Jorgito se nos fue muy pronto, soñando transformar el mundo con tantas ganas y entereza, con las convicciones bien puestas, creyendo en la justicia social, practicándola día a día, con una fortaleza inquebrantable, con una alegría que le brotaba del pecho, la que nos convencía de que todo era posible.
Un pibe leal hasta los huesos y con una ternura que abrazaba, siempre sacando una cancioncita de la galera, apuntando unos acordes, sirviendo la leche en algún barrio, preguntando dónde va a ser la próxima actividad.
Hoy nos dejás a la esperanza como una obligación, para transformar el dolor en ganas de seguir construyendo, militando, poniendo el cuerpo y el corazón, porque siempre nos enseñaste que la tristeza nunca puede ser una opción.
Cuando miremos al futuro, veremos tu sonrisa.
Nos volveremos a ver Jorgito, en el camino te vamos a extrañar mucho.
Te llevamos en cada bandera hasta la victoria, siempre.
La Cámpora en Chaco
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