Política

Repercusión internacional de la persecución contra Cristina

La diputada nacional Mayra Mendoza se acercó al presidente de Rusia, Vladimir Putin, en el Foro Euroasiático de Mujeres que se llevó a cabo en ese paí­s, para que conozca en persona la situación de persecución polí­tica y judicial que está atravesando Cristina Kirchner.
por La Cámpora
21 sep 2018
En un salón colmado de mujeres de todo el mundo, donde participaron integrantes de 30 organizaciones internacionales, Mayra Mendoza le acercó a Vladimir Putin un folleto que denuncia la persecución polí­tica y judicial que se vive en nuestro paí­s, fundamentalmente hacia Cristina Kirchner. El primer mandatario ruso, escuchó atentamente y se retiró del Foro con el material. Los principales lí­deres populares hoy son ví­ctimas de lo que se conoce como “Lawfareˮ, una poderosa arma utilizada en todo el mundo para combatir enemigos polí­ticos. Es así­ como se combinan acciones que simulan legalidad, articulando la acción de servicios de inteligencia, sectores del Poder Judicial y Polí­tico que, junto a medios de comunicación, promueven denuncias buscando presionar y deslegitimar a las personas acusadas y su entorno más cercano; con el objetivo de que terminen perdiendo el apoyo del pueblo. El lawfare utiliza las siguientes estrategias: abuso de las leyes vigentes para perjudicar la imagen pública del adversario, uso del proceso legal para cercenar su libertad, intimidarlo, silenciarlo e influenciar negativamente a la opinión pública generando una “condena socialˮ que anticipe la sentencia condenatoria y cercenar el amplio derecho a una defensa imparcial. Esto sumado a la presión a agentes públicos, las represalias contra polí­ticos para obstruir los mecanismos legales de defensa y la tentativa de intimidar a abogados de la defensa. Desde que asumió Mauricio Macri, se realizaron una serie de medidas que apuntaron a que el Poder Judicial persiga a los que se oponen a su gobierno, por lo que bien vale enumerar algunas de las acciones que fueron allanando el terreno. Por decreto, el gobierno derogó la Ley de Medios, devolviendo a los medios hegemónicos un poder que habí­a sido quitado con por amplia mayorí­a democrática en el Congreso de la Nación. A través de la Ley de Blanqueo Histórico, se liberaron de futuras responsabilidades a los grandes empresarios del paí­s y los representantes de los grandes grupos económicos, permitiendo realizar esta operación a familiares/testaferros de funcionarios, empresarios que hoy son “arrepentidosˮ, no pudiéndose de ninguna manera averiguar el origen negro de los fondos que estos dicen haber pagado A su vez, se transformaron seis tribunales orales en lo criminal de la Capital Federal (TOC) en nuevos tribunales orales en lo criminal federal (TOF) dando traslado a los jueces, vulnerando nuestra Carta Magna, al tiempo que se presionó hasta su renuncia a la Procuradora General de la Nación. En el mismo sentido, hicieron renunciar y trasladar a algunos jueces de la Cámara Federal de Apelaciones, lugar donde se revisan las decisiones de los jueces de primera instancia, quienes instruyen las causas sobre corrupción del poder polí­tico nacional, tanto del Gobierno actual como de gestiones anteriores. La persecución polí­tica y judicial a la oposición en nuestro paí­s está hoy ejemplificada en su mayor exponente: Cristina. Ella no sólo representa la posibilidad concreta de una patria libre, justa y soberana, sino que en simultáneo es una lí­der polí­tica fuerte y activa; la única capaz de representar una verdadera oposición al gobierno nacional y a los intereses de los grandes grupos económicos. Cristina se opuso sistemáticamente a todas las medidas que arrasaron los derechos del pueblo trabajador. Por esto, se han dictado en su contra cinco procesamientos y fue imputada y procesada en tres causas distintas por haber sido la jefa de la misma presunta asociación ilí­cita. La persecución a Cristina es sólo comparable a aquella que se llevó a cabo en tiempos en que se encontraba suspendida la vigencia de la Constitución Nacional. La difamación de su figura pública es la misma que sufrieron el general Juan Domingo Perón y la compañera Evita, y el ataque a la simbologí­a que nos representa es idéntica a la que sufrió el pueblo peronista en épocas de proscipción y persecusión durante los años de la Revolución Fusiladora.
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