En Ushuaia, la ciudad más austral del país, se realizó el acto central en homenaje a los combatientes caídos en las Islas Malvinas, que tuvo a la Presidenta de la Nación como principal oradora entre autoridades nacionales, provinciales y miembros de asociaciones de ex combatientes que también estuvieron presentes.
Hace 28 años atrás daba comienzo el conflicto bélico entre Argentina y el Reino Unido por la disputa sobre los derechos de soberanía en el archipiélago. Si bien esta disputa data de larga trayectoria en nuestra historia, esa vez tuvo la particularidad que la invasión a las islas se llevó a cabo como política internacional bajo la última dictadura militar argentina, y cuyo trasfondo fue una lucha interna de poder entre las fuerzas armadas.
Si bien desde la realidad mediática de ese entonces se presentó este conflicto como una gesta épica por parte del gobierno militar, la realidad es que el poder militar había entrado en decadencia y la única forma de poder perpetuarse en el poder, sin legitimación popular, era conseguir esta victoria para obtener legitimación internacional de los países colaboracionistas.
En cambio, los intereses del Reino Unidos siempre fueron los mismos, fiel a su cultura imperialista de dominación sobre otros países, que ya había usurpado nuestras islas y estaba instalado allí desde más de un siglo, defendió lo que por apropiación cree que le pertenece.
Nadie pone en duda el patriotismo de todos los que lucharon en esas lejanas tierras inhóspitas y bajo condiciones extremas, con deficientes armamentos, alimentos y vestimentas y por eso les rendimos homenaje, y seguimos presentando el reclamo de soberanía ante las Naciones Unidas, para resolver este conflicto respetando el Derecho Internacional, los Tratados y Convenciones Internacionales de un modo pacífico y no bélico.
En este sentido, la Presidenta declaró: “Por eso tenemos que asentarnos, esencialmente, en el Derecho Internacional, en el reclamo justo y en paz, pero, esencialmente, enfocado a la vigencia del Derecho Internacional. No puede ser que se les reclamen a otros países más débiles, por cuestiones estratégicas de los grandes países desarrollados, el cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas en cualquier ámbito y, sin embargo, uno de ellos pueda violarlas sistemáticamente desde 1965 a la fecha. Esas cosas son las que estamos reclamando y vamos a seguir reclamando en todos los frentes.ˮ
De esta manera la Presidenta elevó este reclamo a nivel mundial, que a su vez da continuidad a la postura argentina planteada en la última Cumbre del Grupo Río, en Cancún, y que contó con la solidaridad y la adhesión de nuestros hermanos latinoamericanos en este cambio de paradigma hacia una integración regional basada en los lazos de amistad y solidaridad que compartimos desde nuestra historia y respetando las distintas idiosincrasias de nuestros países.
“Nosotros, vamos a tomar todos los instrumentos que nos dan el ordenamiento jurídico internacional y nuestro propio ordenamiento jurídico nacional para llevar adelante esta tarea fundamental que, aunque parezca regional, aunque parezca de la Argentina, trasciende a la Argentina: el lograr vivir en un mundo en el que se respeten los derechos de todos los países, su soberanía, su integridad territorial, su historia, su geografía, sus recursos naturales, renovables y no renovables, porque es un paradigma que va más allá de Malvinasˮ, afirmó la Presidenta.
Por eso, desde nuestras convicciones, nuestro sentido de honor a la patria, nuestro agradecimiento a la solidaridad de nuestros hermanos latinoamericanos, es que reivindicamos el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas y la lucha que dieron nuestros combatientes, y gritamos: ¡Viva la Patria! y ¡Las Malvinas son Argentinas!