El martes 9 de septiembre falleció nuestro compañero Pablo, militante de Casa Gatica, en La Cámpora de la Comuna 5 de la Ciudad de Buenos Aires. Queremos recordarlo a través de las palabras escritas por sus compañeros y compañeras de militancia:
Ciudad de Buenos Aires
Hasta la victoria siempre, Pablo

A través de las palabras de sus compañeros y compañeras de Casa Gatica, despedimos a un querido militante de La Cámpora de la Comuna 5. Santo fumador de allá de Lugano, gallina furiosa, delantero picante, rey del humor negro: solo nosotros y nosotras sabemos cuánto te vamos a extrañar.
Es imposible imaginar Casa Gatica sin vos, porque estabas ahí antes de que llegáramos y nunca te tomaste ni un mes sabático. Salvo para alguna escapada con Pau, de la que volvías hermosamente bronceado.



Nos acompañaste a todos y cada uno de nosotros y nosotras mientras nos sumábamos a la militancia, explicándonos cómo funcionaba, quién era quién, siempre bajando la espuma y escuchando con una paciencia única. Hablabas con palabras justas, criteriosas, sensatas, y por lo bajo tirabas un chiste.
En cada uno de tus actos había doctrina peronista. Te salía así. Y aunque habías leído al Pocho, jamás recurrías a una cita de autor o al peronómetro. No te gustaba el cartel. Casi que le escapabas de más, porque sabías que esto es colectivo o no es nada.
Santo fumador de allá de Lugano, gallina furiosa, delantero picante, rey del humor negro. La barba noventosa bien prolija y las mentitas siempre listas.



Infinitas reuniones. Las necesarias, las absurdas, las copadas, las soporíferas, las alegres, las dolorosas. Juntarnos después de fiscalizar a esperar los resultados, cantar la marchita aunque hubieran ganado ellos. Mirarnos de reojo cuando le agregaban alguna estrofa extemporánea, pero sin censurar, nunca. Esa complicidad que dan los años.
Tu despedida fue como tenía que ser: un mar de gente que te amaba. Cada uno sintiendo que había tenido un vínculo especial con vos. Camadas de militantes que hacía años no veíamos, compañeros y compañeras que pudieron hacer cosas juntos solo porque en el medio había gente como vos, que privilegiaba lo que nos unía y matizaba lo que nos separaba.
Pablo, Tachero, amigo querido. Gracias por todo. Sólo nosotros y nosotras sabemos cuánto te vamos a extrañar.
Tus compañeros y compañeras de militancia de Casa Gatica.


