Política

Tu nombre y el mío

Néstor Carlos Kirchner llegó a la presidencia con más desocupados que votos. Buscando transformar la Patria, nos transformó a todos y todas. Hace 10 años hace falta y en su memoria continuamos su legado de transformación, porque cambio es el nombre del futuro.
por La Cámpora
27 oct 2020

Hoy se respira viento sur ese que nace del frío horno de barro calienta el sol de los lugares perdidos.

“Tenemos que volver a reconstruir el espacio de los militantes, de los cuadros, tenemos que volver a valorar la política”, decía Néstor en el primer aniversario del 11 de marzo de 2004 que encabezó como presidente, conmemorando el triunfo de Héctor José Cámpora. Cuadro político integral, capaz de condensar la humildad del hombre de provincia y la grandeza de un estadista, Néstor llegó a la presidencia en medio de la crisis política, social y económica más importante de la historia argentina, y cumplió con el desafío de bajar la desocupación, recomponer el poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras, disminuir la pobreza a menos de la mitad durante sus 4 años de gobierno, desendeudar el país y hacer de los Derechos Humanos una política de Estado, entre otras tantas conquistas. 

Vuelve la calma de tu voz con la corriente del río manto de cielo sobre el tendal teje tu nombre y el mío.

En ese camino, nos devolvió la confianza en la política como herramienta transformadora de la realidad, sacando a los políticos de la elite acomodada en la que se encontraban y convirtiéndolos en hombres y mujeres comunes con responsabilidades importantes. Y así, nos devolvió la esperanza y la dignidad. Néstor vino a pedirnos que, al participar, cuestionemos todo. Seguía ese 11 de marzo en Parque Norte: “No queremos ayudar a conjugar y a que todo el mundo nos diga que sí, a tener tropas disciplinadas, como se estila. Queremos tener compañeros que piensen, que nos digan la verdad, que tengan capacidad transgresora, que ayuden a equivocarnos lo menos posible. No queremos más la práctica de un culto al individualismo, a la personalidad y a la teoría del jefe. Esas teorías que tanto daño han hecho a la política argentina y han quebrado su calidad y hasta su propia moralidad los que quisieron llevarlas adelante”.

Campo de colores se cubre en tu luz deja la lluvia caer, riega los suelos del sur moja la nueva cosecha que vendrá.

Su capacidad, tenacidad y visión estratégica permitieron ampliar los límites de lo posible. Para consolidar un proyecto nacional que posibilitara volver a construir una Patria con independencia económica, soberanía política y justicia social; nos convocó, nos organizó, nos agrupó, nos marcó la senda, nos llamó a armar en cada territorio: desde un barrio hasta un secundario, desde una fábrica hasta la universidad, desde el sindicato hasta el movimiento de mujeres. En cada ámbito tenía que germinar esa semilla. “Nosotros tenemos en claro que no hay estilos individuales, sino que tenemos que volver a la construcción colectiva de la política y tenemos la responsabilidad y la humildad de estar en el lugar o la trinchera que toque en cada momento histórico. Pero también sabemos que es fundamental que esa evolución, ese proceso evolutivo que trae el crecimiento, que trae la formación de nuevos pensamientos, que trae la formación de nuevas síntesis, que se oxigena con gente que viene realmente joven aporta toda su capacidad creativa y el entendimiento de la capacidad evolutiva de los tiempos, tiene que tener en ese espacio nacional y popular que tiene como columna vertebral al peronismo de Perón, de Eva, de nuestros mártires, de nuestros desaparecidos, de nuestras Abuelas, de nuestras Madres, de nuestros intelectuales, tiene que ser la síntesis de la realización que tenemos que llevar adelante”, marcaba Néstor en su último aniversario del 11 de marzo, en el 2010 en la cancha de Ferro, esta vez como diputado nacional.

Tu cuerpo calma mi dolor y se dibuja el camino manto de cielo sobre el tendal teje tu nombre y el mío.

El neoliberalismo, para poder aplicar su plan económico, necesita indefectiblemente de la ruptura del lazo social, del aniquilamiento de las organizaciones; las únicas capaces de contener las demandas de la sociedad y transformarlas en realidad efectiva, las únicas que pueden ejercer la defensa de los derechos conquistados. Néstor nos invitó a integrar, conformar y fortalecer las organizaciones sociales, políticas y gremiales; esas estructuras tan fundamentales e imprescindibles que fueron sostén durante los últimos años de regreso del neoliberalismo, esas que hicieron que los cuatro años no hayan sido más que cuatro. La organización vence al tiempo. Hoy recordamos su paso a la inmortalidad en una fecha que coincide con el primer aniversario de un nuevo gobierno nacional y popular, sabiendo que estamos atravesando una crisis global inigualable, pero que el golpe a los sectores populares, a las trabajadoras y trabajadores, se ve amortiguado por las políticas económicas implementadas por el gobierno de Alberto y Cristina y por la contención de las organizaciones en los barrios. Lo recordamos, también, en una semana donde la Patria Grande empieza a dar signos de un cambio de rumbo.  Por Néstor, el primer soldado de Cristina, volveremos a ponernos de pie. 

Hoy se respira viento sur ese que nace del frío, horno de barro calienta el sol de los lugares perdidos

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