Política

VOLVIí“ CRISTINA. SALIí“ EL SOL

por La Cámpora
13 abr 2016
Más de 300 mil personas se concentraron frente a los tribunales de Comodoro Py para acompañar a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en una movilización que dejó bien claro quién conduce el movimiento nacional y popular. Un aluvión de pueblo se volcó a las arterias de todo el territorio nacional en caravanas que durante toda la noche y la madrugada se hicieron sentir a lo largo y a lo ancho del paí­s, pese de un diluvio que no sirvió para estremecer ni a los más chicos. Era “un regalo de bienvenida de amorˮ, que Cristina agradeció, al dirigir unas palabras a los miles de movilizados. Ante sus primeras palabras, dejó de llover. Los miles y miles de argentinos que se habí­an acercado para abrazarla ahora hací­an silencio para escucharla a varias cuadras de distancia. “Quiero que estén todos tranquilos. Me pueden citar 20 veces más, me pueden meter presa, pero nunca me van a callarˮ, aclaró la ex presidenta ante las miles de personas movilizadas. Llamó a conformar un “gran frente ciudadanoˮ, con el objetivo de reclamar por “los derechos que les han arrebatado a los argentinosˮ a través del Congreso Nacional. “Les propongo un frente en el cual se le pregunte a cada ciudadano no lo que votó, en qué sindicato está, o si es trabajador formal o informal. Propongo un frente que le pregunte a cada uno cómo te está yendo, si están mejor que antes o peor. Ese es el punto de unidad de los argentinos, reclamar por los derechos que les han arrebatado", afirmó la conductora del campo nacional y popular, frente a miles de banderas que cubrí­an más de cinco cuadras de la avenida Comodoro Py. “No quiero que los argentinos tengan miedoˮ, expresó Cristina. Al tiempo que repudió el encarcelamiento de Milagro Sala, los “cientos de miles de despidosˮ y la “persecución ideológicaˮ en el Estado. Pidió “libertad para volver a crecer, a trabajar, para que hacer compras no sea una tortura, libertad para todos aquellos compatriotas que necesitan volver a creer que el gobierno los cuida, y no que los maltrataˮ. Cerca del escenario escuchaban atentas las Madres de Plaza de Mayo y otros referentes de los organismos de Derechos Humanos. En medio de los miles de movilizados también habí­a banderas de HIJOS, se podí­a ver a los dirigentes de las organizaciones del Frente para la Victoria, sindicatos, organizaciones sociales y artistas que acompañan el proyecto nacional. Ante el hostigamiento y la persecución judicial, planteó: “Habí­a renunciado a tener fueros, no les tengo miedo. He sido honrada por el voto de ustedes y de muchí­simos más. Siento la responsabilidad de ayudar a que mis compatriotas vuelvan a vivir un poco mejor, que es lo que les habí­an prometidoˮ. Cristina respondió a los ataques del Partido Judicial, y recordó que “sin su complicidad, no podrí­an haberse consumado los atropellos, las entregas y las desgracias sobre tantos argentinos y argentinasˮ. Se refirió de esa manera al “hilo conductor de procesos moralizadoresˮ que a lo largo de la historia se dedicaron a justificar golpes de Estado contra los gobiernos populares acusándolos de corruptos. Recordó a gobiernos de Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón, derrocados por la alianza entre medios de comunicación hegemónicos y corporación judicial. Explicó que en esos momentos también “vení­an por los derechos y conquistas que habí­an logrado millones de argentinosˮ, porque esos proyectos polí­ticos “no son otra cosa que el movimiento nacional y popularˮ. Definió esa estrategia antipopular como parte de una “matriz comunicacional, polí­tica y judicial que se extiende en toda la regiónˮ. Y recordó la proscripción del peronismo con una ironí­a: “Si pudieran prohibir la letra K del abecedario, lo harí­anˮ. Cristina también aludió al Panamá Gate, que involucra a Mauricio Macri y varios de sus ministros. “En mi gobierno se la pasaron buscando la 'ruta del dinero K' y se encontraron con la ruta del dinero Mˮ, sentenció. A los aplausos les siguieron los masivos saltitos de miles de compañeros, al compás de un “hay que saltar, hay que saltar, el que no salta tiene cuenta en Panamáˮ. Y cerró: “Esto demuestra claramente que los argumentos moralizantes tienen un solo objeto: ir por los derechos adquiridos y por el bienestar que los argentinos ganaron en 12 años de gobiernoˮ. Mientras dirigí­a las últimas palabras no sólo a los militantes presentes, sino a todo el pueblo argentino, en medio de los aplausos se despejaba el cielo y salí­a el sol, ante el sonido unánime de los versos “te juro que a mi Néstor me enseñó que al odio se le gana con amor, vamos a seguir lo que él empezóˮ y el fuerte grito de “no se va, Cristina no se va; con el pueblo en la calle va a estarˮ. [gallery ids="74760,74753,74750,74751,74752,74754,74755,74756,74757,74758,74759,74761,74767,74765,74766,74769,74763,74762"]
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