Política

ZAMBA PARA NO OLVIDAR

La derecha volvió a vomitar su odio de clase. En esta oportunidad, lo hizo a través de los medios de comunicación del Grupo Clarin; quien elaboró un informe acusando a La Kermesse de Zamba de disponer recursos del Estado para realizar campaña polí­tica.
por La Cámpora
3 oct 2017
Es imperioso colocar en relieve, para el caso, que el proyecto que ha sido blanco de esta operación cobarde, se encuentra a pocos dí­as de cumplir un año en funcionamiento. Desde octubre del 2016 que la kermesse se halla visitando distintas localidades de la Provincia de Buenos Aires. De modo que esta realidad echa por tierra las acusaciones de “proselitismoˮ que se le pretenden achacar a la kermesse. Llama la atención la indignación selectiva de ciertos empleados de la prensa, que se horrorizan por la aparición de nombres de candidatos en una propuesta cultural, pero que permanecen indiferentes cuando el nombre del Presidente aparece en decenas de cuentas off shore en paraí­sos fiscales. Serí­a en vano, sin embargo, ahondar en una respuesta cargada de tecnisí­smo, cuando claramente la denuncia mediática no es otra cosa que el chivo expiatorio con el que la oligarquí­a busca mancillar la figura de Zamba en sí­. Resulta evidente que para ellos el problema de fondo no es que ocasionalmente la kermesse se muestre junto a algún candidato, sino que Zamba continúe recorriendo los pueblos de la Argentina profunda. No soportan que siga vigente aquella decisión polí­tica de Néstor y Cristina por pasar el peine a contrapelo de la historia para desvelar así­ la trama escondida en el relato mitrista de la biografí­a nacional. Aborrecen que los niños y niñas de la Patria sean los protagonistas que, de la mano de Zamba y sus amigos, exploran el mundo para descubrir a los héroes y heroí­nas de Latinoamérica que lucharon con su vida para la construcción de una sociedad más libre y justa. Detestan con voracidad que la curiosidad inquieta representada en Zamba sea transmitida peligrosamente a los chicos y chicas del paí­s. Por ese motivo a pocos meses de asumir la presidencia de la nación, Mauricio Macri le ordenó al Ministro Hernán Lombardi (el mismo que ante las cámaras se deja ver afligido) destruir los personajes de Zamba que se encontraban en Tecnópolis. Y por esa misma razón, hoy su saliva envenenada pronuncia calumnias hacia la kermesse. Porque consideran una amenaza latente que Zamba siga visitando ciudades y uniendo a la familia argentina. No les bastaran los rí­os de tinta ni todas las horas de televisión para detener la puesta en marcha de esa fuerza transgresora que se rehúsa a ceder ante el infundio de las élites del poder. Para su pesar, el kirchnerismo ha heredado una generación de jóvenes dispuestos a destinar tiempo de sus familias para viajar a cada rincón de la Argentina y contar esa historia que la casta privilegiada se resiste a que sea contada. La de esa kermesse que ocultan los medios: el endeudamiento. Una bicicleta financiera que desde el 10 de diciembre del 2015 ha vuelto a empeñar el futuro de nuestras familias y el de las generaciones venideras. Porque, a diferencia de la entrañable canción folclórica, esta zamba es para no olvidar. Es para volver a tener futuro.  
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