Política

Volvió Cristina

Una multitud copó anoche el Aeroparque metropolitano para recibir a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que arribó a Buenos Aires a las 22:10 en un avión de lí­nea de Aerolí­neas Argentinas procedente de El Calafate.
por La Cámpora
3 jul 2016
A imagen y semejanza de lo ocurrido a principios de abril, Cristina volvió a producir un acontecimiento polí­tico con un solo movimiento: subirse a un avión para viajar a Buenos Aires. Esta vez, a diferencia de hace cuatro meses, bajo una lluvia torrencial, que de todas formas no impidió que decenas de miles de personas se acercaran al aeropuerto Jorge Newbery para un darle marco épico a la llegada de la única dirigente polí­tica argentina en condiciones de producir semejante convocatoria. " ¡Es Mick Jagger!", gritó a sus colegas uno de los periodistas  que se encontraba parado dentro del corralito de prensa, sorprendido  por la algarabí­a del gentí­o que sorteó  el celoso cerco que la Policí­a de Seguridad Aeroportuaria (PSA) habí­a dispuesto para separar al público de la salida de los pasajeros de la Terminal C, como si la muchedumbre que solamente querí­a saludar a la Jefa pudiera ser una amenaza para alguien. Habí­an sido más de cuatro horas de espera bajo la lluvia para los que comenzaron a llegar a las inmediaciones del Aeroparque al caer la tarde, con un único objetivo: saludar a Cristina y darle la bienvenida. Si era de cerca, mejor. Poco acostumbrados a tener que lidiar con este tipo de situaciones  (las estrellas de rock, los personajes de la farándula y aún algunos polí­ticos, suelen ser sacados del lugar directamente por la pista de aterrizaje o por el salón VIP), los muchachos y muchachas de la PSA parecí­an  nerviosos. Tanto que tuvieron que pedirle una mano a algunos efectivos de Gendarmerí­a y Prefectura, quienes también se acercaron al estacionamiento donde se encontraba la gente para marcar presencia y a custodiar vaya uno a saber que cosa. ¿Tan violenta habrá sido la orden de algún ministro o ministra? No importa. Así­ las cosas, la multitud, el pueblo allí­ presente, aguardó con paciencia el arribo de Cristina, cantando y gozando de lo que fue una verdadera fiesta popular. Pasadas las diez de la noche, la Presidenta hizo su esperada aparición, saludando a quienes habí­an conseguido ubicarse en la primera lí­nea del vallado, y pudiendo hablar con la prensa allí­ presente, para agradecer la presencia de toda esa gente que habí­a decidido que el mejor plan para un sábado a la noche era ir a recibirla. Con lluvia y todo. Minutos más tarde, se subió al auto que la llevarí­a hasta su casa en el barrio porteño de Recoleta, donde también la esperaba un buen número de militantes, a los que pasó a saludar  antes de irse a descansar. [gallery ids="76133,76135,76136,76137,76138,76139,76140,76141"]  
Imágenes