Editorial

Elegir seguir en pelotas

por La Cámpora
9 ago 2013
Rafael-Sanzio-Pintura-Renacentista-Desnudos-femeninos-ClasicosLas elecciones desnudan a todos. A los jetones de moda que creen que para “hacer polí­tica de verdadˮ, al pueblo hay que decirle “lo que quiere escucharˮ. Y le tienen que preguntar a sus asesores de imagen qué carajo es lo que “la gente quiere escucharˮ. Desnuda incluso a los que por fin dicen lo que realmente piensan porque, de pronto, por la “estrategia electoralˮ, para conservar su quintita y su banca, les conviene dejar de mentir como el resto del año. Entonces confiesan sus intenciones de volver a los noventa, al ajuste, a la represión, a darle a Clarí­n y a las corporaciones lo que es de todos los argentinos, a volver a arrodillarse al Fondo Monetario. Desnuda a esos viejos de saco y corbata y carí­simos sobretodos que se creen más que el resto y todaví­a piensan que desde un cargo en la justicia le pueden impedir al pueblo votar a sus representantes . A los lengualargas cuya única propuesta es repetir como nabos que están en contra de la “reelección indefinidaˮ con la patética esperanza de que el pueblo les crea que la Constitución Nacional establece que cada tantos años tienen que volver a gobernarnos un grupo de politiqueros aliados a los grandes empresarios para empobrecer a los trabajadores, porque de eso se trata una “verdadera Repúblicaˮ. Desnudos quedan los periodistas, los editorialistas, y todos esos “dueños y guardianes de la libertad de prensaˮ que se olvidan que vienen mintiendo con que son independientes y bancan más a los candidatos opositores que los mismos candidatos. Incluso desnuda a esa izquierda snob que se la pasa más tiempo mirándose al espejo pensando en cómo acomodar su discurso para aprovechar un “mercadoˮ electoral, en lugar de poner el cuerpo en la histórica lucha de los pueblos contra sus opresores. ¿Y a la militancia? A nosotros no nos desnudan las elecciones porque siempre militamos sin disfraces. Decimos lo que pensamos porque para eso queremos la libertad de expresión. No le tenemos que preguntar a nadie cómo se le habla a la gente por televisión porque estamos en la calle todos los dí­as. No militamos por “mandatosˮ, ni perí­odos, sino toda la vida. Con la misma idea, el mismo rumbo, las mismas fuertes convicciones, sin vendernos. "Compañeros del Ejército de los Andes: La guerra se la tenemos que hacer como podamos: si no tenemos dinero; carne y tabaco no nos tiene que faltar. Cuando se acaben los vestuarios, nos vestiremos con la bayetilla que nos tejan nuestras mujeres y si no, andaremos en pelota como nuestros paisanos los indios, seamos libres y lo demás no importaˮ. San Martí­n