pagaba coimas de diputados de distintos bloques, para que no avance el juicio polí­tico en su contra. En tribunales, se hací­an todos los desastres posibles para que no avanzaran las causas. La Cámara de Diputados quedó, por eso, paralizada. No podí­a sesionar ni pudo durante años. En varias ocasiones, la Cámara de Diputados fue cerrada con la policí­a, que no dejó entrar a los legisladores. Ahí­, en ese clima, que mejor olvidar, dejar pasar, yo escribí­ un libro sobre los tres asesinatos cometidos por los institucionalistas republicanos, obvio que de centro izquierda y sin dudar, progresistas: la enorme hipocresí­a de aquellos años oscuros. Hubo pocas personas que me ayudaron mucho. Una fue Raúl Solanas, diputado de un tipo de peronismo que era difí­cil de conseguir antes del kirchnerismo. Diputado del peronismo nacional y popular, convencido, que pedí­a el avance de las investigaciones y las causas por esos crí­menes.  A veces, incluso, en soledad. La misma soledad que la loterí­a de las cosas, a veces, nos reserva un lugar de alegrí­a, de orgullo, de victoria. ------------------------ Son pocos, contados, ni falta me hace una mano, los dirigentes polí­ticos por los que siento afecto. Uno era Raúl Solanas. Ahora voy a tener que hablar de Raúl en pasado. Hoy  lo encontraron muerto. Se suicidó una  madrugada de la semana pasada, en su quinta, en las afueras de Paraná. Es difí­cil tener que empezar a hablar en pasado. Así­ son las cosas. No hay, supongo, razones decibles para narrar los dramas í­ntimos, lo secreto, el misterio de cada vida. Los que nos quedamos, hacemos balances de los que se van. El cariño que sentí­a, puta, hablar en pasado, por Raúl siempre remite a los dí­as más difí­ciles. Al 20 de diciembre de 2001, a las elecciones con el Kirchner del 2% del 2003, a la asonada oligárquica del 2009, a la defensa de la ley de medios, y ahora, que las naves se acomodaban, bueno, ésto. Estoy muy triste. Raúl creí­a que habí­a algo en el más allá. Tanto como creí­a en una iglesia de opción por los pobres, liberadora, cristiana en el sentido popular del término. Yo, alguna vez, me burlé de eso. Pero ojalá, Raúl, exista algo más allá. Te lo merecés. Es una razón válida, no para creer porque no me sale, sino para que exista algo más allá: vos te lo merecés. Y si existe algo, más allá, en el cielo, seguro está lleno de gente aburrida. Les va a venir bien tu fina  ironí­a, tu inteligencia calma, el tesón con que te jugaste en las cosas que valen la pena. Les va a venir bien a la eternidad calma del misterio de la muerte. A nosotros nos quedan las cosas que faltan, las causas que valen, todaví­a, la pena.