A 43 años del regreso del General Juan Domingo Perón a la Argentina, luego de 17 años de exilio y proscripción, como cada 17 de noviembre, la militancia celebra ese gran hecho histórico impregnado de convicciones y amor al Pueblo del que es parte.
La conmemoración de esta fecha, es para los peronistas un símbolo de orgullo y lucha inclaudicable, un símbolo de coraje y lealtad no sólo a Perón, sino también al Pueblo argentino.
Quisieron y no pudieron borrar nuestros símbolos, quisieron y no pudieron, quitar de nuestros corazones ese acto de compromiso entre Perón y su Pueblo, quisieron y no pudieron, derrumbar la lucha de generaciones que dejaron el barro del olvido al que estuvieron sometidos durante años, quisieron y no pudieron, evitar el regreso de quien supo interpretar los sueños de tantos argentinos postergados.
Quizás podríamos sintetizar tantos años de perseverancia con el “Luche y Vuelveˮ que las paredes de la Patria y los rincones de la historia contuvieron durante años, pero sería imposible reducir el sentimiento de la militancia a esa histórica consigna.
Sentirse militante peronista y festejar este día trasciende todas las efemérides; porque sentirse militante es no sentirse solo jamás. Es dar y amar al otro sin esperar nada a cambio, es comprometerse por y con el otro a que todos los días esté un poco mejor. Es querer la Patria, es defender lo justo, es tener sueños y trabajar todos los días para cumplirlos.
Muchas de esas banderas que vieron su origen con el peronismo, hoy 43 años después, siguen en lo más alto y vuelven a flamear en los barrios, en las calles, en las unidades básicas, en cada pibe que defiende en los rincones de la Patria este proyecto nacional y popular.
Los sueños de Perón y Evita, que tuvieron a todo el Pueblo argentino como protagonista, hoy son irreversibles, y lo son gracias a la entrega y el compromiso que supieron transmitirnos Néstor y Cristina. Porque las generaciones pasadas tuvieron en Perón y Evita ese dique de contención y afecto y nosotros, jóvenes y no tanto, agradecemos todos los días haber sido convocados por Néstor y Cristina a involucrarnos en la política y adoptarla como la herramienta de transformación de la Patria libre, justa y soberana con la que ellos y miles soñaron.
Lo valioso de la militancia, no sólo es transformar la Patria, sino saber que nos tenemos entre nosotros. Ahí, caminando a la par, dándonos aliento cuando nos sentimos desanimados, haciéndonos un chiste, para robarnos una sonrisa en un mal trago. Lo valioso es sentir que nuestros compañeros son mejores que nosotros mismos, que somos militantes del héroe colectivo, y que nunca estaremos solos en esta caminata eterna de perseguir sueños.
Pasa un nuevo 17 de noviembre, y homenajeamos a esos históricos militantes, que entregaron su vida a un proyecto político que bregó por un país mejor. Homenajeamos a los militantes de hoy, que también siendo objeto de la estigmatización, y la intolerancia de vastos sectores que quieren un país para pocos, ponen la otra mejilla todos los días, porque entienden y sienten que La Patria es el otro...y el amor siembre (siempre) vence al odio.
Como dijo la compañera Cristina, “ˮ¦imitemos su ejemplo. í‰l nunca se rindió. Nosotros tampocoˮ.