Condenado y sin cuadro
Hoy murió el genocida Reynaldo Bignone en el Hospital Militar, el último dictador que quedaba con vida. Cumplía condena a prisión perpetua por numerosos crímenes de lesa humanidad, contando con el privilegio de la cárcel domiciliaria. Murió sin arrepentirse, llevándose los nombres de los hermanos que aún nos faltan y sin decirnos dónde están los cuerpos de nuestros compañeros.