Militancia

Juventud y ambientalismo popular

Resistencia al negacionismo climático desde el territorio

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Por segundo año consecutivo, compañeras y compañeros del Frente Ambiental de La Cámpora estuvimos presentes en el evento federal de las juventudes sobre Cambio Climático. Participaron representaciones de las provincias de Mendoza, Salta, Tucumán, Córdoba, Catamarca, Santiago del Estero y Buenos Aires. 

por Frente Ambiental de La Cámpora
2 ago 2024

Desde el 24 al 27 de julio, en la ciudad de Santiago del Estero, se llevó adelante la Cumbre Climática Local de las Juventudes (LCOY) donde pibes y pibas de todo el país organizaron paneles de formación y comisiones de discusiones acerca de juventudes y ambientalismo, democracia, educación, salud mental o políticas públicas. La LCOY es la versión local de la cumbre global (COY) que busca todos los años empoderar a los jóvenes y llevar formalmente sus voces para dar forma a las políticas intergubernamentales sobre cambio climático. 


Nuestra compañera Daniela Vilar, Ministra de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires y responsable nacional del Frente Ambiental, fue invitada a participar del encuentro como panelista. Allí abordó la relevancia de la política ambiental desde el paradigma del ambientalismo popular e hizo hincapié en el desafío de territorializar las discusiones ambientales y ponerlas en perspectiva Latinoamericana. 


“No planteamos solamente a la discusión ambiental desde el abordaje de la problemática ambiental, como una perspectiva conservacionista nada más, -que está bien, que es válida y necesaria-, sino que creemos que hay que sumarle necesariamente la perspectiva humana, las personas que habitan nuestros suelos, nuestros distritos. Según el territorio podemos ver y evidenciar las problemáticas ambientales más graves: plomo en sangre en los pibes de los conurbanos, acceso al hábitat digno, condiciones de trabajo dignas para todxs, por ejemplo. Es desde allí que problematizamos desde el ambientalismo popular, desde esas realidades”, expresó la compañera.

La discusión geopolítica habla de una triple crisis mundial: la crisis climática, la crisis por la contaminación y la crisis de biodiversidad. En Argentina, nosotros decimos, además, que nuestro país está siendo gobernado por un modelo que quiere llevar adelante tres flexibilizaciones: la laboral, la impositiva y la ambiental.  Este concepto,  utilizado por Máximo Kirchner, desarrolla cómo se intentan modificar las leyes ambientales para beneficiar a los grandes grupos económicos a fin de que puedan explotar nuestros bienes comunes naturales. Sin ir más lejos, hace unos días el diputado libertario Beltrán Beneditt propuso derogar la modificatoria de la Ley de Manejo del Fuego que limita el cambio de uso del suelo por 30 o 60 años con el objetivo de evitar los incendios especulativos para fines comerciales o emprendimientos inmobiliarios.


Mientras Javier Milei gobierna en defensa de los intereses concentrados (locales y extranjeros), desde el ambientalismo popular seguimos generando ámbitos para organizarnos, discutir y pensar nuevas estrategias para dar respuesta a las problemáticas socioambientales desde las juventudes. Con la certeza de que tenemos que posicionarnos en el mundo con una premisa inamovible: la soberanía sobre nuestros bienes comunes naturales. 

En Latinoamérica tenemos casi el tercio de agua dulce, la segunda reserva de litio del mundo, tenemos reservas de cobre en nuestra región, tenemos condiciones naturales privilegiadas que hacen que se les haga agua la boca al mirar a nuestro sur global”
(Daniela Vilar)

La mejor forma de afrontar la crisis climática, ante este escenario global, es con medidas de adaptación. Es decir, con acciones para reducir la vulnerabilidad ante el cambio climático (como puede ser la investigación sobre posibles catástrofes o sobre el comportamiento de la temperatura) y con medidas de prevención y precaución ante inundaciones. Las medidas de adaptación son claves porque los barrios populares tienen una mayor vulnerabilidad; al perder todo cuando se desborda un río o hay alguna inundación, cuando hay sequías, aumento de temperaturas (menos heladas y más olas de calor), cuando se produce el retroceso de glaciares o cuando hay aumentos en el nivel del mar, dependiendo de la región. Cambios que, según el gobierno nacional no son fruto de la crisis climática porque ya existían y siempre hubo eventos catastróficos cada tanto. Lo que desconocen es que, por la crisis climática, el problema es cada vez peor, más frecuente e inesperado.


Hoy más que nunca hay que organizarse y sumarse a debatir el modelo ambiental para nuestra patria, con más organización, con más debate y más encuentros. A contramano del modelo individualista y extractivista  del actual gobierno que arrasa sobre nuestros territorios, nuestros bienes comunes y nuestro pueblo. 


Construir unidad de concepción para la unidad de acción, resistiendo el proyecto de saqueo y flexibilización, y construyendo una propuesta de un futuro mejor. El sálvese quien pueda es un ciclo que lleva a más y más individualización. Por eso, comprendiendo que la organización como forma de construcción colectiva es la única salida, las juventudes tomamos la posta y seguimos construyendo ambientalismo popular.