Editorial

Redistribución SI, Teorí­a del derrame NO.

por La Cámpora
20 mar 2009

La reacción de la cámara patronal rural contradictoria y de la oposición polí­tica perdida, frente a la decisión polí­tica de la Presidenta de formar un fondo solidario federal que se pueda distribuir entre las Provincias y sus municipios en un porcentaje del 30% de lo recaudado en concepto de retenciones a la soja, no hace más que desnudar el animo destituyente de los sectores de siempre. De esta manera, el Estado Nacional reafirma su compromiso de mejorar la distribución del ingreso a través de lo recaudado por los derechos de exportación que en forma de retenciones se le aplican a la soja.  

Esta medida implica que las Provincias recibirán alrededor de un 10% más de lo que reciben en la actualidad mediante el sistema de coparticipación vigente. Cabe destacar que, la federalización de estos recursos es una decisión polí­tica de este Gobierno para que el interior profundo pueda sortear de la mejor manera posible la crisis que tiene su epicentro en el propio corazón del sistema los EEUU, ya que los derechos de exportación establecidos en nuestra Constitución no son coparticipables.

Ahora bien: las Provincias deberán distribuir de esa masa del fondo federal que conformarí­a un 100% para ellas (el 30% del total de dicho Fondo) un porcentaje del 30% para sus municipios.

Así­, el esquema diseñado otorga a los fondos un destino especí­fico: inversión en infraestructura social. De esta forma, los ejecutivos provinciales y municipales tendrán la facultad de reasignar partidas de sus presupuestos a otras necesidades.

Una vez más, el Estado distribuye a través de la organización polí­tica y democrática los ingresos y no se sienta a esperar el derrame o la beneficencia de quienes obtuvieron y obtienen ingresos muy altos y en moneda extranjera, ya que el 95% de la soja se exporta.

La polí­tica cambiaria que sostiene el Gobierno es la que permite volver rentable no sólo a la soja, sino también a la industria argentina y sus Pymes, volviendo competitivos los productos argentinos, generando mayor producción y más trabajo.

La teorí­a del derrame, que proponen la oposición y las cámaras patronales mas sojeras que rurales, es la misma teorí­a que Cavallo durante los 90 prometí­a a los argentinos asegurando que los que mas tuvieran, en algún momento iban a tener tanto, que ya fuera a través de la beneficencia o del consumo, la riqueza iba a derramar en forma de lluvia milagrosa sobre sectores de la producción y el trabajo.

De hecho, algunas de las voces más crí­ticas de este Gobierno, fueron los más beneficiados durante la década de los noventa logrando acceder a la adquisición de cientos de hectáreas, y desplazando de este modo a los dueños de las tierras.

Estos nuevos terratenientes no le saldrí­an gratis a la Argentina: el costo social más grave de la historia comenzaba a avizorarse a merced de la marginación exponencial de vastos sectores de nuestra sociedad.

Finalmente la teorí­a del derrame fracasó y todo terminó tristemente el 19 y el 20 de diciembre del 2001 con niveles históricos de desocupación, una generación sin trabajo a merced del clientelismo, crisis educativa, exclusión y muerte.

CARRIO, LA DAVIDIANA.

Carrió, cada vez más parecida a David Koresh y sus davidianos, afirmó que estos dineros irán a arcas provinciales y municipales con el sólo fin de un uso polí­tico y electoral.

Este análisis falaz, que los periodistas le permiten afirmar sin repreguntar, llevarí­a a pensar que Hermes Binner, gobernador “socialistaˮ de Santa Fe e intermitente socio de Carrió, utilizará estos fondos de la manera que ella afirma que fueron concebidos: destino electoral y polí­tico.

Pobre Binner con aliadas así­ ˮ¦ Aunque como dirí­a algún abogado compañero: a confesión de parte relevo de prueba.

Todos los gobernadores y todos los intendentes recibirán directamente desde el Banco Nación estos fondos, cuya distribución porcentual será la misma que la establecida para los impuestos coparticipables.

Por eso, si avaláramos la lí­nea argumentativa de la davidiana Carrió, podrí­amos pensar que ella está convencida que Fabiana Rí­os, gobernadora de Tierra del Fuego militante del ARI, el intendente de Juní­n Meoni alineado con Cobos, o bien Rodrí­guez Saa en San Luis ó   Brizuela del Morral en Catamarca, harán un uso electoral y polí­tico del Fondo Solidario Federal.

Nos llena Carrió, al igual que el rabino Bergman, de frases para consumo fácil de aquellos que hacen un ejercicio redituable de la antipolí­tica.

No debemos olvidar que frases como estas llevaron a la Argentina en el pasado a la peor dictadura, dejando no sólo una generación desaparecida sino un paí­s hipotecado y sin capacidad de reacción.

NO POSITIVO.

Algún dí­a Julio Cobos, las patronales rurales, algunos periodistas, “peronistasˮ residuales deberán explicarle a los pequeños y medianos productores qué significó el voto no positivo de Cobos.

Los pequeños y medianos productores pagaron el champagne más caro de la historia a sus representantes el dí­a que festejaron en la Capital el voto no positivo de Cobos, ya que cambiaron los beneficios económicos que recibirí­an sus representados por el beneficio económico y polí­tico que recibirí­an los grandes productores y la oposición, quienes buscaron quedarse con la conducción de un paí­s que no los habí­a votado.

Quizás los pequeños y medianos productores deberí­an haber seguido su olfato de hombres de campo y mirar con recelo a Menem y a Romero en su ferviente oposición a la sanción de la 125. ¿No eran ellos quienes proponí­an allá por el 2003 una economí­a dolarizada?

En fin ˮ¦ Las retenciones segmentadas y móviles, los subsidios para los productores más alejados de la pampa húmeda y de los puertos a través de los cuales se exporta, sumado a otros tantos beneficios destinados a los pequeños y medianos productores, fueron borrados de un plumazo por Julio Cobos.

El voto de Cobos no sólo fue no positivo para el Gobierno sino también para los pequeños y medianos productores que Cobos aseguraba proteger, un “engaña pichangaˮ sólo posible por la formidable deformación mediática de la información.

Buzzi y sus socios patronales, hablan de venganza del Gobierno por el voto de Cobos que derivó en la no aprobación de la 125, quedando al desnudo los fines que perseguí­an: pensaban que la soja iba a valer 400 dólares toda la vida ˮ¦   La querí­an toda.

Y no hubo venganza. Hasta la Presidenta se acercó al lugar de negociaciones. La leche quedó sin retenciones, la fruta fina sufrió una reducción del 50% en retenciones, hubo beneficios para el sector ganadero, reducción en retenciones en maí­z y trigo y así­ mucho más.

Aquella madrugada de la 125 el Gobierno buscaba aprobar un proyecto que habí­a rectificado (Buzzi se habí­a abrazado con Rossi) pero habí­a otra cosa en juego: las cerealeras, el poder mediático, la clase polí­tica derrotada en octubre, los duhaldes y otros, querí­an el poder a cualquier costo.

Tan burdo fue todo que hasta el vicepresidente y el primer candidato a diputado nacional por la provincia de Bs. As. participaron de aquello que amablemente se llamo: ánimo destituyente.