Editorial

A los militantes

por La Cámpora
1 dic 2012

Una más y van...

Compañeras y compañeros: Una vez más nuestra organización es blanco de acusaciones ridí­culas e infundadas. Esta vez le tocó al compañero Máximo y no es la primera ni será la última. Negamos rotundamente las mentiras publicadas en la última edición de la revista Noticias, propiedad de Fontevecchia y repetidas en algunos medios. Nuestra Presidenta, la compañera Cristina Fernández de Kirchner, lo advirtió hace unos meses en uno de sus discursos: "De aquí­ al 7 de diciembre vamos a tener que prepararnos para cosas muy estrambóticas". La realidad diaria nos demuestra lo acertado que fue ese vaticinio. No es raro que a pocos dí­as de entrar en plena vigencia la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual de la Democracia, los pocos socios que le quedan al monopolio peguen estos desesperados manotazos de ahogado. En estos tiempos  nuestro paí­s vive una fuerte disputa entre las leyes de la democracia y las corporaciones habituadas a creerse por encima del poder de las instituciones. En este contexto queremos transmitirles serenidad porque este tipo de operaciones polí­ticas de prensa, financiadas con plata negra, amarilla o naranja, apuntadas a los compañeros que acompañan el proyecto transformador iniciado en 2003, seguirán siendo moneda corriente. Máximo Kirchner no compró ninguna chacra en Zárate y mucho menos con amarraderos. Lo único que falta es que digan que planeamos amarrar allí­ a la Fragata Libertad una vez que a los fondos buitres no les quede más que liberarla. Si el objetivo de la publicación hubiese sido efectivamente informar a la sociedad con la verdad, hubiesen podido recurrir a una gran cantidad de fuentes -testigos, escribanos, inmobiliarias, dueños anteriores, etc- para desmentir la noticia. Es fácil sacar una foto aérea de una propiedad y adjudicársela a alguien sin ninguna documentación que lo confirme. Para instalar una mentira tal, hace falta sólo la tapa de una revista de gran distribución y a la cadena de infinitas réplicas que se conforma con las posiciones monopólicas dominantes. Es un ejemplo más del comportamiento cobarde en el que incurren estas empresas, escudándose bajo la actividad periodí­stica que se supone que defienden, pero a la que tanto mal siguen haciendo. Tampoco tiene una casa en Calafate. Aunque, en realidad, sí­ tiene una parte: la de la casa familiar que construyeron sus padres, a la que Cristina llama “su lugar en el mundoˮ. También es cierto que preferirí­a no tener esa parte. Todo el mundo en Calafate sabe éstas cosas, y que la casa que muestran y le adjudican es de otra persona. Lo que sí­ es cierto ˮ“ya se sabe, contar una verdad chiquita junto a grandes mentiras es todo un método- es que está agrandando la vieja casa familiar de Rio Gallegos. Esa donde él y sus padres y más tarde Florencia, vivieron hasta que Néstor fue electo Gobernador. Donde vive junto a Rocio, su compañera. No le interesa lo que a otros los desespera, por eso no lo pueden comprar. Nuestra organización es una construcción colectiva. No apostamos a la entronización de un solo referente particular sino a la formación de una generación capaz de pensar y llevar adelante un proyecto de paí­s. Cada uno en su lugar con su responsabilidad, formando parte de un solo colectivo. Pero tenemos en claro una cosa: cuando le pegan a uno, nos pegan a todos. Se viene el 7D (de Diciembre, de Diversidad, de Democracia) y están nerviosos. La Cámpora