Política

La construcción de “Mauricioˮ y los patovicas del boliche

Construyeron al candidato de Cambiemos como un padre primerizo, reforzando la idea de ser parte de la nueva polí­tica. Ocultaron décadas de negocios turbios con el Estado, causas judiciales, condenas y fundamentalmente sus ideas, que ahora traducidas en polí­ticas sufre la mayorí­a del pueblo argentino.
por La Cámpora
16 nov 2016
Por Francisco Ledesma En 2015, año electoral en el que desde la oposición, los medios concentrados y un sector recalcitrante del Poder Judicial se instaló implí­cita y explí­citamente que desde lo más alto  del gobierno nacional se  ordenó el asesinato de un fiscal, y que el candidato del FpV para la gobernación de la Provincia de Buenos Aires fue el autor intelectual del triple crimen de la efedrina, no sólo se logró penetrar en el sentido común de una parte de la población que asoció a altos dirigentes de la fuerza por entonces gobernante no ya con la corrupción, latiguillo habitual de las derechas latinoamericanas, sino con crí­menes homicidas. En ese estado de democracia de baja intensidad, con un enorme poder de fijación de agenda e impunidad para decir cualquier cosa, se dio paso a la ardua tarea de convertir a Mauricio Macri en “Mauricioˮ. La estrategia fue presentarlo como un recién llegado, un advenedizo en la polí­tica que se interesó en ella para limpiarla, renovarla. Se configuró para ese fin una estética y un guión en el que él aparecerí­a como un padre primerizo enamorado de su bella mujer. Más allá de eso, las operaciones para seguir lavando al candidato fueron básicamente dos: blindaje periodí­stico y coordinada tarea entre los grandes medios en ocultar su prontuario, decenas de causas judiciales por negocios turbios con el Estado, procesamientos y hasta su condena por contrabando, absuelta por la Corte de la mayorí­a automática menemista. Pero fundamentalmente la meta era ocultar sus ideas para el paí­s, tan nocivas como lo puede palpar ahora cada ciudadano. Durante la campaña, hacer tomar conciencia a la población todo lo que pensaba y querí­a hacer Mauricio con el paí­s fue denominado por los medios y por Cambiemos como “campaña del miedoˮ. En el debate, que planearon, organizaron y dirigieron actuales funcionarios del gobierno porteño y el gobierno nacional, el tiempo que al moderador le llevaba hacer la pregunta era casi el mismo que el candidato tení­a para responder. Un formato ideado para la televisión, un debate de “intratablesˮ: habí­a que decir lo más efectivo en un lapso acotadí­simo de tiempo. Es lo único que le podí­a servir a “Mauricioˮ, que cada vez que hablaba evidenciaba un evidente estudio de memoria de cada palabra que tení­a que decir. No podí­an dejarlo hablando diez minutos seguidos, correrí­a riesgo su probable triunfo. Todo lo que prometió e incumplió, en lo que se recordará como una histórica estafa electoral, no es necesario enumerarlo. Lo siente y lo vive la mayorí­a de la población dí­a a dí­a. macriAwada

Hoy, con la Alianza mediático-judicial Cambiemos en el pleno poder, los medios, como en su momento ocultaron las atrocidades de la última Dictadura, tienen una agenda coordinada con el Gobierno en la que siguen construyendo a “Mauricioˮ tapando lo que tenga que ver con sus millones de dólares fugados del paí­s y las polí­ticas neoliberales que aplica. En sí­ntesis ofician de “patovicas de bolicheˮ, expresión sincericida de Julio Blanck, periodista de Clarí­n, en la que grafica tristemente cómo eligen de cuáles temas se habla y cuáles no. Sólo cuando los resultados de las polí­ticas son suficientemente trágicos o la organización popular genera hechos polí­ticos de relevancia, ahí­ se perfora el cerco mediático y se aborda el tema en cuestión.

Pero en esos casos se realiza otra operación distractiva, que funciona abordando temas secundarios como si fueran los principales, haciendo foco en lo accesorio en lugar de lo sustancial: un ejemplo gráfico es cómo se habló de Amado Boudou con los pies en la fuente de la Plaza de Mayo durante la movilización de las CTA y organizaciones sociales en reclamo de las polí­ticas de gobierno. Ese dí­a,  lo importante habí­a sido  la  nueva movilización de centrales sindicales en contra del Gobierno por su polí­tica económica. Otro ejemplo, el de la instalación de la polémica por las dietas de los legisladores nacionales, el mismo dí­a que los diputados de Cambiemos, con apoyo del massismo y del Bloque Justicialista, aprobaron un Presupuesto de ajuste y endeudamiento.

Esta operatoria es ampliamente utilizada en diferentes formatos. La “pesada herenciaˮ sirvió de excusa en todo este año de empobrecimiento del pueblo argentino; las presuntas amenazas a Vidal, mientras que la mitifican, taparon toda la polí­tica de distribución de miseria que está aplicando en la provincia de Buenos Aires; las continuas denuncias a ex funcionarios y familiares de funcionarios de la anterior gestión colman las tapas de los diarios mientras el gobierno emite deuda todos los dí­as.

En este contexto, vale siempre recordar las palabras del compañero Néstor Kirchner, que lo vio antes que nadie: “Mauricio es Macri, no se olvidenˮ.

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