Durante la tarde de ayer, la Honorable Cámara de Senadores rindió homenaje a Selva Judith Forstmann, a quien sus compañeros de bancada destacaron como una mujer militante de la vida con pasión, convicción y lealtad.
Incansable militante en el Partido Justicialista, fue electa diputada provincial por cuatro períodos, llegando a ocupar la vicegobernación de la Provincia en ocasión de la renuncia de Acevedo y la consecuente asunción de Sancho en su lugar.
Una vez más, el legado de Judith se hizo presente frente a la gran cantidad de vecinos que se acercaron al lugar dando muestras de su dolor y pudieron observarse ofrendas de distintas organizaciones sociales, educativas, partidos políticos, diputados, senadores, centros de residentes, entre otras tantas muestras de afecto que recibieron sus familiares y amigos.
Despedir a una compañera que se va pero que nos deja grandes enseñanzas de trabajo, de orgullo no sólo como representante del género sino de orgullo frente al rol asumido en los momentos más difíciles tanto de nuestra Provincia patagónica al asumir en tiempos realmente difíciles como Vicegobernadora, como así también a nivel nacional defendiendo el proyecto nacional y popular por el que venía luchando desde hace más de treinta años.
Por su ejemplo de trabajo, compromiso y lealtad, desde la juventud queremos recordarla junto a compañeros como Cacho Vázquez y Mario Vidal, que seguramente estarán esperándola en algún lugar para recordar viejas anécdotas militantes.
Recordemos que “Judithˮ había asumido como senadora por la Provincia de Santa Cruz en diciembre de 2007, luego que Alicia Kirchner, dejara ese lugar para continuar con su invalorable tarea desde el ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
Lamentablemente, Selva Judith Forstmann falleció el pasado sábado, víctima de un accidente en el denominado paraje Vega del Osco, a unos 130 kilómetros de Gobernador Gregores, en cercanías del Lago Strobel de la Provincia de Santa Cruz, lugar al que se dirigía junto a su esposo Emilio Papousek, el guía de pesca Alberto Amescua y un estanciero de la zona, los tres sobrevivientes de la tragedia.