¿Los resultados deportivos de un país en los Juegos Olímpicos son un síntoma del estado de situación económica y social de una Nación? En caso de que así sea, ¿cómo se consigue ese resultado? Son dos preguntas que durante este mes, en el que se llevó adelante la competencia olímpica de París, se volvieron un poco más frecuentes ante el desempeño de nuestro país en el medallero.
Para responder la primera pregunta podemos repasar las últimas actuaciones de países, a los que frecuentemente llamamos “potencias económicas”, y encontrar grandes resultados sostenidos en el tiempo. Por ejemplo Estados Unidos y China, terminaron primero y segundo en el último medallero olímpico, y sostienen este desempeño desde hace muchísimo tiempo: Estados Unidos se llevó el 12% de las medallas olímpicas durante los últimos 30 años (al igual que en esta edición); China se llevó el 9% de las medallas en estos Juegos Olímpicos y mantiene un crecimiento sostenido desde Los Ángeles en el '84. Lo mismo pasa con países como Italia, Francia, Inglaterra o Japón, como explica Daniel Schteingart en este hilo de X.
La segunda pregunta, la que apunta a conocer cómo se consiguen esos resultados, es tal vez más sencilla de responder: los resultados deportivos de una delegación olímpica se consiguen con planificación, inversión y decisión. “A través de una combinación de excelencia: la del esfuerzo, preparación y profesionalismo de los y las deportistas, con la planificación meticulosa de países que apuestan al deporte como política de Estado y han invertido no sólo en sus atletas, sino también en infraestructura y sistemas de apoyo necesarios para lograr el éxito y para dejar la bandera bien alto”, escribió Leandro Lurati, subsecretario Provincial de Deportes en “Juegos Olímpicos París 2024. Y agregó: “Solo con talento no alcanza para el oro”.
Los resultados deportivos de una delegación olímpica se consiguen con planificación, inversión y decisión.
El mismo análisis de Schteingart, explica que el desempeño de Argentina en los Juegos Olímpicos tuvo dos picos: entre 1920 y 1930; y en Atenas ‘04, Beijing ‘08. Lamentablemente las actuaciones del 2020 y 2024 son similares: una medalla de oro, una de plata y otra de bronce. Muy por debajo de lo que pasó en Atenas, Beijing, Londres (2012) y Río de Janeiro (2016). Lejos de ser casual, esta situación tiene una explicación. En 2017, por decisión del entonces Presidente Mauricio Macri, se eliminó el espíritu inicial de la ley de creación del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) afectando la inversión y planificación del deporte nacional de alto rendimiento. Y para recuperar esos éxitos olímpicos no alcanza con buenas intenciones: hace falta retomar una política pública nacional que contemple una planificación y una inversión para que nuestros deportistas brillen en las próximas competencias olímpicas.
Por todo esto es que desde el Bloque de Diputados de Unión por la Patria presentamos el proyecto de Ley de modificación de la Ley Nro 26.573 - Ente Nacional de Alto Rendimiento (ENARD), que busca recuperar, actualizar y ampliar los derechos que conquistó la Comunidad Deportiva Organizada (CDO) logrando que más atletas, entrenadores/as y técnicos/as nacionales tengan acceso a becas dignas y honorarios acordes a sus carreras deportivas. También propone la creación del Consejo Federal para el Alto Rendimiento Deportivo (COFARD) y del Fondo Federal para el Alto Rendimiento Deportivo (FONARD) con el objetivo de financiar y establecer un plan federal para el desarrollo del deporte en todas las provincias del país.
La herramienta propuesta no es nueva, ni novedosa y surge de una experiencia que ya dio resultados: el 2 de diciembre de 2009 se sancionó la ley de creación del ENARD con el objetivo de coordinar todos los esfuerzos para alcanzar la excelencia deportiva y la inclusión e igualdad de los deportistas argentinos y con la posibilidad de obtener y administrar los recursos económicos necesarios para fortalecer y desarrollar los mecanismos de soporte con estándares internacionales del alto rendimiento deportivo nacional.
Un proyecto que surgió durante el gobierno de Cristina Fernández de Kichner y que dio sus primeros frutos con los logros obtenidos, entre otros, por el recordado Brian Toledo en jabalina, y luego en los Juegos Olímpicos de Río 2016 las medallas de oro alcanzadas por Paula Paretto en Judo, los Leones en hockey sobre césped y Santiago Lange y Cecilia Carranza en vela. Desde ese momento la inversión en el deporte se transformó en una política de Estado que fomentó la inclusión social mediante la incorporación a la vida deportiva de muchas y muchos jóvenes.
Como expliqué anteriormente, esta apuesta se discontinuó a partir del 2017, por decisión del entonces presidente Mauricio Macri, quien eliminó el espíritu inicial de la ley que establecía que los recursos que sostuvieran la política deportiva dirigida desde el ENARD se financiaran a partir del cargo de un uno por ciento (1 %) sobre el precio del abono que las empresas de telefonía celular cobraba a sus usuarios, neto de I.V.A.. En 2017 se introdujo una modificación en la Ley 27.430 que eliminó este cargo, que hizo que el inciso a) del artículo 39 quedará sin efecto; de esta manera el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo perdió su autarquía financiera sufriendo un duro desfinanciamiento y retornando a una vieja práctica ya olvidada por nuestros atletas: depender de las partidas financieras que decidiera el Estado nacional.
Para revertir esta situación y que el ENARD vuelva a contar con su autarquía financiera, es que desde el Bloque de Diputados de Unión por la Patria proponemos la modificación del artículo que establece el financiamiento del ENARD a través del aporte de un cargo del 1% sobre la facturación anual neta de empresas de telecomunicaciones, que incluyen telefonía celular, servicios de internet móvil y fija, cable, TV satelital y servicios de comunicación audiovisual. La novedad es que este proyecto establece que estos recursos no son transferibles a los clientes e incluye también aportes, donaciones y subsidios que realicen personas particulares o instituciones. Todo con el único objetivo de generar las condiciones necesarias para el sostenimiento y fortalecimiento de los deportistas de alto rendimiento y también los que están en camino a convertirse en deportistas de alto rendimiento (para eso se crea la figura de deportistas en vías al alto rendimiento, que desarrollo más adelante).
El proyecto modifica del artículo que establece el financiamiento del ENARD a través del aporte de un cargo del 1% sobre la facturación anual neta de empresas de telecomunicaciones.
A la inversión necesaria también hay que sumarle un trabajo de planificación que permita la implementación de programas de formación y entrenamiento, determine objetivos y garantice la infraestructura necesaria para los deportistas, por eso es que el proyecto también propone la creación del Consejo Federal para el Alto Rendimiento Deportivo (COFARD) y del Fondo Federal para el Alto Rendimiento Deportivo (FONARD).
El objetivo del COFARD es ser el órgano responsable de la planificación, diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de gestión del Plan Federal Quinquenal de Desarrollo para el Deporte de Alto Rendimiento Argentino. La finalidad del FONARD será financiar las políticas deportivas de las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tendientes a generar las condiciones necesarias para el crecimiento, la profesionalización y el mejoramiento del conjunto de condiciones necesarias para la ampliación de las instancias de mediano y alto rendimiento deportivo.
¿Por qué creemos que es necesario avanzar con este proyecto? Las respuestas son varias y todas son igual de importantes: en principio por la importancia de apoyar y fomentar el deporte olímpico, paralímpico, universitario y otras disciplinas no olímpicas desde edades tempranas. Esto incluye optimizar becas, viajes y la adquisición de materiales deportivos. En segundo lugar, porque es necesario generar políticas públicas dinámicas para mejorar las condiciones de atletas, entrenadores y técnicos, incluyendo la contratación de especialistas extranjeros y la inclusión de sectores marginados en programas de desarrollo deportivo. Dos demandas de deportistas y autoridades deportivas, que expresan la necesidad de garantizar un presupuesto adecuado para la práctica deportiva, infraestructura, medicina y tecnología desde edades tempranas hasta la alta competencia.
Finalmente, y tal vez lo más importante para el desarrollo de nuestra Nación, porque es la gloria deportiva donde nuestros niños, niñas y adolescentes se proyectan a través de sus ídolos y protagonistas. Por esto es que el deporte debe ser acompañado de un presupuesto equiparable a las demandas que la práctica deportiva requiere: ciclos olímpicos y paralímpicos, juegos mundiales, olimpiadas universitarias y competencias mundiales de cada disciplina deportiva, implementación de la justicia deportiva, los servicios de medicina para los y las atletas, obras de infraestructura en centros de mediano y alto rendimiento, innovación tecnológica y acompañamiento desde edades tempranas.
* Diputado Nacional por la provincia de Buenos Aires y militante de La Cámpora.