Editorial

Juegan a "primera yo" y después a "también yo"

Por primera vez desde el regreso de la democracia, la provincia de Buenos Aires intentará adelantar su cronograma electoral respecto de las elecciones nacionales, con el objetivo de brindarle a la gobernadora Marí­a Eugenia Vidal la posiblilidad de presentarse como candidata en ambas ocasiones, como último intento desesperado de Cambiemos para intentar retener alguno de los dos distritos.
por La Cámpora
5 ene 2019
Ante el fracaso evidente de Mauricio Macri, el oficialismo ha decidido promover una jugada tan riesgosa como innecesaria, empezando con la puesta en escena del llamado a una Comisión Bicameral sin carácter vinculante (es decir que lo que se decida allí­ puede no ser instrumentado por el Poder Ejecutivo) que además se niega a discutir cuestiones realmente necesarias como el financiamiento de las campañas electorales. Cuando hace apenas dos años la Legislatura bonaerense votó modificaciones importantes en el sistema electoral de la provincia, como la paridad de género en las listas o el lí­mite a la reelección de los intendentes, no hubo necesidad de conformar ninguna Comisión Bicameral, lo cual hace pensar que se trata de una excusa para dilatar la discusión e ir ganando tiempo para concretar una maniobra que le permita a la gobernadora tener los plazos necesarios como para poder disputar la elección provincial y meses más tarde ser una alternativa presidencial para Cambiemos, en un contexto de desastre económico y el consiguiente hundimiento del proyecto reeleccionista de Macri. Tampoco se convocó a una Comisión Bicameral para frenar el reciente aumento de las tarifas de servicios públicos ni tampoco para estudiar mecanismos tendientes a controlar la inflación, por citar apenas dos ejemplos de temas que preocupan a la ciudadaní­a pero que no son tenidos en cuenta por quienes apuran una reforma electoral que sirva para alterar las fechas y el modo de votación en la elección más importante del paí­s. En una provincia que se encuentra entre las más afectadas por la crisis económica general en la que se encuentra el paí­s, y permanente caja de resonancia de las consecuencias sociales que generan los números negativos de la administración Cambiemos, la gobernadora ha definido que las prioridades pasan por su proyecto polí­tico personal, trasladándole a los bonaerenses un problema que no le pertenece a Buenos Aires. Esta creatividad que utilizan para reinterpretar leyes o escribir nuevas normas que acomoden la realidad a sus ambiciones polí­ticas, podrí­a ser utilizada para gobernar en favor de las mayorí­as. Que Macri no sea competitivo electoralmente no es un problema del sistema de votación: es un problema de cómo gobernó durante estos tres años. Por último, cabe preguntarse qué pasará con la gobernabilidad de la provincia más importante del paí­s (por extensión, población y contribución al PBI nacional, entre otros factores) en caso de que Vidal pierda las elecciones adelantadas que está impulsando ¿Qué pasará entre junio y diciembre con el gobierno provincial en caso de que  Cambiemos pierda Buenos Aires? ¿Vidal participará de los actos de la campaña nacional aún perdiendo? ¿Tomará decisiones que trasciendan su mandato? ¿Acordará con su sucesor o sucesora una transición ordenada que tenga en cuenta el desastre fiscal que va a dejar su administración? Ninguna de estas preguntas puede ser respondida, por la sencilla razón de que no han sido tenidas en cuenta a la hora de embarcarse en esta aventura irresponsable, que sólo tiene como objetivo satisfacer  el capricho de tres o cuatro vivos.
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