“La extrema derecha ejecuta su proyecto de manera acelerada, recorta derechos y oprime la expresión democrática”, fue la primera moción en votarse en relación a la situación que atraviesa la región.
En referencia a la Ley de Bases, en la moción se expuso que “fue presentada apresuradamente y sin el debido debate democrático, ignorando la importancia del diálogo entre la comunidad académica y el consenso en temas tan importantes para la sociedad”.
La declaración concluyó: “Nuestra solidaridad con los estudiantes argentinos, quienes son los más afectados por estas medidas. La educación es un derecho humano fundamental y un pilar esencial para el desarrollo de cualquier Nación”.
La extrema derecha ejecuta su proyecto de manera acelerada, recorta derechos y oprime la expresión democrática”
(Unión Brasileña de Estudiantes Secundarios)
La extrema derecha es un fenómeno regional y mundial, y Argentina está siendo el laboratorio del anarco colonialismo. La experiencia de la UBES como oposición a la gestión de Jair Bolsonaro deja algunas certezas. El rol de los movimientos estudiantiles implica fortalecer la solidaridad entre los pibes y las pibas de las comunidades educativas, porque cuanto más solos y menos acompañados por un Estado estén, probablemente las consecuencias sean más negativas que positivas. Esto no significa solo proponerse a la vanguardia de un modelo conservador; defender los derechos humanos tiene que ver también con repensar, problematizar y mejorar la calidad -por ejemplo, del sistema educativo- de los Estados de nuestra región.
Junto a autoridades cubanas, venezolanas y brasileñas,coincidimos en la necesidad de cooperar entre pueblos hermanos para lograr combatir a la extrema derecha y defender la soberanía de nuestros pueblos, incluyendo la causa Malvinas.
El desmantelamiento y la desregulación de los Estados en la región impulsado por el neoliberalismo salvaje -encarnado hoy, por ejemplo, en Elon Musk- genera una pérdida de autonomía y poder económico, político y social en cada país.
La unidad latinoamericana tiene que ver con la necesidad histórica de continuar la tarea emprendida por los héroes de las primeras independencias.
Construir una Patria Grande es el desafío y como juventudes vemos fundamental forjar una estrategia de construcción de una nueva identidad latinoamericana, que comprenda la política exterior para entender lo que quieren hacer de nosotros, y lo que nosotros, como pueblos latinoamericanos, queremos hacer con lo nuestro.