Editorial

La letra con monopolio entra

por La Cámpora
7 abr 2009

MUNDO MARINO

Seguro los dueños de Oscurí­n y sus principales editores se sintieron conmovidos cuando veí­an y escuchaban a Juan Carlos Marino (senador por la pampa, UCR) tratando de culpar a los Kirchner de las interferencias que sufrí­an las señales pertenecientes a tan sufrido grupo económico.

Dijo Marino (voz de preocupación y ya sin espejo): “el hijo del matrimonio presidencial pegaba carteles con La Cámpora con expresiones que no son del todo felices como TN miente o Todo Negativoˮ¦Los hechos deben ser esclarecidosˮ, clap clap clap, felicitaciones senador se hizo acreedor a muchas horas de aparición en los martillos mediáticos del grupo oscurí­n y, por supuesto, al Mac Carthy de oro.

La corporación periodí­stica hizo gran alharaca de estas interferencias y logró provocar cierto realismo mágico en algunos sectores de la sociedad. Al final de cuentas, parece que la interferencia era provocada por la construcción de un telepuerto en Centroamérica y no por algún Kirchner que, copiando a Jim Carrey en la pelí­cula El chico del cable (The cable guy) se arrojaba sobre una antena parabólica para evitar su transmisión.

EL VOCERO

Dijo van der Kooy: “Abruma la práctica cotidiana de los piquetes y el escrache que fue consentida durante años por los Kirchner. Inquieta la hostilidad de las palabras entre el Gobierno y la oposición en una instancia donde debiera prevalecer alguna compostura. Alarma la obsesiva confrontación oficial con la prensa. Ocurrió en los últimos dí­as una interferencia a señales de radio y televisión (Canal 13, TN y Radio Mitre). No hay pruebas de que esa interferencia pueda tener que ver con aquella confrontación. El Gobierno se comprometió, aunque con demora, a una investigación. Serí­a prudente desterrar cualquier sospecha y reponer calma en un ambiente polí­tico-social tenso y sensibilizadoˮ.

Para van der Kooy no reprimir es consentir, aunque si tomamos en cuenta que cuando de Angelis fue “retirado a upaˮ el año pasado en el corte de Gualeguaychú,   el gran diario argentino lo calificó como un hecho en el cual se produjo una grave “represiónˮ, bien hace el Gobierno en no seguir los consejos de este brillante columnista.

[caption id="attachment_522" align="aligncenter" width="421" caption="Tapa mentirosa, tendenciosa y amarillista del pasquí­n del Grupo Económico."]Tapa mentirosa, tendenciosa y amarillista del pasquí­n del Grupo Económico.[/caption]

Vale aclarar que, en los primeros tiempos de Kirchner el diario La Nazion y la señora de Duhalde pedí­an mano dura a pesar de lo ocurrido en el puente Pueyrredón durante la masacre de Avellaneda que terminó con la vida de Kosteki y Santillán. Basta recordar el lamentable papel de Oscurí­n también en aquella oportunidad.

[caption id="attachment_491" align="aligncenter" width="440" caption="La crisis duhaldista fusila a dos manifestantes en la estación Avellaneda."]La crisis bonaerense fusila a dos manifestantes en la estación Avellaneda.[/caption]

Es así­ que las cámaras patronales sojeras no sólo deberí­an agradecerle a los radicales sus votos no positivos sino no haberlos tratado como la Alianza trató, a pocos dí­as de haber asumido a una manifestación de estatales en el puente de Corrientes y Chaco, que dejara el saldo de dos muertos y una decena de heridos de bala.

No debe entender van der Kooy como confrontación una propuesta de proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que modifique aquella que fuera sancionada durante la dictadura. En realidad, deberí­a estar contento, si es honesto, ya que Oscurí­n puede dar su punto de vista en esta oportunidad a través de gente como Marino y demás. Quizás podrí­amos llegar a pensar que, les molesta más discutir esta propuesta de proyecto que aceptar gustosos un marco legal de radiodifusión   producto de la junta militar.

El macartismo que ejerció el grupo Oscurí­n tanto sobre el gobierno como sobre la población dejando entrever de forma maniquea e incesante que, el Gobierno podrí­a ser responsable de las interferencias que sufrí­an las señales audiovisuales, son algunas de las situaciones que resultan francamente peligrosas para la democracia.

Igualmente el humor de la JP Descamisados, mucho más informativo y filoso que van der Kooy, terminó clausurando un debate sobre las interferencias que sólo puede instalar el poder de un monopolio oligofrénico al que solo le falta decir “la democracia y la libertad de prensa son mí­as, mí­as, mí­asˮ.