Militancia

Día de la Militancia Peronista

Un buen lugar

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¿Qué es la militancia hoy? Es un buen lugar para pasar estos tiempos, capaz el mejor. La militancia es como un fuego prendido que templa, sostiene el ánimo y te serena el espíritu. Un fuego donde amucharse para apoyar antorchas que vamos a tener que llevar a otros lugares.

por La Cámpora
16 nov 2024

Son las fotos y los afiches de las Unidades Básicas, con los recuerdos de conquistas y hazañas, con las caras de los que no están pero siguen estando en nuestras banderas y en nuestros corazones. Es el feliz cumpleaños que entre todas y todos le cantamos a un pibe de apoyo escolar, que pronto pone los dedos en V. Es el problema que pudimos solucionarle a una vecina y el cariño que nos devuelve, con su olor a jazmín. Es el cansancio después de una larga jornada de sábado que rindió frutos, esas que dejan la satisfacción de haber hecho cosas que valen para el barrio, para la escuela, para la gente. Es el respaldo al compañero o la compañera que no puede más, que quiere llorar, que piensa en dejarlo todo y al que le damos un abrazo y le decimos que no afloje, que estamos acá.


El tiempo es lúgubre, es verdad, pero hubo peores. La militancia es ese lugar donde el fuego abraza, da calor para aguantar una tormenta de mierda que rompe todo al pasar. Porque cuando el fuego crece, la escarcha cede, el hielo se derrite y de la tierra salen flores. Otra vez. 


Ser militantes hoy es tender puentes contra la soledad propia y de los demás. Hacer patria es preguntarle a un vecino como está y escuchar. Porque está todo roto: la familia, la escuela, el trabajo, la comunidad. Y como en nuestras jornadas solidarias, lo que hay que hacer es reparar. 


Ser militantes hoy es ser guardianes de lo común, favorecer el encuentro de los cuerpos, restituir el valor de la palabra.


La palabra militante es de aliento y esperanza, lo contrario al griterío efusivo de estos que gobiernan ahora, que en su verborragia ocultan que en el fondo tiene nada para decir más que un derroche de amargura. Cólera vacía y decepcionante. Que sigan gritando. Nosotros en los barrios escuchamos, hablamos, reparamos, construimos.


Porque la militancia es un buen lugar, un lugar que nos hace mejores. El mundo es inmundo hasta que en algún rincón abrimos una unidad básica y lo reinventamos. Y aunque nos quieran convencer de que todo lo que hacemos no sirve para nada, quien milita sabe que dar la vida vale. Para el régimen, la militancia es imposible, no tiene razón de ser. Damos entonces el ejemplo de lo contrario. Cada militante que se suma es un milagro que emociona y un motivo para continuar. Nosotras y nosotros seguimos, ellos persiguen. Los que odian, los que matan. Y  sin embargo, acá estamos. A pesar de las bombas y los fusilamientos, de los compañeros muertos y los desaparecidos. Porque otros militaron, militamos para que otros militen. Es la gloriosa herencia. Pesada para ellos.  

La militancia es un buen lugar, un lugar que nos hace mejores.

Ser militantes hoy es pagar el precio de no tener precio. Por eso nos proscriben. Porque para el poder todo es mercancía, todo se puede comprar y vender. Nosotros y nosotras no. Y es verdad que el presente duele y todo parece tener la densidad de una pompa de jabón y que transitamos un lamentable retroceso. Pero cuando en este mundo convulso todo se desmorona, la militancia es esa roca inquebrantable que permanece firme en la tierra que sembramos. Y desde la cual exclamamos: ¡No pasarán!

Ser militantes hoy es pagar el precio de no tener precio. Por eso nos proscriben.

Ser militantes hoy, en definitiva, es dar tiempo donde falta tiempo, para que la construcción siga creciendo y sea cada día más sólida, cristalina y noble. ¿Qué es construir? Lograr que lo que quede, además de superar el paso demoledor del tiempo, sea algo mejor que lo que había, que no traicione las banderas con las que empezamos a caminar. Van a querer desviarnos, porque el camino hace a la militancia y la militancia es el campo de batalla donde luchamos contra la miseria que nos acecha y que nos consume. Vamos a persistir porque somos muchos y estamos convencidos de lo que queremos. Porque tenemos la certeza de que en algún pedazo de patria, en algún suspiro de la historia o en una hora indefinida que vendrá, hay un compañero o compañera, que nos convoca y nos está esperando: vos militás, yo también. ¿Y quién sabe lo que pueden dos, tres, mil, cien mil militantes?  Feliz día compañeres, vamos a volver.