Editorial

No fue Magia: Arsat II

por La Cámpora
2 oct 2015
Luego de que los argentinos sintiéramos el orgullo de ver concretarse un nuevo lanzamiento satelital, en este caso el ARSAT II, la Presidenta anunció un proyecto de ley para el Desarrollo de la Industria Satelital. La consolidación de la soberaní­a espacial es una realidad, y “no fue magiaˮ. Compartimos  la reflexión de los compañeros de La Cámpora en Gualeguaychú (Entre Rí­os). Porque las trasnformaciones que el Proyecto polí­tico iniciado Hoy, con la Argentina poniendo en órbita el satélite Arsat-2, y a casi un año del lanzamiento del Arsat-1, solo pienso en la frase de nuestra Presidenta Cristina Fernández de Kirchner: "no fue magia". Desde muy chico, en el barrio tení­amos esa fantasí­a de jugar a que tení­amos cohetes y los lanzábamos al espacio, simulando un cohete con alguna botella plástica que la poní­amos sobre la tierra, encendí­amos los motores fingiendo el ruido de las turbinas con la boca, hací­amos el conteo y la acompañábamos con nuestras manos pegadas a ella, y con mucha emoción y esperanza fijábamos nuestra vista mirando el cielo para tratar de llegar al espacio. Luego recuerdo cuando tení­a 9 años, mis padres miraban y escuchaban por televisión al Presidente argentino de aquel entonces, en 1996, cuando se inauguraba el ciclo lectivo en la provincia de Salta y en presencia de niños se comunicaba que iban a "licitar un sistema de vuelos espaciales, que la plataforma quizás se instale en la Provincia de Córdoba y que desde ahí­ esa naves espaciales iban a salir de la atmósfera, se iban a remontar a la estratosfera y desde allí­ se podí­a elegir el lugar a donde querí­amos ir, de tal forma que en una hora y media podrí­amos viajar desde Argentina hacia Japón, Corea o cualquier parte del mundo". Sorprendidos con mis hermanos, les preguntamos a mis padres qué estábamos escuchando y ellos solo se sonrieron. Llegó el 2001 y muchos gurises del barrio que jugábamos con tanta inocencia en años anteriores, ya habí­amos crecido y no nos preocupaba hacer despegar aquel cohete de nuestra niñez, solo nos preocupaba el poder comer una vez al dí­a, y cuando habí­a algo en nuestras casas... Los únicos ruidos que escuchábamos eran las cacerolas vací­as, el ruido de la represión, el llanto de nuestros padres al no poder brindarnos nuestras necesidades básicas, los ruidos de nuestros estómagos. Esos ruidos fueron los que llevaron a que el Presidente de aquel entonces, Fernando De La Rúa, salga en helicóptero desde la casa Rosada dejando un paí­s en ruinas. Lejos parece que quedó todo esto, desde que en el 2003 Néstor Kirchner nos propuso un sueño, él fue poniendo en órbita los derechos brindándonos polí­ticas inclusivas y hasta tomó la decisión de repatriar a miles de cientí­ficos que se habí­an ido, porque no veí­an en nuestro paí­s un futuro para desarrollar. Miles y miles de jóvenes pudimos ver en los años que realmente despegar a nuestra Argentina. Hoy, después de ocho años de profundización de nuestra Presidenta Cristina Fernández, los argentinos, mi familia, los gurises de mi barrio tuvimos la posibilidad histórica de ver el lanzamiento del satélite argentino ARSAT-2. Por eso miro para atrás, me pongo a pensar, veo la realidad que vivimos y confirmo que todo esto: ¡No fue magia!  
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