Opinión

Comunidades en re-acción

Frente a la crueldad, cinco puntos de reflexión

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El gobierno de Javier Milei se destaca por la crueldad como método político: todo el tiempo pasan cosas, una peor que la otra. Frente a esa vorágine es necesario parar un poco la pelota y pensar algunos puntos de reflexión. Sofía Carreño, militante y joven graduada en Letras en la universidad pública comparte unos primeros disparadores para pensar(nos).

por Sofía Carreño *
14 oct 2024

1) Cosas raras están pasando

 

           El miércoles 9 de octubre, cerca de las 15 horas, el Congreso de la Nación ratificó la voluntad del presidente Javier Milei de desfinanciar la educación pública. Miles de personas, jóvenes de distintos Centros de Estudiantes y agrupaciones políticas se movilizaron para repudiar el veto, a tan solo una semana de la segunda gran marcha universitaria.

           

           Un día después, en el Día Mundial de la Salud Mental, las irregularidades en el Hospital Bonaparte se agravaban, pese a la gran lucha comunitaria que acompañó al personal y la comunidad afectada. En simultáneo, en Argentina también se vetan los aumentos para las jubilaciones, más de un millón de chicos y chicas se van a dormir sin comer y el transporte aumenta sin límites. Tampoco hay ley de alquileres que regule los aumentos desmedidos que establecen propietarios y corporaciones inmobiliarias. El gobierno libertario dice que la inflación cesó, pero los alimentos no paran de aumentar. Y, mientras las comunidades educativas intentan dar una batalla por el aumento salarial de docentes y no docentes, en la Ciudad de Buenos Aires se aproxima una atroz e inusitada reforma del nivel secundario, que no contempla todo lo que acontece en las aulas.

 
2) La performatividad de las palabras

 

“Es un loco, no va a hacer todo lo que dice”, es una frase que hace tiempo algunos repetían como mantra. Sin embargo, la Libertad Avanza, lejos de quedarse en palabras, desde la crueldad orquesta acciones.

 

Para sorpresa de una gran porción de quienes apoyaron a La Libertad Avanza, el gobierno no solo dice, sino que hace lo que dice desde la pura crueldad. Mientras los laburantes tienen jornadas extensas, hilvanadas por una arquitectura de la precarización, mientras el descanso es culturalmente cada vez peor visto, mientras cada vez menos personas pueden acceder a simples placeres del ocio como ir al cine, a tomar un helado o a comer una pizza, el gobierno desarma, desfinancia y precariza en múltiples direcciones.

Todo pasa a la vez. ¿Qué capacidad de reacción es posible tener si todos los días la crueldad es la norma?

El agotamiento de los cuerpos es un hecho, el detrimento de la salud mental también. Vivir en la inestabilidad tiene consecuencias. Sin embargo, ¿es la resignación la experiencia más frecuente, o hay algo más? ¿se puede incidir desde la soledad?

 

3) Gobierno de crueles

 Del lat. crudelĭtas, -ātis.

1. f. Inhumanidad, fiereza de ánimo, impiedad.

Sin.:

         brutalidad, atrocidad, ferocidad, impiedad, inhumanidad, insensibilidad, sadismo, truculencia, barbaridad.

Ant.:

         compasión, humanidad.


¿Qué es una política de la crueldad? ¿Por qué resuenan las frases “ser cruel está de moda”? ¿Qué hay en esa palabra que refleje esta sistematización de políticas en detrimento del goce de la vida? La multiplicidad de ataques simultáneos no es casual: buscan destruir la cuestión medular de todo aquello que configura la identidad de la Argentina.


No se trata únicamente de un ataque económico, este modelo tiene una percepción ideológica que considera que todo lo público es territorio de nadie, que lo colectivo funciona mal, que siempre es mejor salvarse solo. El individualismo parece ser la respuesta, ocuparse de uno mismo “para salir adelante”, llenarse de laburo para llegar a fin de mes, no disfrutar, no compartir, no salir, no pensarse junto a otros: desde la crueldad se impone la idea de que gozar y compartir está mal. O desde la positiva, como lo proponen los discursos del self: hay que amarse a uno mismo solamente y los demás no importan.


¿Qué lugar queda para el disfrute? ¿Qué hay de la vida en este trajín agitado? ¿Vivir o sobrevivir es la cuestión?

Este modelo tiene una percepción ideológica que considera que todo lo público es territorio de nadie, que lo colectivo funciona mal, que siempre es mejor salvarse solo.

4) Re-accionar

1.

Verbo intransitivo
Dicho de una persona: Empezar a recobrar la actividad fisiológica que parecía haber perdido.
"El herido no reaccionaba”

 

¿Cuáles pueden ser las contraofensivas éticas para enfrentar lo cruel, lo paralizante, lo injusto y agobiante de la Argentina en que vivimos? Parece un cliché, pero la respuesta siempre está en el otro: construir comunidad. Mucho se dijo sobre la “no representación” de algunos sellos e instituciones. El ejemplo más ilustrativo es el de los Centros de Estudiantes, pero su capacidad representativa creció exponencialmente, basta con ver las columnas estudiantiles a lo largo y ancho del país para anoticiarse. Volver a lo común, volver a aglutinar desde la representación más próxima es una primera forma de re-accionar.


Extrañarse, indignarse, retorcerse, enojarse, entristecerse, pero también aglutinarse, compartir, agrupar es prioritario, porque una reacción solitaria no defiende una identidad nacional. Es necesario conversar, escucharnos, trazar caminos mediante las palabras, buscar nuestra propia performatividad. Pensar cómo es posible que nuestras palabras también se conviertan en actos.


¿Qué es una sociedad rota? ¿Por qué se habla de lazos quebrados? ¿En dónde está la fisura? ¿Tenemos sólo el horror?


Las comunidades emergentes y la fusión de las luchas parecen ser el puntapié para rastrear ese punto exacto.

 

5) Representar: una digresión desde la literatura para pensar

La escritora argentina Samanta Schweblin publicó un libro que parece nunca pasar de moda, Distancia de rescate. Su narración es un diálogo y, si bien explicar la trama sería muy extenso -lo mejor sería leerlo-, vamos a focalizar en una de las ideas que propone cuando uno de los personajes, Amanda, tiene que averiguar qué fue lo que le sucedió y para hacerlo conversa con David, quien no habla mucho pero cuando lo hace guía su discurso y repite incansablemente una frase: “Eso no es lo importante, concéntrate en los detalles”.

¿Cómo se representa la indignación? Quizás, al igual que en el libro, se trata de escuchar, con humildad, con atención, con afecto, comprendiendo -o intentando comprender- los detalles, porque detrás de cada una de las políticas de la crueldad se esconden los detalles: el sufrimiento de cada una de las historias. Quizás, entonces, para representar haya que encontrar una punta de lanza en el detalle, en el otro, en el de al lado, en el que quizá repite un discurso para defenderse pero cada vez está expresando algo distinto. Escuchar es la tarea, encontrar allí lo importante, la diferencia que nos una.

 

 

 

*Militante de La Cámpora.