Estuvimos en Cerri, uno de los barrios más afectados por el temporal en Bahía Blanca. Más de mil compañeros y compañeras de La Cámpora de la Provincia y Ciudad de Buenos Aires nos encontramos desde muy temprano entre sábado y domingo para empezar a trabajar.
Cerri era el barrio con más urgencias. ¿Qué tipo de abordaje necesitaba? Limpieza. Pero decir solo “limpieza” sería reducirlo a lo material. Lo que sacamos de las casas no eran solo escombros o muebles arruinados por el agua. Eran pedazos de vida.
Eran el esfuerzo de años, reducido a un montón de cosas apiladas en la vereda.
Ayudar a limpiar no es solo despejar el camino, es permitir que el sol vuelva a entrar por las ventanas sin que, al hacerlo, lo primero que vean sean las marcas de la tormenta en lo que más querían. Es contener en un abrazo cuando las fuerzas flaquean y alguien se quiebra al ver lo que ya no podrá recuperar.
También ayudamos a limpiar las instituciones como escuelas y centros de jubilados, removiendo las capas de barro que lo cubrían todo, a redescubrir las marcas de altura que alcanzó el agua, como heridas aún abiertas en las paredes.
Escuchamos las historias de los vecinos y vecinas que, a pesar de haber sufrido el temporal, tendieron una mano, abrieron sus puertas y arriesgaron lo propio para salvar a otro. Porque en medio de la tragedia, la solidaridad siempre se abre camino.
El domingo, además de seguir con las tareas de limpieza, organizamos una jornada recreativa para los más chicos. Porque también es importante volver a reír, volver a jugar, recordar que la infancia no puede quedar sepultada bajo el barro. Por un rato, entre pelotas, dibujos y canciones, la tormenta quedó atrás.
Nos abrazaron, nos agradecieron, nos convidaron mate y volvimos a ser "los chicos de la Cámpora" que están trabajando. "¿De dónde son? ¿Cuántas horas viajaron? ¿Necesitan algo?" Las preguntas de la gente. La emoción, la desolación, la solidaridad, la esperanza. El volver a empezar, siempre en comunidad.
Que nos critiquen los que desde sus casas solo comentan maldades en Twitter, que instalen lo que quieran de nosotros. Aprendimos a convivir con el estigma. Pero podemos caminar con la frente en alta en Bahía Blanca y en cualquier lado porque ponemos el cuerpo, limpiamos, trabajamos y creemos en la construcción de una Patria en la que nadie se salva solo.
*Diputada provincial de la provincia de Buenos Aires y militante de La Cámpora