Me voy corriendo a ver,
qué escribe en mi pared,
la tribu de mi calle
Quieren proscribir a Cristina. El Partido Judicial ya tiene la condena escrita. El poder económico, el real, afianzó su representación y su sede es Comodoro Py. No hay novedad, ya lo vimos en otros países de la región. Brasil, Ecuador, Bolivia, Paraguay u Honduras son claras muestras de lo que son capaces a la hora de perseguir dirigentes populares. El lawfare en nuestro país está también a la orden del día.
En los alegatos del fiscal se pudo escuchar un discurso propio de quien está en campaña. Sobraron adjetivos calificativos, faltaron pruebas concretas de los supuestos hechos de corrupción de los que acusa.
La otra cara de la misma moneda es la impunidad de la que goza Mauricio Macri y toda la oposición, con causas que duermen en los juzgados, sabiendo que en esos casos tampoco Será Justicia.
Pero en Argentina hay una diferencia respecto al resto de Latinoamérica. Acá existe el peronismo que, en unidad, no permitirá que avasallen sus derechos y protegerá con uñas y dientes a quien defiende al pueblo de sus verdugos.
Ni lo intenten. Estamos todas y todos con Cristina.
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