Durante una conferencia de prensa realizada en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, el director del Instituto de Investigación en Ciencias de la Computación (Conicet-UBA), Sebastián Uchitel, planteó que "un error, voluntario o no, en el sistema actual implica la vulneración de una urna, mientras que un error encontrado en el sistema de voto electrónico pone en duda toda una elección".
"En nombre de problemas que han demostrado no ser serios como para comprometer una elección y que no queda claro que esta reforma los resuelva, se abre la posibilidad a una serie de problemas que sí pueden ser serios", agregó.
Asimismo, explicó que que la utilización de elementos electrónicos en el proceso de votación tiene indefectiblemente latente la posibilidad de, con una multiplicidad de recursos, alterar tanto el resultado de una votación como el secreto del sufragio.
Por su parte, Javier Blanco, doctor de la Universidad Nacional de Córdoba, alertó sobre la criminalización que propone esta ley: "Se implementa una pena de cárcel para los que investiguen fallas en el sistema", una práctica que en principio debería ser una contribución a generar un sistema más seguro, transformando a un profesional en el tema que quiera estudiar el mismo en un delincuente.
Otro de los principales argumentos en contra de esta iniciativa gira en torno a la capacidad de entender, comprobar y auditar el funcionamiento de cada paso del proceso electoral por parte de la ciudadanía: en el caso del voto electrónico, esto quedaría cercenado a una serie de comportamientos del software que, aún siendo experto en el tema, es imposible de detectar de manera concreta y visual.
En este sentido, el licenciado Dante Zanarini, de la Universidad Nacional de Rosario, expresó que "aún cuando esto suceda o no, el elector puede ser condicionado en su elección bajo la amenaza de conocer qué es lo que va a votarˮ, no teniendo el mismo la manera de entender cómo es el procedimiento y por tanto de sentirse seguro de la confidencialidad de su sufragio. Vale recalcar que una de las principales premisas de los impulsores de la reforma tiene que ver con el fin del clientelismo.
Chip o no chip
Consultados por los periodistas acerca de la posiblidad de quitarle el chip a la boleta como una solución a todos los males, los expertos insistieron en que aún con esa modificación continuaban vigentes buena parte de las problemáticas mencionadas.
A fines ilustrativos, se expuso una prueba realizada por el Dr. Fernando Schapachnik que permitía reconocer el momento en el que había sido realizado el voto en una boleta impresa con el sistema propuesto, violando el secreto del voto sin necesidad de que la misma posea un chip.
Para finalizar, Blanco consideró que "quitarle el chip nos parece una mejora, si siguen mejorando el sistema van a llegar al voto en papel".
Participaron de la conferencia de prensa las áreas de computación de las facultades de informática de las Universidades Nacionales de Córdoba, Buenos Aires, Rosario, Río Cuarto y Comahue; el Instituto de Investigación en Ciencias de la Computación (Conicet-UBA) y el Centro Internacional Franco Argentino de Ciencias de la Información y de Sistemas (Conicet-UNR)
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