Hasta siempre, compañero Caíto
Nadie sabe bien cuándo comenzó la militancia de Caíto Pené. Simplemente, aquel que tenía alguna participación política en La Plata lo conocía. Grandote, de sonrisa enorme y dientes muy blancos, canoso desde siempre, te saludaba con un fuerte abrazo y palmada en la espalda. E invariablemente estaba organizando un asado porque no había otra forma de coordinar con él.