Militancia

Somos la pesada herencia

Iván es un militante de Ayacucho que el lunes 7 de febrero fue ví­ctima de un violencia institucional por parte de la Policí­a Comunal cuando se dirigí­a a una jornada solidaria junto con sus compañeros. En respuesta a eso, el sábado posterior más de cien militantes de varios distritos de su ciudad y la zona realizaron una gran actividad.
por La Cámpora
16 feb 2017
Como reconocimiento al esfuerzo y en contrapartida a la persecución polí­tica, Iván escribió lo siguiente: Mientras recorrí­a con la mirada los rostros de los compañeros que me rodeaban, supe que somos la espina de una flor que no para de florecer. Supe que somos la pesada herencia de los que envenenaron a Mariano Moreno para luego arrojar su cuerpo al fondo del océano. Supe que somos la pesada herencia de los que traicionaron a Juan Manuel de Rosas en la batalla de Caseros. Que somos la pesada herencia de los que llevaron a que Leandro Alem se quitara la vida, y de los que pergeñaron el derrocamiento a Hipólito Yrigoyen. Supe que somos la pesada herencia de los que celebraron el cáncer de Evita, que depusieron a Juan Perón bombardeando a miles de civiles en Plaza de Mayo, y que fusilaron a militantes en los basurales de José León Suarez. Supe que somos la pesada herencia de los que violaron, desaparecieron y asesinaron a 30.000 soñadores. Supe que somos la pesada herencia de los que arrebataron a 500 bebés de los pechos de sus madres. Que somos la pesada herencia de los que planearon el golpe de mercado a Raúl Alfonsí­n, y que más tarde permutaron la industria nacional en socorro de privilegios mezquinos. Supe que somos la pesada herencia de los que se escaparon en helicóptero con 39 hermanos ejecutados en las calles y con un paí­s reducido a las ruinas. Supe que somos la pesada herencia de los que festejaron la muerte de Néstor Kirchner, y que se reverenciaron al escuchar el aleteo de los buitres. Contemplé sus sonrisas humildes, sus pupilas brillantes y sus manos embarradas, y supe que somos la pesada herencia de los que aborrecen la felicidad del pueblo. Supe que somos la pesada herencia porque nos negamos a morir frente a la firma de un acta de defunción prematura. Supe que somos la pesada herencia porque nos decidimos a cantar alegremente cuando las balas y los palos pretenden someternos con su miedo. Supe que somos la pesada herencia de aquellos que a regañadientes tuvieron que ver cómo un millón de argentinos y argentinas abrazaban a Cristina Fernández de Kirchner al salir por la puerta de la Casa Rosada blandiendo en alto las mismas convicciones que doce años y medio antes. Supe que nuestra mayor fortaleza se encuentra en el compañero y la compañera que camina a nuestro lado. Supe que somos la pesada herencia, porque al odio de clase le respondemos con amor por la Patria.
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