Por La Cámpora Secundarios
El pasado 16 de septiembre nos movilizamos. Año tras año, vemos cómo pibas y pibes participan de esta fecha con amor y alegría; pero en este 2022 fue distinto. En primer lugar, porque una militancia cada vez más organizada logra cosas superadoras. Hoy, son 333 las escuelas que deciden participar en la Red Nacional de Centros de Estudiantes. A partir de esto, el trabajo militante pudo unificarse llevando a cada escuela charlas, cines-debate, murales, entre tantas actividades que ponen en juego la participación, la creatividad y la conciencia para entender quiénes somos y de dónde venimos.
Hicimos actividades, marchas y festivales en Corrientes, Santa Fe, Mendoza, Chubut, Córdoba y Chaco. Pero también nos movilizamos en CABA, Paraná, Rosario, La Plata, Córdoba Capital y San Miguel de Tucumán. Nos resulta importante mantener viva esta etapa para que la agenda la protagonice la juventud. Se lo debemos a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo y en cada acción que damos están ellas siempre.
A unas cuantas personas nos hemos cruzado con lágrimas en los ojos. Emociona ver a pibes interesarse en contextos de odio como estos, bajo una consigna clara: LOS SUEÑOS NO SE PROSCRIBEN. Aquí entra una segunda cuestión que hace que este 16 sea distinto a otros. El intento de magnicidio a Cristina provocó una ruptura de ese gran acuerdo social dado con el retorno a la democracia en 1983. O, mejor dicho, fue intencionalmente quebrado. Siempre son los mismos por más que los escenarios y los métodos hayan cambiado. Pero los objetivos que han derivado a las peores crisis que tuvo nuestro país se siguen manteniendo. El lawfare es el nuevo mecanismo macabro para barrer a todo gobierno popular a través de la persecución a dirigentes políticos. Mientras tanto, son los discursos de odio y de la antipolítica, transmitidos por las grandes empresas mediáticas, los que incitan a la violencia de una sociedad.
Es el proyecto de país de los satélites, las universidades, las becas, la AUH, las computadoras, y tantas otras garantías de derecho al que quieren destruir. Les molesta ver un pueblo feliz por eso intentan proscribir a Cristina. Nosotros elegimos combatir la violencia con solidaridad. Al miedo elegimos transformarlo en organización. Y al odio, en amor a la patria. Cuando Cristina dice “no vienen por mí, vienen por ustedes” entendemos que es un “luchen, que vienen por sus sueños”.
Este 16 fue por la Memoria, para seguir sembrando el camino; por la Verdad, para saber qué pasó y cuál es la realidad de nuestra historia; y por la Justicia, una independiente. No queremos una Justicia mezquina que atienda los intereses de un pequeño grupo concentrado, ni que sea una herramienta que atente contra la Democracia. A eso ya le dijimos Nunca Más. La Justicia debe dejar de ser la sombra oscura del neoliberalismo y mirar de cara al pueblo.
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