Opinión

Lita Boitano

Sonriendo hasta la victoria

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Hoy a las 8 de la mañana se fue Lita Boitano. Y hace unos días se fue Nora Cortiñas. Porque las Madres de esta Patria se van yendo. Se van siendo. Se van amadas y eternas en la memoria de su pueblo. Más allá del negacionismo, y de los intentos por ensuciar su lucha. No su trabajo, su lucha, como decía Lita. Una lucha colectiva que la contuvo cuando, después de quedar viuda en 1968, la dictadura secuestró a sus hijos Adriana y Miguel Boitano, militantes de la JUP (Juventud Universitaria Peronista), y Lita se quedó sola.

por Celeste Abrevaya *
6 jun 2024

Una lucha que la arrancó de esa soledad y la contuvo, pero que también ella misma construyó cuando en enero de 1977 se sumó a Familiares de Detenidos y Desaparecidos por razones políticas. Miguel Ángel estudiaba Arquitectura en la UBA, fue secuestrado el 29 de mayo de 1976 y Adriana, estudiante de la carrera de Letras en la misma universidad, fue secuestrada el 24 de abril de 1977. 


“Cuando llegué a Familiares me encontré, desgraciadamente, con un montón de mujeres, madres, padres, hermanos, hijos… Encontré que me sentía contenida, sentía que, por desgracia, se estaba multiplicando mi dolor en un montón de otra gente, que no era yo sola la que estaba pasando eso. Y ahí me di cuenta, y lo digo sinceramente, de que era mi segunda familia”, sostenía.


Después, en 1979, Lita se exilió en Italia. Denunció, junto a otros exiliados y exiliadas los crímenes de lesa humanidad que ocurrían en nuestro país. Allá se identificó con el feminismo, porque entendió que formaba parte de sus batallas. Y volvió con la democracia, y se convirtió en la abanderada de la alegría.


Chiquita, con sus rulos siempre impecables, y una voz con carraspera. Era bostera, y peronista desde siempre. Lita entraba a cualquier lugar con un halo festivo. Una sonrisa que tuvo la capacidad de resguardar los gestos de la niñez, de las sonrisas que no llevan cargas, ni derrotas o frustraciones. Y eso que las tenía. Armó desde la tristeza, y los duelos irresueltos, un homenaje a la vida, al humor.


“A pesar de todo, amo la vida”, dijo. Es la determinación de trascender el lugar de víctima. De entender que tenía un dolor que la iba a acompañar toda su vida, pero decidir no vivir de ese dolor. Un faro. 


Abrazó al kirchnerismo y el kirchnerismo la abrazó a ella. “Con los gobiernos de Néstor y Cristina realmente sentimos una alegría, una paz, unas ganas de concretar determinadas cosas que no habíamos podido en los años anteriores, un amor, un compañerismo…Fueron años de lucha en derechos humanos pero de lucha positiva, las cosas se planteaban y se conseguían”, dijo en una entrevista para la Revista Haroldo. 

Una sonrisa que tuvo la capacidad de resguardar los gestos de la niñez, de las sonrisas que no llevan cargas, ni derrotas o frustraciones. Y eso que las tenía. Armó desde la tristeza, y los duelos irresueltos, un homenaje a la vida, al humor.

Hoy Cristina la despidió con una foto en la que están las dos, bellísimas, hacen la v de la victoria, están en la ESMA, que ya no es más la ESMA, donde desaparecieron a sus hijos, que Lita lleva en dos prendedores en el pecho. Tiene el pañuelo verde en la muñeca. Ese día, Lita recibió el premio Azucena Villaflor por su militancia inclaudicable en la construcción de una patria con justicia social y la plena vigencia de los Derechos Humanos.

Se murió Lita Boitano, y en el subte todos miran sus celulares, scrollean por Instagram, y me pregunto si sus algoritmos también les arrojan como a mí todas esas despedidas a Lita que dicen cosas hermosas de ella, de su vida, del legado que nos regaló. 


Qué privilegio haber sido contemporáneas. Lita Boitano se murió, y allá afuera todo sigue. Pero dentro de muchos de nosotros, una parte se va con ella, en esta Argentina que insiste en seguir dejándonos huérfanos. Se fue sin saber qué pasó con sus hijos, sin saber esa Verdad, pero se fue también habiendo construido Memoria y Justicia. Nada menos. 

Hasta que todo sea como lo soñaste, Lita. Hasta la victoria, hasta tu sonrisa. 





*Militante de La Cámpora.