Política

De colonia otra vez no

Cuatro votos para frenar la ley bases

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Mientras se desploma la economía argentina -y con ella las vidas de los argentinos- el Senado de la Nación debate el proyecto para sentar las bases de un nuevo saqueo en la Argentina. Este armatoste de ley con sus infinitos borradores y contra-borradores buscan confundir a la población y sus representantes. El objetivo es que no se sepa qué se está votando.

por La Cámpora
10 may 2024


La versión actual de 351 artículos incluye:

  • Superpoderes para el presidente.
  • Herramientas para el desmantelamiento del Estado.
  • Privatización de 11 empresas públicas.
  • Luz verde a los tarifazos.
  • Destrucción de derechos laborales.
  • Entrega criminal de nuestros bienes naturales.
  • Eliminación del Plan de Pago de Deuda Previsional
  • Impuestazos para quienes trabajan.
  • Blanqueos, moratorias y bajas de impuestos para los mega-ricos.


La palabra que mejor le cabe al proyecto es el concepto acuñado por Cristina en Quilmes el 27 de abril pasado: anarco-colonialismo. Se trata del desmantelamiento del Estado nacional y el caos interno (ahí lo “anarco”) con la sumisión nacional a los poderes extranjeros y la sumisión de las mayorías a los designios de las corporaciones (ahí lo “colonial”) que van a gozar de protecciones legales y económicas pocas veces vistas antes. De aprobarse, el poder se redistribuirá en la Argentina: menos poder para quienes están abajo, la gente común, quienes laburan, las mujeres; más poder para los empresarios, para las corporaciones, para los capitales extranjeros, para los fondos buitres. La triple flexibilización que anunciamos que buscaban los poderes concentrados: fiscal, ambiental y laboral.

Se trata del desmantelamiento del Estado nacional y el caos interno con la sumisión nacional a los poderes extranjeros y la sumisión de las mayorías a los designios de las corporaciones.

Este martes, Cristina evocó a Arturo Jauretche al nombrar al Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones como el “Estatuto Legal del Coloniaje” del Siglo XXI. Don Arturo, prócer del peronismo, había acuñado ese concepto para referirse al infame Pacto Roca-Runciman de 1933, donde la Argentina aceptaba condiciones de sometimiento absolutas con el fin de que Inglaterra continuara comprándole carne vacuna. Julio Argentino Roca hijo, cuyo padre está de moda en los círculos antikirchneristas, llegó a anunciar que “la Argentina, por su interdependencia recíproca es, desde el punto de vista económico, una parte integrante del Imperio Británico”. Decía también Jauretche que peor que gringo que compra es criollo que vende; pero habría que ir un pasito más allá. La Ley Bases es un remate sin puja, es una entrega sin negociación. Es un pacto unilateral de postración. Milei es un Roca sin Runciman. Nadie te pide tanto Javier.


La legitimidad de origen del gobierno de Milei no le otorga un cheque en blanco para destruir la Argentina. Por el contrario, las mayorías eligieron al gobierno de La Libertad Avanza para mejorar sus vidas, para bajar los precios, para eficientizar el uso de los recursos públicos. Nada de eso sucede aquí. Lo denunciamos desde el primer día: el ajuste y la represión están en manos de quienes salieron terceros, y en el Sillón de Rivadavia un dogmático desconectado de la realidad, que dice suelto de cuerpo que los salarios le están ganando a la inflación. Por favor, que algún Caputo le diga que no haga papelones.


Hay que tomar nota: la movilización popular está viva. Los cacerolazos de diciembre, el paro del 24 de enero, el masivo 8 de marzo, el descomunal 24 de marzo y la histórica movilización universitaria del 23 de abril. Esta última quizás la movilización más grande de las últimas décadas. Y esta semana la contundencia del paro general del 9 de mayo convocado por el movimiento obrero organizado. Hay un mensaje claro de la patria trabajadora argentina: así no va.

La Ley Bases es un remate sin puja es una entrega sin negociación. Es un pacto unilateral de postración. Milei es un Roca sin Runciman. Nadie te pide tanto Javier.

La Ley Bases está empantanándose en el Senado, como lo hizo en febrero en la Cámara de Diputados, por una sencilla razón: es invotable. Esta semana el Secretario de Energía de la Nación, supuesto coordinador de equipos técnicos de campaña de La Libertad Avanza, no sólo no conocía el texto de la ley que defendía, sino que tampoco sabía el costo de producción del barril de petróleo. ¿Quién escribió esta ley? ¿Quién toma las decisiones de política económica? Queremos que nos lo digan. 


De parte nuestra, asumimos como militantes el desafío de llevar a todos los rincones del país la noticia de este agravio llamado “Ley Bases”. En una asamblea del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA) en defensa de TELAM, la compañera Lucía Cámpora dijo el miércoles: 


“Podemos frenar la Ley Bases en el Senado y tenemos que militar para eso: en las calles, en la Plaza movilizando, pero también en cada uno de nuestros barrios y en nuestros trabajos. Es tan importante la movilización que, sin dudas, nos tiene que encontrar el día de la sesión a todos y a todas en la calle, como que también lleguemos a esa movilización trabajando todos los días en todos los barrios convenciendo a nuestros vecinos, a nuestras vecinas y a nuestros compañeros de trabajo de que esa ley se tiene que caer”.


En el año 2004, Pino Solanas estrenó la película “Memoria del saqueo”, relatando el despojo neoliberal de Videla, Martinez de Hoz, Menem y Cavallo. Pero esta vez, nos rehusamos a escribir la memoria de un nuevo saqueo. No queremos que nuestros hijos tengan que ver la memoria del saqueo de Macri, Caputo, Milei y el FMI; y estamos dispuestos a evitarlo. 


La Ley Bases es una ley anti-Argentina; por eso el 29 de diciembre Máximo Kirchner dijo en una entrevista en Radio Con Vos que “el punto en este presente de organización tiene que ser la defensa de las argentinas y los argentinos que se sienten y se ven agredidos por las medidas del DNU, de la ley ómnibus y que muchas de ellas se toman diariamente. Ese debe ser el punto aglutinante”. Tenemos la firme convicción de que en el Senado contamos con 33 patriotas. 33 avatares, diría Cristina. Solo faltan 4 senadores más: los tenemos que conseguir en los barrios, en los pueblos, en los lugares de trabajo, en los clubes, en las escuelas, en las universidades, en las redes sociales. Los tenemos que conseguir construyendo una gran marcha al Congreso, que le dé fuerza a nuestros representantes para juntar las voluntades que faltan. Senadores, defiendan la Patria. Se lo demandamos.