Luego de que los argentinos sintiéramos el orgullo de ver concretarse un nuevo lanzamiento satelital, en este caso el ARSAT II, la Presidenta anunció un proyecto de ley para el Desarrollo de la Industria Satelital. La consolidación de la soberanía espacial es una realidad, y “no fue magiaˮ. Compartimos la reflexión de los compañeros de La Cámpora en Gualeguaychú (Entre Ríos). Porque las trasnformaciones que el Proyecto político iniciado
Hoy, con la Argentina poniendo en órbita el satélite Arsat-2, y a casi un año del lanzamiento del Arsat-1, solo pienso en la frase de nuestra Presidenta Cristina Fernández de Kirchner: "no fue magia".
Desde muy chico, en el barrio teníamos esa fantasía de jugar a que teníamos cohetes y los lanzábamos al espacio, simulando un cohete con alguna botella plástica que la poníamos sobre la tierra, encendíamos los motores fingiendo el ruido de las turbinas con la boca, hacíamos el conteo y la acompañábamos con nuestras manos pegadas a ella, y con mucha emoción y esperanza fijábamos nuestra vista mirando el cielo para tratar de llegar al espacio.
Luego recuerdo cuando tenía 9 años, mis padres miraban y escuchaban por televisión al Presidente argentino de aquel entonces, en 1996, cuando se inauguraba el ciclo lectivo en la provincia de Salta y en presencia de niños se comunicaba que iban a "licitar un sistema de vuelos espaciales, que la plataforma quizás se instale en la Provincia de Córdoba y que desde ahí esa naves espaciales iban a salir de la atmósfera, se iban a remontar a la estratosfera y desde allí se podía elegir el lugar a donde queríamos ir, de tal forma que en una hora y media podríamos viajar desde Argentina hacia Japón, Corea o cualquier parte del mundo".
Sorprendidos con mis hermanos, les preguntamos a mis padres qué estábamos escuchando y ellos solo se sonrieron.
Llegó el 2001 y muchos gurises del barrio que jugábamos con tanta inocencia en años anteriores, ya habíamos crecido y no nos preocupaba hacer despegar aquel cohete de nuestra niñez, solo nos preocupaba el poder comer una vez al día, y cuando había algo en nuestras casas...
Los únicos ruidos que escuchábamos eran las cacerolas vacías, el ruido de la represión, el llanto de nuestros padres al no poder brindarnos nuestras necesidades básicas, los ruidos de nuestros estómagos.
Esos ruidos fueron los que llevaron a que el Presidente de aquel entonces, Fernando De La Rúa, salga en helicóptero desde la casa Rosada dejando un país en ruinas.
Lejos parece que quedó todo esto, desde que en el 2003 Néstor Kirchner nos propuso un sueño, él fue poniendo en órbita los derechos brindándonos políticas inclusivas y hasta tomó la decisión de repatriar a miles de científicos que se habían ido, porque no veían en nuestro país un futuro para desarrollar.
Miles y miles de jóvenes pudimos ver en los años que realmente despegar a nuestra Argentina.
Hoy, después de ocho años de profundización de nuestra Presidenta Cristina Fernández, los argentinos, mi familia, los gurises de mi barrio tuvimos la posibilidad histórica de ver el lanzamiento del satélite argentino ARSAT-2.
Por eso miro para atrás, me pongo a pensar, veo la realidad que vivimos y confirmo que todo esto: ¡No fue magia!