En esta edición uno de los principales debates gira en torno a cómo será la provisión de recursos desde los países desarrollados (los que más gases de efecto invernadero emitieron generando el calentamiento global y la crisis ambiental) a los países en desarrollo.
En un país en el que ‘‘no hay plata’’ (bandera de campaña electoral y de gestión de este gobierno), que es indiscutiblemente un acreedor ambiental de las potencias y que lejos está de ser responsable de haber generado la crisis ambiental, el Presidente de la Nación decide tomar una decisión sin precedentes que va a desincentivar inversiones que tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de la gente.
Para colmo, el retiro de la delegación argentina hizo caer las acreditaciones de representantes de organizaciones de la sociedad civil, empresas y gobiernos provinciales que, ante la ausencia del gobierno nacional, fueron obligadas a buscar respaldo en alguna ONG reconocida por la ONU para poder seguir participando de la COP.
En este contexto y por impulso de la Provincia de Buenos Aires, las provincias argentinas expresaron a través de una resolución del COFEMA (Consejo Federal de Medio Ambiente) el rechazo y la preocupación por la decisión del gobierno de no participar en la COP 29, ya que ‘‘esta ausencia limita la capacidad de nuestro país de influir en las decisiones globales y de acceder a los mecanismos de financiamiento para enfrentar el cambio climático’’. En un país con estos niveles de pobreza y desigualdad y una vulnerabilidad creciente ante los efectos de la crisis ecológica, este tipo de decisiones solo demuestran desinterés y desdén por el bienestar del pueblo argentino.
Sin embargo, podemos rescatar que tenemos grandes compatriotas referentes a nivel global que siguen preocupados por el cuidado de la Casa Común. Hace algunos meses, el Papa Francisco decía ‘‘hacer frente a las crisis ambientales causadas por el hombre, como el cambio climático, la contaminación o la pérdida de biodiversidad, pide respuestas no sólo ecológicas sino también sociales, económicas y políticas’’. Francisco, uno de los principales exponentes por el cuidado del ambiente y la transición justa hacia un mejor estilo de vida, se reunió el viernes por la mañana (en pleno desarrollo de la COP) con la argentina Celeste Saulo, quien actualmente es la Secretaria General de la Organización Meteorológica Mundial, organismo de las Naciones Unidas que se encarga de estudiar el estado de la atmósfera, el clima, el agua y su interacción con el planeta, una de las exponentes más destacadas a nivel global en la lucha contra la crisis climática.
El Ambientalismo Popular que construimos cada día es con los científicos y los líderes que pelean junto con ellos por la justicia ambiental.
Somos argentinos como Celeste y Francisco, no como Milei.