Política

Primer Congreso Educativo Nacional

Los zapatos de Isauro Arancibia

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A 49 años del asesinato de Isauro Arancibia, su legado sigue vivo en cada docente que lucha por una educación pública de calidad. En el primer Congreso Educativo Nacional, Cristina Fernández de Kirchner llamó a recuperar el espíritu transformador que dignificó la escuela pública durante los gobiernos kirchneristas. 'Si hicimos todo esto, ¿cómo no vamos a ser capaces de transformar el sistema educativo?', desafió la expresidenta.

por Lourdes López *
23 mar 2025

El 24 de marzo de 1976 la dictadura cívico militar asesinó al maestro Isauro Arancibia. Fue la primera víctima del golpe. Lo encontraron en el local de ATEP, el sindicato de docentes de Tucumán. Además de matarlo con 120 tiros, le robaron los zapatos.


Isauro era docente rural tucumano. Maestro y sindicalista de la escuela pública, acompañó la larga lucha de los trabajadores azucareros de Tucumán durante la década del 60. Sus alumnos eran hijos de cañeros, entonces Isauro reclamaba comedores en las escuelas para que los pibes se quedaran a almorzar y no tuvieran que ir a trabajar. Fue fundador de CTERA, la confederación que reúne a docentes de toda la Argentina.

Días después del asesinato, el jefe de la Comisaría Seccional escribió un acta. Un documento que relata cómo fue encontrado el cuerpo del maestro. El texto no tiene un solo punto. Tiene ochenta y tres palabras y ni un solo punto, tal como cuenta Eduardo Rosenvaig, un maestro tucumano que escribió el libro “La oruga en el pizarrón”, sobre la vida de Isauro. Allí también contó que el maestro luchaba contra el analfabetismo.

Decía Arancibia que "con fuerza y decisión lograremos hacer que un día no lejano destinemos fuertes presupuestos para la educación. No habrá entonces (...) maestros mal pagados y postergados, estarán dados los medios para erradicar la deserción escolar y el analfabetismo. El problema de la escuela pública argentina y latinoamericana es, por encima de un problema técnico pedagógico, un problema fundamental de asistencia económica".

Ayer Cristina Fernández de Kirchner participó del acto central del primer Congreso Educativo Nacional; un encuentro que reunió más de cientos de estudiantes, docentes, trabajadores y miembros de la comunidad educativa de todos los rincones de Argentina para imaginar el futuro de la escuela pública que queremos y necesitamos. Al lado suyo estaba sentada Susana Reyes, la directora de la Escuela Isauro Arancibia. Militante, docente y sobreviviente del terrorismo de Estado: fue secuestrada en 1977 junto a su compañero, Osvaldo Víctor Mantello. Ella sobrevivió.


En 1998 Susana empezó a dar clases en una sede de la CTA a un grupo de mujeres del sindicato de trabajadoras sexuales que querían terminar la primaria. Con el pasar de los meses empezaron a llevar a las clases a los pibes y las pibas que dormían en Retiro y Constitución. Cada vez había más alumnos. Con el tiempo, lo que primero fue una escuela empezó a ser un lugar de contención.


El proyecto educativo no paró de crecer: jornada extendida, jardín, primaria, secundaria, talleres de formación en oficios, talleres de arte, una radio, una revista. El Isauro Arancibia, como dicen ellos, una experiencia de Educación Popular dentro del sistema formal. Hoy asisten más de mil pibes, jóvenes y adultos en situación de calle. Cientos de chicos que pasaron por esa escuela ahora van a la universidad. Dice Susana: “Esto sucede también porque hay maestros y maestras que imaginaron futuros para estos pibes”.


Ayer Susana Reyes le dijo a Cristina que ella y Néstor Kirchner, durante sus gobiernos, se calzaron los zapatos de Isauro Arancibia y caminaron por el sendero del maestro. Y tiene razón. Los que fuimos a la escuela pública durante esos maravillosos 12 años lo podemos contar en primera persona.

Cristina participó del primer Congreso Educativo Nacional, un encuentro que reunió más de cientos de estudiantes, docentes, trabajadores y miembros de la comunidad educativa de todos los rincones de Argentina para imaginar el futuro de la escuela pública.

Durante los gobiernos de Néstor y Cristina se entregaron 57 millones de libros, más de 5 millones de computadoras y más de 1 millón de Becas Progresar. Se crearon 19 universidades nacionales, se destinó el 6% del PBI en inversión educativa y se recuperó el salario docente. La escuela pública se volvió a dignificar: dejó de resistir y volvió a construir.


Recordar todas las conquistas de estos doce años no es para abrazarnos en nostalgia. Es para mirar con fuerza hacia adelante. Como dijo Cristina, "es para apalancarnos en un lugar. Si hicimos todo esto, ¿como no vamos a ser capaces de encarar la transformación que el sistema educativo argentino requiere? ¿Quién lo va a hacer si no lo hacemos nosotros?”


Con la convicción de que todo lo que hicimos nos da fuerza para imaginar y transformar hacia adelante, hagamos como pidió hoy Susana: “Calcémonos todos los zapatos de Isauro y gritemos fuerte que no nos han vencido y que viva la escuela pública”



* Militante de La Cámpora.

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