Política

Volvimos a la plaza, a luchar por esta Patria!

por La Cámpora
12 dic 2011
El pueblo vistió de gala nuevamente a esa Plaza de Mayo que es testigo de la historia.  Miles de jóvenes bailaban, cantaban, reí­an, soñaban. El Festival Patria Popular los esperaba con los brazos abiertos. Vení­an de recorrer la ancha avenida que va desde el Congreso a la estación final de la alegrí­a, ubicada allí­ sobre un escenario repleto de artistas populares. Tení­a que ser en la Plaza, frente a la Casa Rosada, muy cerca de Cristina. Banderas, bombos y redoblantes le poní­an ritmo a tanta algarabí­a. Vení­an también de madrugar desde muy temprano y ˮ“ luego de oí­r la jura y el discurso de la Presidenta ante la Asamblea Legislativa- marcharon sabiendo que era el Dí­a de la Democracia y de los Derechos Humanos. La Plaza de la historia Siempre que uno entra a la Plaza de Mayo piensa en los dí­as más alegres; como aquel 17 de Octubre en el que los trabajadores exigieron la libertad de Perón; o aquel 25 de Mayo festejando la lealtad y la vuelta del peronismo en el 73 con el Tí­o Cámpora, o la reciente victoria electoral del 23 de Octubre. Pero nada es lineal ni casual cuando se escribe la historia. En esa residencia de la alegrí­a colectiva, cayeron las bombas de la reacción en junio de 1955 y más recientemente, las balas de la represión dejaron un tendal de muertos y heridos un 19 y 20 de diciembre del 2001. En esa Plaza parieron su ronda las Madres y Néstor Kirchner apareció una noche cuando cientos de militantes resistí­an la ofensiva de Clarí­n, La Nación y aquella Mesa de Enlace que batí­a el parche de la destitución. En esa Plaza, muchos se quedaron sin lágrimas los dí­as y las noches que fueron a decir: “Gracias Néstor, Fuerza Cristinaˮ. Pero esta Plaza del 10 de Diciembre de 2011 era una Plaza especial. Era la plaza de los que recuperaron el trabajo, de los que cobraron su jubilación y de los que por primera vez pueden estudiar, tener una casa y sentirse amparados por un Estado presente. Era la plaza de la historia reafirmando que la alegrí­a es parte de un nuevo paradigma de la participación polí­tica. Tal como dirí­a Cristina uno minutos después: “Parecí­a imposible recuperarse de tanta derrota. Pero aquí­ estamos. Somos la demostración de que las convicciones, las ideas y el coraje polí­tico son las herramientas de un proyecto polí­tico para recuperar las banderas de un puebloˮ. Acá está, ya llegó! Pasadas las dos de la tarde, más de 15 mil militantes de La Cámpora ingresaban por la Av. de Mayo, con el sol en la cara, flameando bien altas sus banderas, la voz casi ronca de tanto cantar y el corazón en la palma de la mano. “Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberaciónˮ, es ya un sentimiento y una convicción de esta nueva generación polí­tica. La plaza ˮ“colmada de familias y diversas organizaciones sociales y polí­ticas que aguardaban desde muy temprano- empezó a latir al ritmo de Kapanga y luego acompañó a Iván Noble con la canción que alude a la compañera por la que ese dí­a el paí­s se vistió de fiesta, Avanti morocha. Continuó con los artistas populares; Gustavo Santaolalla, Ví­ctor Heredia, Teresa Parodi, Ignacio Copani, Bruno Arias, Los Alonsitos, Fena Della Maggiora y coronó con el himno nacional entonado por Charly Garcí­a. Ni los inclementes rayos del sol ni el calor pudieron frenar a los militantes que se preguntaban ansiosos si Cristina saldrí­a a saludar. Todos quienes aguardaban ávidos sus palabras sabí­an que no era un dí­a más, era la coronación de tanto esfuerzo y militancia, de tanto corazón, de tanto por venir. Llora la derecha, los pibes tamos de fiesta! Finalmente, la locutora anunció que sucederí­a lo que tanto esperaban y a la Plaza, el corazón se le escapó por la boca. Allí­ apareció Cristina, contenta, bella y danzante. Sonrió, extendió sus brazos con sus infinitas manos en V y la Plaza volvió a latir y a flamear sus banderas. Los que estaban sentados se pararon, los que chapuceaban en las fuentes de agua se aquietaron, los que cantaban se tomaron un recreo y, pese al calor, se sumergieron en un profundo abrazo. Entonces, la Presidenta coraje dijo: Hoy esta maravillosa Nación tiene la inmensa suerte que a diferencia de lo que ocurrí­a en otras épocas y de lo que pasa en otros lugares del mundo, los jóvenes se convocan a las plazas con alegrí­a y agradecimientoˮ. Y agregó que muchas veces habí­a estado en plazas “donde no podí­amos gritar consignas, porque mucha gente vení­a nada más o tal vez la traí­an. Pero yo siento que cada uno de los hombres y mujeres, de los jóvenes que están hoy aquí­, están por que quieren. Ustedes no saben el valor que tiene eso para la construcción democráticaˮ. Un pibe sentado en el regazo de su madre gritó entre alegre y emocionado: “Mamá, nos está hablando a nosotros!". Tení­a razón Néstor; Cambio es el nombre del futuro. Y el futuro llegó para quedarse. [gallery columns="4" link="file" ids="62213,62215,62224,62237,62250,62263,62274,62287,62299,62309,62316,62318,62322"]
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