Política

Rechazo a la participación de la "Mesa Interpartidaria" convocada por la Subsecretarí­a de Juventud

Los compañeros de La Cámpora resolvemos no participar de la “Mesa Interpartidaria” convocada por la Subsecretarí­a de Juventud del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación a través de su subsecretario, Pedro Robledo.
por La Cámpora
15 jul 2016
Las razones de esta negativa se fundan en que, tras seis meses en el ejercicio del gobierno, queda claro que el macrismo no tiene ninguna vocación de diálogo con las fuerzas opositoras. En términos polí­ticos, esta “Mesaˮ es una ficción; la realidad es la persecución. Cuando los hechos son tan graves y obvios, los argumentos sobran. El macrismo no armó ninguna “Mesaˮ para dialogar con los miles de trabajadores del Estado que dejó en la calle, a quienes se les imputó simplemente la presunción de ser kirchneristas; tampoco armó una “Mesaˮ para dialogar con Milagro Sala, a quien detuvo con unos motivos, encarceló con otros y dejó en prisión con unos nuevos. Tampoco convocó a los partidos de la democracia para preguntarles qué opinaban de que golpistas y genocidas probados tuvieran el gusto de desfilar por las calles argentinas en el Bicentenario de nuestra Independencia. La persecución a Cristina Kirchner y su familia tampoco exhibe rasgos democráticos: es una avanzada conjunta de jueces adictos, periodistas inescrupulosos, servicios de inteligencia con sede en el exterior y polí­ticos antipopulares, para quienes la democracia, la república y las instituciones son meras palabras que se repiten pero no se respetan. Como ha dicho Cristina en una de sus cartas, vivimos en una democracia de baja intensidad, donde ser opositor es peligroso y ser kirchnerista, un delito. Es lo que necesita un gobierno de ajuste: estigmatizar a la oposición. Pero nuestro apego a la democracia y al pueblo argentino es real, de modo que no podemos convalidar semejante actitud. Ni mucho menos concurrir a una “Mesa Interpartidariaˮ donde se pretende borrar la persecución polí­tica existente con la mí­mica de un diálogo ideal. No somos militantes para mentir. Hay un terrible ajuste sobre el pueblo argentino. Hay persecución sobre dirigentes populares. Pero en el oscuro Bicentenario que vivimos, nuestra postura es innegociable: la Patria no se vende.