Política

Republiquita

Las denuncias y posteriores rectificaciones de Elisa Carrió, y la decisión de Gustavo Arribas de atender a los socios polí­ticos del Presidente pero ignorar al Parlamento representan un nuevo episodio de la degradación institucional vigente desde el 10 de diciembre de 2015.
por La Cámpora
30 may 2017
Aunque en campaña prometí­an un estricto respeto a la división de poderes, una serie de hechos puso en evidencia el profundo desprecio que Cambiemos siente por las instituciones a las cuales no hace otra cosa que mancillar. Designación de jueces por decretos, usurpación de una silla en el Consejo de la Magistratura, manifiestas amenazas y persecuciones a jueces, fiscales y la Procuradora, derogación de leyes por decreto, invasión de despachos de diputados opositores en el Congreso, negativa a firmar la designación de los miembros de la oposición en la Auditorí­a General de la Nación constituyen algunos de los escándalos que propinó el actual oficialismo. Los últimos sucesos tienen a la Agencia Federal de Inteligencia en la mira. Por un lado, el caso de Gustavo Arribas. Fue de por sí­ bochornoso que para defenderse de las acusaciones por cobrar supuestas coimas de Odebrecht cambiara varias veces su versión dejando en ridí­culo incluso a Mauricio Macri quien relató una cosa y el propio Arribas modificó esa declaración, sin haber nunca explicado los cambios de versiones. Hace pocas semanas el arrepentido del Lava Jato, Leonardo Meirelles, ratificó en sede judicial que le hizo diez transferencias en concepto de coimas a Arribas por U$S850.000. La Comisión Bicameral de Control de la AFI, ante la gravedad de las circunstancias, citó al titular para que pudiera brindar las explicaciones pertinentes. Sin embargo, el Señor 5 decidió burlar el control parlamentario aunque ese mismo dí­a sí­ tuvo tiempo para ir a ver a San Lorenzo jugar por la Copa Libertadores. Arribas no da explicaciones donde corresponde, en el Congreso, pero sí­ se la da a los socios electorales de su amigo Macri. Elisa Carrió denunció que sectores de la inteligencia vinculadas a la número dos de la AFI, Silvia Majdalani, la están espiando y le hicieron un seguimiento en un viaje que hizo a Paraguay. Para con esta diputada, Arriba tuvo la deferencia de realizarle un informe que mostraba que no existió tal espionaje, lo que motivó una rectificación de la legisladora en las redes sociales. Lo anterior dispara otro interrogante y es por qué los representantes institucionales le rinden cuentas a Carrió y no a quién corresponde. Por qué Macri le acercó a su socia información sobre el acuerdo con el correo en vez de llevar esos datos a la justicia y al Congreso. Por qué Arribas no rinde cuentas frente a los representantes del pueblo pero sí­ lo hace exclusiva y reservadamente ante esta Diputada en particular. ¿Todo el que quiera información de la AFI lo recibe con la misma inmediatez que la Dra. Carrió? ¿Siquiera lo reciben? Las instituciones son de la República, no de los funcionarios de turno. En relación a lo que denunció la diputada Carrió, y que vincula a Arribas, hay otro hecho degradante de las instituciones: el espionaje ilegal que se hace costumbre. Lamentablemente a nadie asombra que Carrió sea ví­ctima de espionaje, y nadie duda de la verosimilitud de la acusación. Como bien dijo la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, “hay bandas disputando la justicia y los servicios de inteligenciaˮ, y en esa batalla todos somos ví­ctimas. El caso de la diputada no es el primero. Los periodistas de C5N Gustavo Sylvestre y Mauro Federico vieron su privacidad avasallada al conocer que habí­an intervenido sus casillas de correo electrónico. Pero el espionaje ilegal más grosero fue el realizado sobre la propia ex Presidenta durante meses al cual accedí­an con exclusividad un portal de noticias y un periodista del canal América. Si Carrió y los suyos están tan preocupados por las instituciones, deben defenderlas siempre. Porque ante los repudiables hechos mencionados en el párrafo anterior hubo un silencio cómplice del atropello por parte de la legisladora crónica. En algún momento también alguien deberí­a explicar por qué Elisa Carrió se dedica a investigar y a viajar al exterior para reunirse con supuestos testigos y recolectar lo que ella cree son elementos probatorios. Respetar las instituciones también es que los diputados se dediquen a legislar, y sean los fiscales y jueces quienes se aboquen a investigar. El republicanismo fue otra mentira más de la estafa electoral de Cambiemos.
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