“Reinstalar la movilidad social ascendente que caracterizó a la República Argentina requiere comprender que los problemas de la pobreza no se solucionan desde las políticas sociales sino desde las políticas económicasˮ.
Néstor Kirchner, 25 de mayo de 2003
“Ustedes, las organizaciones de los excluidos y tantas organizaciones de otros sectores de la sociedad, están llamados a revitalizar, a refundar las democracias que pasan por una verdadera crisis. No caigan en la tentación del corsé que los reduce a actores secundarios, o peor a meros administradores de la miseria existenteˮ.
"...no dejarse encorsetar, porque algunos dicen: la cooperativa, el comedor, la huerta agroecológica, el microemprendimiento, el diseño de los planes asistencialesˮ¦ hasta ahí está bien. Mientras se mantengan en el corsé de las «políticas sociales », mientras no cuestionen la política económica o la política con mayúscula, se los tolera.
Papa Francisco, 5 de noviembre de 2016
Cualquier acción que tienda a mitigar los efectos de la aplicación de las medidas de la actual gestión en materia económica y social, tiene nuestro apoyo y acompañamiento. Sin embargo, consideramos que el caso particular del proyecto de Ley de “Emergencia Social y de las Organizaciones de la Economía Popularˮ, se trata de un elemento necesario y complementario a la aplicación de las mismas medidas que pretende combatir.
De esta forma, en su artículo 2do dice: “Instrúyase al Ministerio de Desarrollo Social a crear un millón (1.000.000) de nuevos puestos de trabajoˮ, como si un mero artículo de una ley pudiera generar los factores necesarios para reconstruir lo que la actual gestión está pulverizando en forma premeditada.
No fue así como se consiguieron los (verdaderos) 6 millones de puestos de trabajo durante las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner. Y mencionamos a ambos gobiernos porque son los mismos considerandos de esta ley los que reconocen el hecho de que la “emergenciaˮ se da en contraste a las conquistas que el pueblo argentino logró durante los doce años recientes.
Nada hay en la ley que ataque las causas de la denominada “emergenciaˮ que sus propios fundamentos denuncian. Nada. Contrariamente, al considerar como “emergenciaˮ a la actual situación social se pretende que entendamos una excepcionalidad que no es tal. Las medidas económicas del actual gobierno generan pobreza y desigualdad como único resultado posible y en forma sistemática. No como excepción, sino como regla.
Si sabemos cuáles son las causas del problema, debemos ir contra ellas y no aplicar paliativos. Se trata de retomar la senda del trabajo y el consumo interno, se trata de focalizar los factores económicos en la economía productiva y no en la fenomenal bicicleta financiera que se ha gestado. Sobre esto ni el proyecto en cuestión ni los representantes de los derechos de los trabajadores parecen acusar recibo.
La negociación a puertas cerradas no reemplaza las responsabilidades de las organizaciones sociales y sindicales en la defensa del salario y el empleo. Ese fue el esquema que se aplicó en la Argentina en la década de 1990, los resultados son innegables y los dirigentes lo saben.
Es indudable que la situación de millones de argentinos se deterioró de manera notable estos últimos meses. Esto lo venimos advirtiendo desde el primer momento de asumida la actual gestión del Poder Ejecutivo Nacional y desde antes, durante las elecciones, lo que algunos denominaron “campaña del miedoˮ.
La precarización del trabajo, su literal destrucción, eso sí es una fenomenal campaña de miedo e intimidación cuyo único objetivo es el de concentrar aún más el ingreso y la riqueza en la Argentina. Frente a este hecho no vemos la utilización de las herramientas que tienen a disposición los trabajadores y las organizaciones sociales aunque sus dirigentes “amaguenˮ con hacer uso de ellas.
Es que la acción misma del “amagueˮ se transforma en complicidad sino se actúa. Se termina siendo parte de una oposición “permitidaˮ que no discute lo que hay que discutir sino que se “sorprendeˮ y decreta “emergenciasˮ que todos sabíamos que se iban a producir. Todos lo sabíamos.
No discutir las bases del modelo y afirmar que esto es el resultado de un fenómeno meteorológico es una maniobra que se utilizó en el pasado reciente en la Argentina para mantener el statu quo. No se puede pretender que el pueblo argentino ignore lo que realmente pasa, por más decoración mediática que se le quiera dar, por más “herenciaˮ que se intente hacerle creer.
Saludamos y celebramos la movilización pero no podemos dejar de señalar que el lugar natural del pueblo para defender el trabajo, el salario y los derechos adquiridos fue, es y será la Plaza de Mayo. Y el pueblo lo sabe.