Militancia

Una vida dedicada a militar por el derecho a la salud

Federico Kaski fue, ante todo, un militante, y cuando decidió eso torció un destino que parecí­a escrito. Eligió desafiar la certeza de pertenecer a una clase llena de comodidades, y decidió esta forma de transitar el mundo, a veces demasiado intensa, siempre llena de compromisos, repleta de desafí­os. Una forma de vida que únicamente se hace cuando se siente amor. El amor que trasciende lo individual y te lleva a pensar para siempre desde lo colectivo.
por La Cámpora
16 abr 2020
Un compañero con las cualidades que se necesitan para organizar y conducir a aquellas personas dispuestas a luchar hasta el último suspiro por una patria libre, justa y soberana. Médico psiquiatra y sanitarista formado en la Universidad de Buenos Aires, donde empezó a militar en el año 2001 y fue uno de los fundadores de la agrupación Sí­ntesis, y lugar en el que continuó pasando sus hasta sus últimos dí­as, desde la docencia o formando parte de la conducción de esa casa de estudios. Pero también en el territorio, porque siempre. Fede Kaski fue un cuadro polí­tico integral, ya sea desde la gestión pública o con la secretarí­a de salud de La Cámpora. Poniéndose al servicio de los otros y de las otras, hasta el último dí­a, aprendiendo en cada aliento para ser una mejor persona. Resistió al neoliberalismo desde esas trincheras, con su compañera, con su familia y con la orga, esa otra familia que eligió , brindándose sin mezquindades y con un compromiso inquebrantable, cada vez que se poní­a al frente de un operativo de salud, una jornada solidaria, una movilización o una charla de formación polí­tica. Siempre a disposición, solidario y generoso. Su teléfono acumulaba mensajes de todo tipo, desde pedidos de medicamentos hasta la organización de actividades o la redacción de proyectos de ley. Respondí­a a todos y cada uno con el mismo empeño. Eligió despedirse de este mundo militando hasta el final, sumándose a trabajar para garantizar el derecho a la salud de los adultos y adultas mayores en el PAMI. Ese fue su último legado: un listado de medicamentos gratuitos para que ningún jubilado tenga que elegir entre poder comprarlos o llevar un plato de comida a su mesa. Así­ lo recordaremos y lo extrañaremos. Con su pechera de la orga al costado de cada movilización, en cada pelea por el derecho a la salud y en cada barrio donde haya que poner el cuerpo por los y las demás. Caminamos con el, ya nunca caminaremos solxs. [gallery columns="2" ids="87982,87972,87970,87973,87974,87975,87976,87978"]
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