Política

A 70 años de los bombardeos a la Plaza

Contra las bombas de los gorilas, Argentina camina con Cristina

Unnamed

Pasan las décadas y cambian las metodologías, pero la mafia gorila sigue bombardeando al pueblo. Quisieron a Perón muerto o preso, como quieren a Cristina. Pero hay algo que suena más fuerte que el clarín y es cuando el pueblo hace tronar el escarmiento. Este miércoles toda la Argentina camina con Cristina.

por La Cámpora
15 jun 2025

Hoy se cumplen 70 años del día oscuro en que los sectores más reaccionarios de la Marina y la Fuerza Aérea, con la complicidad de los principales partidos de la oposición, la jerarquía eclesiástica y los grandes empresarios, celebraron el bautismo de fuego del antiperonismo. Enfermos de odio y sedientos de venganza, ante la ofensa de un pueblo feliz y una patria libre de cadenas, arrojaron desde el cielo 14 toneladas de bombas -más que los nazis en Guernica-, causando una masacre de más de 300 muertos y 1200 heridos en la Plaza de Mayo y sus alrededores.

Que quisieran matar a Perón no era una novedad; desde 1945 lo intentaban. Lo tenebroso del jueves 16 de junio de 1955 fue la metodología: no importó que miles de personas inocentes transitaran la zona en un día laborable. De hecho, eran parte del objetivo. Así lo confesó varios años después el capitán de fragata Néstor Noriega, que fue el primero en disparar: “Había que hacer una acción psicológica, sino a Perón no lo sacábamos”.  Sin un shock de esa naturaleza era imposible aterrorizar y desmoralizar a un pueblo que venía de una década repleta de avances y conquistas.

Lo que deseaban los gorilas era vaciar la plaza, esa misma plaza donde se gestó la Revolución de Mayo y nació el peronismo un 17 de octubre. La plaza se tuvo que llenar para que Perón pudiera ser presidente y llevar adelante su programa de transformación, que incluyó una maravillosa reforma constitucional. La plaza se tuvo que vaciar a los tiros para que el peronismo fuera derrotado y proscripto.

Con esa plaza vaciada por los bombardeos y el Decreto 4161, el antiperonismo metió al país en el Fondo Monetario Internacional y derogó la Constitución de 1949. Los paralelismos con la actualidad son elocuentes y confirman la continuidad de este modus operandi propio de la mafia. Solo que, una vez que se agotó el recurso del Partido Militar por el desprestigio de tanta represión, tanta muerte y tanta miseria planificada, éste fue reemplazado por el Partido Judicial, de manera coordinada con los grandes medios de comunicación y al servicio de intereses anti-Patria. Después de la Década Ganada kirchnerista, ya no era Perón sino Cristina el objetivo de la artillería gorila. Intentaron liquidarla y humillarla a como dé lugar para poder arrasar luego con todas las conquistas sociales y la organización popular que se forjaron entonces.

Por eso, hace diez años, en vísperas del 60° aniversario de los bombardeos, Cristina señaló que ahora las armas son mediáticas y judiciales, pero la dinámica de bombardear a la gente para destruir su autoestima, sus identificaciones políticas, su solidaridad y su capacidad de organización es exactamente la misma. Con el terror -ya lo dijo Rodolfo Walsh- se aísla y se incomunica. En este siglo, es Clarín el que tira las bombas.

Sin embargo, más allá del desgaste, de las operaciones, de las denuncias falsas, de las miles de horas de zócalos de TN y las cientas de tapas que el mafioso de Héctor Magnetto ordenó ponerle en contra, no lograron vaciar la plaza. Cristina terminó su gobierno con una Plaza de Mayo en la que no cabía un alfiler y que cantaba “vamos a volver”. Eso posibilitó que el peronismo, a pesar de las cruentas persecuciones que se desarrollaron en esos años, pudiera ganar las elecciones en el 2019 con una enorme esperanza, que se condensó en la plaza llena del 10 diciembre, día de la asunción de Alberto Fernández.

Entre ambos hechos, la persecución contra Cristina permitió que Mauricio Macri y Luís Caputo nos endeudaran con el FMI en una cifra astronómica, mientras los funcionarios responsables de la crisis de deuda, la debacle económica y el estallido social del 2001 integraban el gobierno de Cambiemos con “total normalidad”. Esta situación, sumada al fracaso del Frente de Todos para resolver los grandes problemas dejados por el macrismo, empezando por la oprobiosa ascendencia del Fondo Monetario Internacional sobre los destinos de nuestro país, llevó a que Alberto finalizara su gobierno con una plaza vacía, y a que, el 1 de septiembre del 2022, la mafia anti-Patria cortara el incipiente proceso de movilización alrededor de la figura de Cristina con el atentado terrorista de Fernando Sabag Montiel, cuyos máximos instigadores todavía se regodean en la impunidad.

Aquel shock, como ocurrió con los bombardeos del 16 de junio, produjo un efecto psicológico de primera magnitud y precedió a la proscripción que los jueces amigos de Macri decretaron contra Cristina en diciembre de 2022 -ella la comparó con un “pelotón de fusilamiento”- y que la Corte confirmó violando todas las garantías procesales. Al cepo al salario le agregaron el cepo al voto popular. Poco sorprende de una institución que sobrevivió y avaló todas las dictaduras, que dejó impunes los crímenes del bombardeo a Plaza de Mayo y los fusilamientos de José León Suárez y que se ha transformado en un desquiciado mecanismo de persecución política.

Que no nos confundan: Milei es solo una expresión marginal y bizarra de ese gorilismo que, aunque se diga “racional”, masacró a miles de compatriotas, llenó al peronismo de mártires y ahora decide encarcelar y proscribir a Cristina. Responde a los poderes que los han conducido toda la vida, mientras que nosotros y nosotras somos leales a las tres banderas justicialistas y a quienes supieron encarnarlas y lo siguen haciendo. De tal forma que, frente a la lógica implacable de los bombardeos, debemos recurrir a los mismos instintos que guiaron a aquellos compañeros y compañeras: lejos de amedrentarse por el fuego áereo, se movilizaron heroicamente a la plaza con una férrea voluntad de lucha. Con las sirenas de peligro querían alejar al pueblo de Perón y no lo consiguieron. Ahora pretenden aislar a Cristina de la gente, pero comprueban cada vez que sale al balcón en San José y Humberto Primo que ese vínculo es inquebrantable. Vamos a ir con ella a donde sea.

Este miércoles 18 de junio tenemos una cita impostergable con la historia y la movilización más determinante de nuestras vidas. Ahora que el Partido mediático-judicial ya selló la proscripción, es el pueblo el que la tiene que romper.

Desde 1955 nos han venido bombardeando para que ya no sea posible hacer un 17 de octubre, para que ya no sea posible una Constitución del 49, la mejor Constitución que tuvo el pueblo argentino. Nuestra responsabilidad es quebrar esos límites y construir una gran movilización que libere a Cristina de las garras del poder, como hace casi 80 años liberamos a Perón de sus captores. Y eso es un programa en sí mismo. Porque  queríamos votar a Cristina como diputada provincial por la Tercera Sección Electoral pero la oligarquía abusa de las instituciones como si el orden constitucional fuese un servicio pre-pago, así que tendremos que reformar la Constitución para que la Argentina vuelva a ser con todos y para todos. Porque Cristina representa los mejores años de nuestras vidas, pero también la posibilidad de recuperarlos, de transformar este presente de mierda y terminar de una vez por todas con esta mafia de cuarta que tiene el país de sombrero y pretende al Pueblo a sus pies.

Ustedes cambiaron las reglas de juego y nosotros tomamos nota. Sepan que hay algo que suena más fuerte que el clarín: es el escarmiento que hacen tronar los pueblos cuando agotan su paciencia. 


Nos vemos en la calle. Toda la Argentina va a estar con Cristina.