En un par de semanas, cuando la ley se sancione de modo definitivo, se producirá un hecho de relevancia política inédita, ya que por primera vez, y por impulso de las fuerzas vivas de un barrio, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dejará atrás una denominación numérica, propia de un gobierno de facto, para rebautizar a una villa con el nombre de un emblema de lucha, la coherencia y la defensa de la identidad villera.
La audiencia se realizó en el Salón San Martín y estuvo a cargo de la Comisión de Cultura de la casa, que tramita el expediente. Con dos minutos por intervención, unos cincuenta vecinos y vecinas, militantes de nuestra organización, delegados de manzana, maestros villeros, representantes de asociaciones civiles, organizaciones sindicales y sociales, comedores, aparte del Padre Domingo Bresci y otros representantes de la iglesia que cumplen un rol social en el barrio, celebraron y defendieron la iniciativa. También estuvieron presentes el candidato a legislador Tomás Lerner, lxs candidatxs a comunerxs del Frente de Todos Nayla Loitegui (Comuna 8) y Julián Cappa (Comuna 7), Fabián Toscas (responsable del Frente de Villas de La Cámpora), Marily Padilla, Vansa Hinojosa y Eugenia Zelaya (referentes territoriales del barrio Padre Rodolfo Ricciardelli) y los responsables políticos de la Comuna 7 Alejandro Filippini y Martín D Alessandro.
Eugenia Zelaya, referente de La Cámpora en la villa, sostuvo que “como ciudadana y vecina del barrio, entiendo que este reconocimiento era una deuda pendiente que la Ciudad tenía con nosotros, los villeros, ya que estamos en un momento en el que tenemos que volver a marcar que nosotros, los de abajo, seguimos decidiendo, y que los que están arriba, son nuestros representantesˮ.
Por su parte, el candidato a primer comunero por el Frente de Todos para los barrios de Flores, Bajo Flores y Parque Chacabuco, Julián Cappa, felicitó a todos los vecinos y vecinas que junto al resto de los actores políticos, sociales, educativos y religiosos impulsaron la iniciativa de rebautizar al barrio, y consideró que el hecho, de relevancia histórica, “tiene que ser el puntapié inicial para una transformación de fondo por intermedio con el proceso de integración y urbanización no solo de esta villa, sino de todas las que existen en la Ciudad de Buenos Airesˮ.
Los argumentos a favor de bautizar la villa más grande de la Ciudad con el nombre de un emblema del barrio, fueron muchos. Cerca de dos horas duraron las exposiciones para justificar la decisión colectiva de que el barrio lleve el nombre de uno de los fundadores del Movimiento Sacerdotes por el Tercer Mundo (MSTM) y párroco de Madre del Pueblo, la primera Parroquia construida en una Villa, en 1968, ubicada en la Manzana 3 del barrio más grande del Bajo Flores.
Fabián Toscas, responsable del Frente de Villas de La Cámpora, sostuvo que “lo que hay que destacar hoy es que los vecinos son protagonistas acerca de cómo quieren vivir, qué quieren ser, quién quieren que los represente, y lo cierto es que los vecinos y vecinas de los barrios populares en los que vivimos y militamos, no queremos ser más un número. Por eso, nunca más un villa 1.11.14, un villa 31, un villa 20, 15 o 21.24ˮ.
La iniciativa de cambiarle el nombre a la villa 1.11.14 tiene mucho años e intentos infructuosos. Pero fue a mediados de marzo de 2019, cuando por medio de un proyecto de ley presentado por la Junta Comunal de la comuna 7 ˮ“que se hicieron eco, a su vez, del impulso de las fuerzas vivas y vecinos del barrio-, que la Comisión de Cultura de la Legislatura decidió avanzar con el proyecto, por medio de la unificación del expediente con otros dos que venían trabajando la legisladora y compañera Paula Penacca, en representación de Unidad Ciudadana, y otros legisladores/as de otros bloques.
Fue a mediados de mayo que el cuerpo legislativo votó de manera unánime, y en primera lectura, el proyecto unificado para rebautizar al barrio con el nombre de un ícono de la lucha, la dignidad y el compromiso social y político con los pobres.
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