Un presupuesto de ajuste a medida del FMI
Se dio media sanción al proyecto de ley de presupuesto enviado por el Gobierno, acorde a los requerimientos del Fondo Monetario Internacional. Durante la sesión, se movilizaron organizaciones sociales, políticas y gremiales que sufrieron, una vez más, la brutal represión.
por
La Cámpora
26 oct 2018
Luego de casi 20 horas de debate, el oficialismo consiguió la media sanción al proyecto de presupuesto para el 2019 con 138 votos a favor, 103 en contra y 8 abstenciones. El fin del debate se dio cuando en las inmediaciones del Congreso todavía se respiraban los gases con los que reprimieron a quienes se manifestaron contra este ajuste al pueblo trabajador y recién estaban siendo liberados la mayoría de los detenidos durante la razia policial, entre quienes se encontraban trabajadores de prensa.
El diputado nacional Máximo Kirchner, en su intervención, subrayó que “La gente está esperando un gesto para ellos. Ha habido gestos para el Fondo Monetario, hay gestos para el sistema financiero pero para los únicos que no hay gestos es para las trabajadoras, para los trabajadores y para los sectores más humildesˮ.
Del mismo modo, Kirchner remarcó: “Acá lo que se está recortando es la inversión. La inversión en salud y en educación. Y es inversión, porque no es un gasto el de un médico, una médica, un camillera, las gasas, un docente o el pupitre de una escuelaˮ.
“Han sabido destruir pero no han sabido crear. Este presupuesto es la muestra de este fracasoˮ, finalizó el legislador.
Un mal diagnóstico, un programa económico que ya muestra a las claras su fracaso y un camino que continuará golpeando fuertemente tanto a los sectores medios como a las mayorías populares. Para el año en curso, habían proyectado una inflación de 10% y se estima que terminará en un 45%. En vistas al 2019, todavía se está trabajando en las comisiones del Congreso pero el gobierno ya cambió nuevamente su plan y sus metas.
El proyecto tratado en la cámara baja no hace más que profundizar el ajuste a los más vulnerados de nuestra Patria. Se recortará un 6% en servicios sociales, 23% en educación y cultura, 48% en vivienda y urbanismo, 20% en asistencia social, 8% en salud, 17% en agua potable, 20% en alcantarillado y 30% en trabajo. Lo único que no se reducirá serán los gastos destinados a la deuda, que por el contrario subirán un 50%. Mientras en 2015, el 6% del presupuesto se destinaba a pagar deuda, ahora será un 16%. A su vez, nuevamente se ajustará a los jubilados y jubiladas: el Fondo de Garantía de Sustentabilidad se reducirá en 74.000 millones de pesos.
Del mismo modo, se continúa en la acentuación de las diferencias entre las provincias dado que aquellos derechos que dejan de garantizarse por parte del estado nacional, deberán ser afrontados por los gobiernos locales, en la medida de las posibilidades de cada uno de ellos. Más aún, efectúa un recorte de 173.000 millones de pesos a las provincias y los municipios y elimina subsidios al transporte y la energía. A su vez, en el caso de la Patagonia, el proyecto reduce la bonificación por zona desfavorable a la mitad, quita los reembolsos a los puertos, retira incentivos para industrializar Tierra del Fuego y reduce los subsidios para calefaccionar las zonas más frías del país.
Un presupuesto con la gente afuera: con recortes en áreas sensibles para los más humildes y que necesitó, nuevamente, de la represión para desmovilizar al pueblo organizado. El Senado será ahora el encargado de definir qué hace con un proyecto a medida de los requerimientos del Fondo que continúa el ajuste a los ciudadanos y ciudadanas.