Seguido al gol del Pipa Higuaín, la alegría superó al frío y a la lluvia en el Centro de Estudios Políticos de La Cámpora. Más de setenta compañeros del Frente Universitario se juntaron el sábado a la noche para debatir y dar inicio al Ciclo de Formación por la Democratización Universitaria. En esta ocasión, contaron como oradores al sociólogo y docente de la UNAJ y la UNLa, Aritz Recalde; y a Sebastián Grynberg, doctor en matemáticas y profesor en la Facultad de Ingeniería de la UBA.
El eje de este primer encuentro fue “Historia de la educación superior en Argentina y Autonomía Universitariaˮ y, como sin conocer la historia no se puede entender el futuro, el compañero Grynberg desarrolló un análisis cronológico acerca de la educación superior: desde la decimonónica “Ley Avellanedaˮ, pasando por el movimiento reformista del 18ˮ™, hasta el peronismo y sus transformaciones, que introdujeron profundos cambios en el sistema educativo universitario, como es el caso de la gratuidad y el acceso irrestricto. En palabras del orador, “el peronismo sentó las bases para una cultura genuinamente nacional y popular; sin embargo, actualmente sigue habiendo un divorcio entre la Universidad y movimiento popularˮ.
A su turno, Aritz Recalde diferenció tres modelos de organización de la Universidad que existen actualmente en el sistema de educación superior: el sistema universitario liberal, orientado a las demandas del mercado concentrado y la empresa transnacional; el reformista, sujeto a decisiones del cogobierno autónomo pero independiente del Estado, en el que se negocia con “los amigosˮ; y por último el modelo nacional-popular, que tiene una perspectiva de resolución de las problemáticas nacionales en la que la universidad contribuye con sus recursos humanos y científicos.Recalde indicó que para este último modelo “la verdadera universalidad está dada por la capacidad de nacionalizarˮ y el desarrollo del conocimiento debe estar orientado a las necesidades populares y al crecimiento político y económico del país. Respecto del cogobierno universitario, sostuvo que hoy es una representación corporativa. “La universidad se maneja en los términos previos a la Ley Sáenz Peñaˮ, expresó irónicamente. En este sistema de elección indirecta votan solo los concursados, “el cogobierno ni siquiera es democrático hacia adentroˮ.
La necesidad de una universidad comprometida con los procesos nacionales atravesó las dos exposiciones. Recalde se preguntó si “juntar papelitosˮ (en referencia a los papers) tiene relevancia social, y afirmó que debería existir una agenda científico tecnológica que guíe las investigaciones universitarias, de esta manera la soberanía política y la independencia económica serían más fáciles de alcanzar. “Hay que empezar a crear carreras en función a los problemas nacionales, no carreras importadasˮ, concluyó.
Luego de las exposiciones, se abrió un debate donde los compañeros pudieron hacer preguntas e intercambiar opiniones con los panelistas. Se incluyeron temas como la discusión sobre la autonomía universitaria y las resistencias que actualmente persisten en el sistema universitario; la repatriación de científicos orientada a la industrialización del país; el rol de las becas universitarias para el acceso educativo, como las impulsadas por el gobierno nacional; y la necesidad de llevar este debate a las aulas y a los barrios, para lograr con la sociedad en su conjunto apuntar a una transformación real y efectiva para que la Universidad Pública esté definitivamente orientada a los intereses del pueblo y de la Patria.